Me ha tocado! Me ha tocado!

Por primera vez desde que me adentré en el mundo de la blogosfera me ha tocado algo! Gracias a la generosidad de mamasincomplejos que hizo este concurso. Un blog genial y uno de los culpables de iniciar el mío. Me ha tocado los manguitos de Puddle Jumper. Estoy desando que me lleguen porque me parecen fantásticos. Anda que no va a disfrutar Parrulín con ellos! En principio en la pisci y después en la playa durante el mes de agosto. Os pongo una imagen vista aquí.

A Parrulín le encanta el agua, supongo que como a todos los niños. Cuando tenía seis meses comenzamos a ir a clases de matronatación los domingos por la mañana, le gustaba mucho, y a mí también. Cuando tenía un año lo dejamos porque comenzó el verano, cerraban la piscina y tal, y después realmente no recuerdo por qué no volvimos, supongo que lo puse en la lista de cosas pendientes y ahí se quedó. Por supuesto, en matronatación no aprenden a nadar, sino a moverse en el agua, a jugar con ella, a perderle el miedo…

El verano de un año en la playa jugó mucho con la arena y alguna que otra vez se bañó en mis brazos. Compré un flotador de seguridad del estilo de este, que me costó una pasta, pero cuando llegamos a la playa… no le cabía! Así que se lo regalamos a la vecina que era más pequeña que él. Y no usamos nada, sólo mis brazos.

El verano de dos años jugó mucho con la arena y… se negó a tocar el agua lo más mínimo, ni la puntita del pie, no lo recuerdo en el agua en ningún momento. Eso sí, la manguera del jardín causó sensación!

Le encantan meter las manos en agua y hacer guarrerías, chuparse los dedos, mojar patatas fritas o lo que encuentre, abrir el grifo del bidé en cuanto te despistas.. y juega con agua todo lo que puede, pero lo que es bañarse en la playa de momento es una experiencia fallida, quizá por las algas, que me parece que le dan un poco de grima, porque por fría no puede ser que la de la manguera está igual de fría o más.

Cuando hace unos días inauguramos la temporada de piscina le compré un flotador, y en la primera piscina a la que fuimos bien, pero en la segunda el amable socorrista nos dijo que no le dejaba entrar con flotador, que podía volcar. Pero alma de cántaro, si no me separo un segundo de él, cómo va a volcar! Nota: Ya que su amabilidad brilla por su ausencia, podía al menos estar bueno de la muerte y deleitar la mirada de las féminas, pero tampoco.

Compramos unos manguitos en los chinos y un churro para nuestra tercera experiencia, los manguitos son malos, malos, pero era por probar. Total, que el niño se mete en la piscina con manguitos y churro y ni aún así me suelta un solo segundo. “Mamá, no me sueltes que me da susto” Pero Parrulín, si estoy aquí y no te va a pasar nada! “No me sueltes, no me sueltes” y no hay forma. Menos mal que nos metemos en una que hago pie todo el rato, que si no, me echa para el fondo y la liamos parda con el amable socorrista. Se nos acercó al entrar, yo ya pensando que tampoco me iba a dejar entrar con los manguitos o con el churro, pero no, quería que le dijera dónde había comprado el churro, pues en un chino. Ah, vale. Y se va. No, no dió las gracias el amable socorrista. Nota: Ya que su amabilidad brilla por su ausencia, podía al menos estar bueno de la muerte y deleitar la mirada de las féminas, pero tampoco.

Imagino que para cuando estrene los manguitos algo me dirá. Pues los he ganado en un blog en el que cuento lo amables que son y lo buenos que están los socorristas de las piscinas públicas, ja, ja!

Creo que el problema está en que con los manguitos no se hunde, pero si le sueltas mete un poco más la cabeza y como tiene la boca abierta traga agua y se asusta. Por eso me parecen genial los nuevos estos que tienen esa parte central que le dará más equilibrio. Me imagino. Ya os contaré qué tal le sientan. Gracias a Belén de mamasincomplejos y felicitar también a Maria, de mipequeñokoala, porque también le ha tocado!

Otro día más.

Sean buen@s y felices!