A ver, que soy una inconsciente es algo que ya sabe todo el mundo. Que me lanzo a la piscina sin pensar en si sé nadar o no, también. Que luego, cuando no sé nadar, lo soluciono como puedo, pues también. En este caso no es que me lanzara a una piscina, literalmente hablando, pero casi, casi. El sábado llovía a mares, llover es poco para lo que caía.
Nos despertamos y llovía. Vaya! Nos quedamos sin parque, bueno, pues vamos a la clase de música del Babydeli, que le encanta. Mi santo: ¿Pero cómo os vais a ir con la que cae? Pues chico, con chubasquero y sus “botas de chapotear”. Así, alegremente, porque siempre lo veo todo muy fácil. ¿Y por qué siempre lo veo todo muy fácil? Pues optimista que es una (e inconsciente, también).
El caso es que Parrulín llevaba un chubasquero y sus botas, pero yo llevaba un desastre de gabardina, que si, que es muy mona, y fue muy barata, pero calaba hasta los huesos. Un desastre. También llevaba paraguas, pero esta forma absurda de llevar el paraguas muy bajito e inclinado para proteger al niño hace que se moje el niño y que me moje yo. Total, que no vale para nada. Parrulín feliz, metiéndose en todos los charcos posibles y parándose para chapotear en cada uno de ellos mientras yo me calaba entre la lluvia y las salpicaduras del niño.
Vamos primero a tomar café y, con un poco de sentido común, decidí coger un taxi, ¿Cuál era la dirección? Lo busco en el teléfono, al que le quedaba una ínfima rayita de batería, abre el plano, y veo fugazmente la calle Lagasca, esquina con… y se muere el teléfono! Aggg! Pues nada, que me lo inventé, pensando que al menos me dejaba más cerca que el cercanías, casi acierto, pero no. Dos manzanas más abajo me había quedado. Así que llegamos calados hasta los huesos. Bueno, Parrulín casi seco, entre chubasquero y botas sólo podía mojarse la rodilla. Pero yo… me caía agua hasta de las cejas! Dos manzanas diluviando y con un niño que se mete en cada charco a chapotear!
La clase estuvo genial, como siempre, la única pega es que Parrulín y otra nena descubrieron las cortinas de terciopelo y preferían jugar a cu-cú escondiéndose detrás. Me temo que ya no se le va a olvidar. Lo bueno es que el próximo sábado es el día de la familia, y para celebrarlo hay una clase de cocina en familia a las 12. Hace tiempo que le quería apuntar a cocina, porque le encanta, así que el sábado nos estrenaremos. Y mi santo ha dicho que viene también! Estoy que no me lo creo. Así que mejor no me lo voy a creer, que luego le surge algo y se me fastidia el plan.
A la salida de la clase llovía menos, y me había dado tiempo a secarme y a recuperar el optimismo-inconsciencia que me caracteriza. Así que decido volver en autobús. Llovía menos, pero los charcos de la calle eran grandísimos, entre chapoteando y nadando, conseguimos llegar a la parada. En mitad de la Castellana. Los coches pasaban por ambos lados de la parada y, como había grandísimos charcos, levantaban una gran cantidad de agua cada vez que pasaban. Levantaban olas, y lo digo sin exagerar, de la altura del niño. Así que lo cogí en brazos, junto con el paraguas, mi bolso y su bolsa, para evitar que se me ahogara el pobre. Pero nooo… él quería mojarse! Así que todo el tiempo que tuvimos que esperar al autobús fue una lucha con él.
Llegué a casa totalmente empapada y agotada, con los huesos helados y muerta de frío. Parrulín, gracias a Dios, estaba perfectamente. Yo sólo quería irme a la cama, a dormir y con una buena manta. Pero había que darle de comer. Tres filetes se comió el tío! Tenía hambre! Y un yogur y su biberón antes de la siesta, que ese no lo perdona aunque se comiera la vaca entera! Le llevé a la cama y mientras recogía la mesa se quedó dormido sin cuento ni nada. Durmió dos horas y media. Yo… cuatro, con ayuda de mi santo. Me hacía mucha falta!
Consejos a recordar: No salir de casa si diluvia. No llevar una gabardina si diluvia y ésta no sirve para la lluvia. No llevar el paraguas inclinado si diluvia para que no se moje el niño, que se moja igual, pero yo también. No dejar el móvil sin batería si diluvia y tengo planes de salir. No coger un taxi si diluvia y no sabes bien a dónde vas. No coger un autobús si diluvia y los coches salpican al pasar…
Mañana más!
Sean buen@s y felices!
Has visto! Nos quieres hacer reflexionar ;-) vale, tambien me he reido :-) Consejos: compraté una buena gabardina y un paraguas al niño!!! he-he-he
ResponderEliminarhttp://yoymisminiyos.blogspot.com/
Jajajajjaa, que bueno! Parece ser que muchas tuvimos algún momento de ofuscación entre el viernes y el sábado, no? Lo del móvil y la batería me suena, me pasó hace no mucho, creo que es una de las bromas favoritas de Murphy.
ResponderEliminarYo lo que creo es que eres una valiente. Te lo digo yo, que saco a mis perros a través de la puerta del garaje para no mojarme...
Jejejejejeje por Dios comprate una gabardina y un gorro de agua para el añonque viene!! Bueno mira el lado positivo, lo pasasteis bien en la clase, el peque en casa todo el día habría sido aburridisimo para el, te echaste una súper siesta y conseguiste apoyo logístico para las clases de cocina del sábado siguiente!!! Un besazo, valiente!!
ResponderEliminarAix!! Tomamos nota de tus sabios consejos! Y como dice MAría, que alguien te regale una gabardina nueva!
ResponderEliminarUuuuuh! Chiquilla si es que así no se puede...jajajaja.
ResponderEliminarMi marido ya habría empezado "Ves como llovía muuuuuchoooo?? A quien se le ocurre????"....Jejeje
Tomo nota de los consejos.. son muy sabios jeje.. que vais a clases de musica?? que chulada¡¡¡
ResponderEliminarhttp://lascosasdemipitufo.blogspot.com/
je je , aceptaré tus consejos y los intentaré poner en practica :)
ResponderEliminarPero que valiente eres!!! Nosotros aqui en pamplona, cuando llueve vamos al centro comercial, de nuestro garaje al parking del centro comercial sin mojarnos... y luego que corran y se desfoguen por los pasillos...
ResponderEliminarPor petición popular y por mi propia salud, esta tarde me compro una gabardina. Prometido!
ResponderEliminarYo y mini yos, lo del paraguas al niño es muy complicado, ya lo he probado, se lo quita, lo pasea por el suelo, se cansa y quiere que se lo lleve yo, me lo mete por un ojo...
Drew, probaré a sacarlo por la puerta del garaje, ja, ja!
Maria, es tan increible lo de las clases de cocina que prefiero esperar a ver. La siesta estuvo genial!
Sandra, yo misma me la regalaré. Conste que es la segunda que tengo y la otra también mojaba. En esta ocasión compraré la cara! Ja, ja!
Juliete, no estaba cuando llegamos. No es muy de "te lo dije" y menos mal porque lo odio! Pero me dejó dormir, al menos.
Annie, apúntate, en el babydeli todos los sábados a las 11. C/Lagasca esquina Hermosilla. Me encantaría verte con pitufo! Puede ir un padre o dos. Clases sueltas, así pruebas. Este iremos a cocina, o puede que a ambos, apúntate al siguiente! Sigo esperando un mail de la bebeteca!!!!
Siempremamá, el sentido común, ya sabes, pero es que a veces no sé dónde lo he metido.
Besos a todas!