Bebitis y hermanitis

Mi sobrinito del alma, que hace tiempo que no os hablaba de él, cogió una infección recién nacido y estuvo ingresado en neonatos unas tres semanas, cuando llevaba casi dos ingresaron a mi madre, el hospital era otro y como no podía desdoblarme dejé de ir a verle en la incubadora. Fuerza mayor.

Le dieron de alta al chiquitín pero como no podía llevarlo al hospital de mi madre y yo no podía desdoblarme tampoco, no pude verlo hasta que no dieron de alta a mi madre. Ahora que está en casa veo a mi sobrinito del alma todos los días.

Ya tiene algo más de un mes, ha cogido bastante peso, pero sigue siendo tan frágil, tan chiquitito, tan tierno… Me encanta! Como Parrulín nació a los nueve meses y medio, con 4 kilazos, sujetando la cabeza, y con 6 kilazos cuando tenía un mes, se me hace increíble coger un bebé que pese 3.500 con un mes. Es tan delicado…

En cuanto puedo lo cojo en brazos, disfruto muchísimo con él, se calma bastante conmigo y como tengo una “bebitis” bastante acusada, me encanta tenerlo. Estamos intentando que diga el famoso Ajjjjo, es muy pronto pero al menos ya lo intenta, si sacas la lengua te la saca también, sigue objetos con la mirada… En fin, que experimentando de nuevo todos los avances de un bebé.

Estaba yo comiendo una bolsa de patatas fritas mientras charlaba con mi hermana sobre el bautizo, que quiere hacerlo pronto. Y cuando tengo una patata en la boca me suelta ¿Quieres ser la madrina? Ay, que me atraganto ¿En serio? Claro! Qué emoción! Momento llorera abrazadas y a mi cuñado también que supongo que estaría de acuerdo con la decisión. Ay, pues voy a ver a mi ahijado. Anda! Si es más guapo aún desde que es mi ahijado! ¿Dónde está tu madrina, corazón? Pero si estoy aquí! Soy tu madrina, amor mío.

Parrulín ya no tiene celos, tenía celos cuando estaba en la incubadora, quizá porque no sabía en qué le iba a afectar a él, pero ahora que ha visto que todo sigue igual y que no es competencia, le cuida un montón. Mientras mi hermana prepara el biberón se sienta a mi lado y me dice “Pásamelo mamá” Hijo, ni que fuera un balón de rugby! Se queda sentado con las piernas abiertas y le siento al bebé entre ellas mientras yo le sujeto la cabecita. Y a Parrulín le encanta!

Se preocupa cuando llora por gases, que es bastante a menudo, y se acerca a tocarle la tripilla y a darle palmaditas en la espalda. Por la calle había un bebé que lloraba y se acercó y le dijo a su madre “Llora porque tiene gases, tienes que hacerle así ¿ves?” y la mamá se quedó alucinada.

Si hay que cambiarle el pañal se acerca siempre a ver si tiene caca, el pis parece que no le dice nada, pero cuando tiene caca le parece muy emocionante y se lo cuenta a todo el mundo “Abuelita querida, T se ha hecho caca” “Mamá, T tiene caca”

Nada más recogerle en la guardería y subir a casa de la abuela va corriendo al carrito a verle “Hola T querido, te queremos muuucho” y lo acaricia. Ains! Este niño tiene “hermanitis”, quiere un hermanit@ tanto como yo… Me revuelve las hormonas este bebé tan chiquito.

Otro día más.

Sean buen@s y felices!