Asamblea de majaras

Ayer hablaba de la alarmante falta de cordura que me caracteriza, he repasado todos los pros y contras de la situación, los antes y después, los por encima, por debajo y por los lados, me he mirado en el espejo, he mirado a mis hijos y ha llegado a una conclusión: es genético! Sí, no hay duda ninguna.

Parrulín está como una verdadera cabra y Xoubiña que era tan bonita, tan dulce, tan buena, se ha convertido en una rubia despeinada hagas lo que hagas que está como las maracas de Machín.

Ayer al recoger a Parrulín me dice que tiene que ir disfrazado al cole al día siguiente. Cuando se trata de Halloween o Carnaval yo me vuelco, planifico con antelación, diseño, corto, coso, pego, lo que haga falta! Pero así de un día para otro, con alevosía, pues va a ser que no.

Saco la caja de disfraces del altillo que cada vez está más y más llena. Mientras: Xoubiña, tienes pis? “No, no teno” Vamos por si acaso a ver si sale? “No, que no hay pis en mi culo, mamá, no teno” Vaaale.

Abrimos la caja y empezamos a sacar un millón de faldas minúsculas transparentes, pantalones de tul, coronas de princesa y un largo etcétera de disfraces que nos dieron para la niña pero que no me parecen propios de una niña decente y no se los he puesto nunca.

La niña que aspiro yo a que sea decente y no vaya enseñando el culo por ahí entra en la habitación con los pantalones empapados, acaba de hacerse pis en el suelo del pasillo. Pero por qué no lo has hecho en el baño? “Poque no quero!” Se encoge de hombros “No pasa nada, mamá, no pasa nada” Y va directa al baño a quitarse el pantalón y las braguitas para lavar y quedarse felizmente desnuda lo que queda de tarde.

Mientras limpio el suelo del pasillo haciendo inspiraciones profundas para aplacar la mala leche que me está entrando oigo al otro “Mamá, puedo mezclar disfraces?” Eh… mientras que no te pongas una de las faldas transparentes y enseñes el culo por ahí me vale. Que una también aspira a que el niño sea decente.

“Y puedo llevar el disfraz de oveja que le hiciste a Xoubiña en Navidad?” Eh… pero si no te cabe cariño. “Que sí, que sí me cabe, que ya me lo he probado!” Vaaale. “Pues ya tengo disfraz!” Exclama el niño haciendo una entrada triunfal en el salón! “Tengo el disfraz de oveja, tengo un estuche de lápices con forma de plátano y tengo un muñeco delfin que me hiciste tú” Eh… y de qué vas disfrazado? “De oveja-mono-pescador!” Tengo una pequeña duda cariño, esto del disfraz ¿cuenta para la notas? “No, mamá, qué cosas tienes” Ah, pues entonces vale. Estás muy guapo cariño, eres la oveja-mono-pescador más bonito del mundo!

Le doy un beso y un abrazo que nos interrumpe la rubia despeinada metiéndose por el medio “Mamá ¿a qué hueles?” A colonia, te gusta? “Si, huele mu bien” Y tú a qué hueles? “Yo… a caca!” Y yo que se lo preguntaba en plan a qué huelen las nubes me veo corriendo con la niña en volandas al baño a ver si acertamos en la taza aunque sea por casualidad. Se sienta un rato, llamamos a la caca para que venga, se suma el hermano a la llamada de la caca y yo pienso cualquier día en este preciso momento llama un vecino al timbre para quejarse de los gritos y me creo que es la caca la que llama! Me parto de risa y mis hijos también aunque no sepan de qué me estoy riendo, son así de solidarios ellos.

Xoubiña aprieta los ojos y la boca haciendo como que intenta hacer caca, yo sé que me toma el pelo y que es todo mentira, lo peor es que ella sabe que yo lo sé, y me lanza miradas retadoras como diciendo “Ves que estoy haciendo lo que se supone que debo de estar haciendo?” cuando se cansa de esta comunicación no verbal se encoge de hombros y dice “Pues no sale, pero no pasa nada” se limpia con medio rollo de papel higiénico un pis o una caca que no ha hecho y se marcha tan contenta.

Con cansancio y resignación me dispongo a llenar el baño para poner a los niños a remojo un rato, como tengo sólo media neurona y la tengo ocupada, suelo quedarme en el baño mientas se llena, porque si me marcho a hacer algo se me olvida que se está llenando y se nos sale todo el agua por fuera, que sí, que ya nos ha sucedido.

“Mamaaaa, Xoubiña se ha hecho pis en el sofá!” Voy inmediatamente y me encuentro a la rubia despeinada sentadita sin moverse. Te has hecho pis? Sube un hombro, pero no me contesta. Cariño, te has hecho pis otra vez? Me mira, y levanta un hombro. No dice ni palabra, oye, ni palabra. Pero por qué no lo has hecho en el baño? “Mmmmm… poque no quero!” Se encoge de hombros “No pasa nada, mamá, no pasa nada”

Así de habitual son mis tardes, no se trata de algo puntual, una asamblea de majaras es mi casa, y luego me extraña no estar cuerda! Pero no acaba ahí la cosa, esta mañana estoy camino del curro y me llama Parrulín “Que dónde está mi bañador pirata” Tu bañador pirata? Y para qué quieres tú eso? “Pues para ser una oveja-mono-pescador-pirata!” Vaya, no sé ni para qué pregunto. Más tarde me llama mi santo, que el niño al final ha descartado el remix que llevaba y va de esqueleto. Le has puesto algo debajo del disfraz del lidl de esqueleto que es de fibra mala, mala, mala? No, pero le he puesto unos pantalones y una camiseta en la mochila. Vaaaale. Ahora me voy corriendo a buscarle, y yo que esperaba encontrarme con una oveja-mono-pescador-pirata me voy a encontrar un esqueleto con el disfraz medio roto, una urticaria que no veas por la fibra y el calor y una rubia despeinada que seguirá haciéndose pis por cada esquina de la casa. Luego me quejo que no venga la cordura, si me dieran a elegir yo tampoco iba!

Mamá de Parrulín y de Xoubiña.

Otro día más.

Sean buen@s y felices.