lunes, 1 de febrero de 2016

1 de febrero: Tiempo para ser mejor madre

Margaux entre copines

La maternidad es algo fantástico, una etapa fundamental de la vida que debemos disfrutarla al máximo y exprimirle todo el jugo posible, reír, jugar, disfrutar y amar cada día a nuestros hijos con toda nuestra alma. Pero también es cierto que el exceso de obligaciones puede llegar a agobiarnos en ocasiones, a no disponer de un minuto para nosotras mismas ni para la pareja.

Sin apenas darnos cuenta llega el día en el que las raíces de tu pelo no tienen nada que envidiar a las de un gran árbol del botánico, los pelos de tus piernas te hacen parecer el yeti, las ojeras se han instalado de forma permanente, y tu marido… tu marido es un compañero de piso al que apenas ves, con el que hablas cinco minutos para recordarle que mañana el niño tiene judo, la niña tiene que devolver el libro de la biblioteca y poco más.

Y recuerdas cuánto te gustaba alisarte el pelo con el secador, las piernas siempre suaves y depiladas, la raya en el ojo y un poquito de rímel, y ese hombre del que te enamoraste por su conversación, aquellas noches de largos abrazos hasta caer rendidos, los dos solos en la cama.

Este fin de semana he tenido el placer de salir a cenar con dos amigas blogueras, Yaiza y Nereida, y ha sido fantástico. Hemos ido a un gallego, no podía ser de otra forma, y hemos hablado sin parar. A ninguna de las tres nos callan ni debajo del agua, y hemos cascado como si no hubiera un mañana. Compartimos risas y confidencias durante horas.

Ellas venían a un evento blogger de este fin de semana y han tenido la amabilidad de quedar además conmigo. Lo han pasado fenomenal en el evento, volvían a su casa cansadas pero con las pilas cargadas, llenas de regalos y experiencias nuevas, la verdad es que me han dado cierta envidia sana. También estuve con ellas en la estación antes de coger el ave. El estar un par de horas más con Yaiza el domingo, rajando sin parar y sin niños, ha sido un placer que tampoco esperaba, así como conocer por casualidad a dos papás blogger que me han caído estupendamente.

Y es que todas necesitamos un tiempo para ser mejores madres, es volver a casa deseando abrazar a tus hijos, con la mente despejada y el corazón contento, es la novedad de echarlos de menos. Es fundamental tener tiempo para nosotras, en mi caso es tan fundamental como inusual. También es importante disfrutar a solas de tu pareja, esto vamos a tener que esperar un poco más porque no tenemos con quién dejarlos para irnos un fin de semana juntos, que tanta falta nos haría. Es fundamental, pero imposible de momento. Tendremos que encontrar otra forma para cuidarnos mutuamente.

Diez minutos a solas para alisarme el pelo alguna noche, veinte minutos a solas para dejarme las piernas decentes algún fin de semana, cinco minutos a solas para pintarme alguna mañana… No es mucho lo que pido, sólo algo de tiempo para mí, de desconexión de obligaciones maternales. Y muchas veces no es la falta de tiempo, sino de ganas, si tengo diez minutos libres me siento en el sofá a no hacer nada, por puro agotamiento, en lugar de dedicármelos a mí misma.

Salir alguna vez con mis amigas, recuperar las amistades perdidas, crear una nueva comunidad de vínculos afectivos, tener mi propia tribu. Cuidarme en aquellas rutinas también perdidas con las que tanto disfrutaba. Dedicarnos un poco de tiempo para nosotras mismas es fundamental, no es egoísmo ni nos resta puntos en la carrera de la maternidad, que parece a veces una lucha autoimpuesta por ser la mejor madre. La verdad es que dedicarnos tiempo para nosotras nos hace ser mejores madres, es coger las obligaciones con más ganas, es dedicarles tiempo de más calidad y dejar de sobrevivir al día a día para vivir el día a día.

Ser madre no significa tener que renunciar a la vida que llevábamos antes, asumir todos sus sueños como nuestros y aparcar los proyectos de vida hasta cuando dispongamos de más tiempo, no es dejar pasar la vida propia mientras cuidamos de la ajena. Entregarse a los hijos no implica desprenderse de todo lo demás. Porque su infancia pasa mientras la disfrutamos pero si miramos atrás sería una lástima haber dejado pasar también la treintena sin haber disfrutado de nosotras mismas.

Lo anotaré en la lista de des-propósitos de este año, la creación de vínculos y dejar de sobrevivir para vivir, ya puedo ir borrando los que no he cumplido y actualizando los que van por buen camino, pero a estos hay que hacerles un hueco. Aunque sea 1 de febrero…

Mamá de Parrulín y de Xoubiña,
Sean buen@s y felices.

Otro día más.