miércoles, 9 de julio de 2014

Un reflejo en el cristal



Hoy en el metro, camino del trabajo, miraba un reflejo en el cristal. Había una chica con cara de cansada, quizá porque aún era muy temprano. Algo más de treinta años, el pelo oscuro y largo, los ojos negros detrás de unas gafas metálicas, la cara lavada y sin pintar. Llevaba un vestido entre rojo y rosa, tacones negros, su bolso era enormemente grande y parecía pesar un montón. Olía a una colonia de naranja.

Llevaba un llavero de un corazón que claramente había sido un regalo del día de la madre elaborado por un niño pequeño, un paquete de toallitas asomaba por el bolso y adornaba su muñeca con varias pulseras de gomitas, no había duda, era una mamá. Su cara parece cansada, puede que lleve noches sin dormir lo suficiente, puede que incluso meses. Tiene ojeras y bolsas bajo los ojos, de vez en cuando reprime un bostezo que intenta tapar con la mano por no resultar maleducada, presumo que ha ido a un colegio de monjas y que la educación en su casa también ha sido también fundamental.

Saca del bolso una tela, hilo, aguja y dedal y se pone a coser una prenda indefinida. Resulta extraño y sorprende ver a alguien cosiendo en el transporte público. Una chica a su lado no deja de observarla, me relaja verte coser, le dice. Sonríe y anima a la desconocida, si te relaja verlo tal vez te relaje también hacerlo, pruébalo. Corta el hilo con los dientes y para rematar la costura saca unas diminutas tijeras del bolso. Termina un lado, sonríe, y lo observa orgullosa. La observadora ha desaparecido sin decir adiós, su sitio lo ocupa otra chica que saca del bolso un ovillo de trapillo y se lía con el ganchillo. Se sonríen y comentan sus respectivas costuras. Yo estoy haciendo un bolso, yo un vestido para mi hija. Al llegar a su destino se despide amablemente de la otra costurera, dobla la tela con primor, se baja y se pierde entre la multitud camino del trabajo.

Por la tarde la veo de nuevo, lleva un niño de la mano y una niña en un carrito, lleva el pelo recogido con una goma y parece aún más cansada que por la mañana. Ha sacado de nuevo la costura del bolso y cose lo que puede mientras participa de la conversación del niño mayor, se ocupa de la merienda de la pequeña, le canta las canciones que pide y recoge los zapatitos que repetidamente tira al suelo. Todo ello con una sonrisa, cosiendo y sin pincharse.

Cuando anuncian su parada se levanta para prepararse con tiempo, se acerca a la puerta empujando el carrito y llevando al niño de la mano. Se ve reflejada en el cristal y se observa en la puerta antes de bajar. Sus ojos se clavan en los míos, un instante apenas, y vuelve a mirarse para peinarse el flequillo con los dedos e intentar inútilmente mantenerlo en su sitio. Vuelve a fijarse en mis ojos, me mira extrañada, sostengo su mirada y me doy cuenta… de que estoy viendo mi propio reflejo.

No sé si he cambiado mucho o si me miro poco, pero no reconozco al reflejo en el cristal.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

7 comentarios:

  1. De verdad es que sois dignas de admirar las madres. Sois capaces de hacer mil cosas...ojalá algún día yo sea capaz

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  2. Te entiendo perfectamente. Yo hay veces que me miro haciendo determinadas cosas y no es que no me reconozca, es que simplemente no me creo que haya llegado a ser lo que soy ahora. Pero me encanta, y con todas mis faltas y defectos, hasta me siento orgullosa.

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  3. Me ha encantado esta entrada, la verdad es que aunque nos parezca increible podemos con todo

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  4. Pues lo segundo, que nos miramos poco, o nada...por falta de tiempo. Ay cuanta razón, siempre fui rápida en hacer mis tareas y podia hacer varias cosas a la vez, pero nunca pensé que llegaría a tal extremo...

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  5. Nuestro cuerpo cambia más rápido de lo que nuestra mente es capaz de asumir. En ocasiones tampoco me reconozco.
    Eres mi heroina!
    Muaks

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  6. Me ha gustado mucho este post... Nos miramos -de verdad- poco, cambiamos mucho, un poco de todo...
    Un besote!

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  7. Es una delicia como escribes, enerio me ha encantado, enhorabuena por tus relatos, por ser la mejor madre qur tus pequeños puedan tener y por tus trabajos"costuriles", que disfruteis del finde con tus "taradas"!!un besito

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