Bomberos

A los que piensen que este post va sobre tíos buenos con enorme manguera, siento defraudaros, no es el caso. Pillinas!!! Ni han venido ni se les esperan. Una pena, que ya quisiera yo, pero no.

Yo, madre y esposa, me he convertido en mujer bombero, si, lo reconozco, y creo que voy a montar una asociación de mujeres-bombero anónimas. ¿Alguien se apunta?

Cuando nos convertimos en mamás (y en esposas) parece que nos convertimos también en bomberos. Esa ha sido mi conclusión del día de ayer y según os la explique no dudo que estaréis de acuerdo y espero que además os haga sonreir un poco en estos días difíciles (al menos para mi)

De repente suenan las alarmas y me veo en la obligación de salir corriendo como si a apagar un fuego se tratara. “Mamaaaaaa!!!” Y corres alarmada pensando qué habrá pasado. “Mira, una hormiga” Ah, pues no era fuego. Pero lo parecía.

Resuelto el tema de la hormiga suenan las alarmas maritales “Cariñooooo!!!” Y corres alarmada pensando qué habrá pasado. “No sabrás dónde he dejado mis llaves” Ah, pues no era fuego. Pero lo parecía. “Pues no lo sé, te ayudo a buscarlas” y mientras pienso ¿Pero le pregunto yo a él dónde he dejado mis tampax? voy buscando por la casa para encontrarlas exactamente en el mismo sitio donde las deja siempre.

Otro de los motivos por los que me he convertido en mujer bombero es que a veces tengo ideas de bomberos, y si alguien conoce el origen de esta expresión, que lo deje en comentarios, por favor.

Ayer Parrulín fue pasando la mano por todas las escaleras del metro, con la lógica conclusión de terminar con la mano negra, con la lógica conclusión murphiana de no tener toallitas en el bolso. Un kleenex no le limpiaba nada dado la enorme cantidad de mierda de las escaleras del metro. Se me ocurre comprar una botella de agua en la máquina, 1,20€, con la lógica conclusión murphinana que sólo tengo suelto 1€. La mujer bombero que llevo en mi interior decide que si el único líquido que me dan por 1€ es un cola cao, compro un colacao. Si, para limpiar la mano del niño, un colacao.

Echo un poco en el kleenex y cuál es mi sorpresa que limpia perfectamente! Es increíble! Valoro seriamente la posibilidad de realizar toallitas con colacao, para evitar que si usas una toallita en las manos después te huelan a culo. Que no es que huelan a culo realmente, sino que tengo asociado el olor de las toallitas a culo de bebé.

Me viene genial tomarme un colacao y como no tienen tapa hay que tomarlo si o si, ya me estoy relamiendo pensando en tomármelo cuando Parrulín decide que es el primer día que le gusta el chocolate. Bueno, pues vale, “que no se dice vale, se dice de acuerdo”. Pues de acuerdo Parrulín, tómatelo tú, con la lógica conclusión murphyana que termina perdido de colacao el polo, los pantalones y hasta las sandalias. Pero, eso si, las manos quedaron limpias limpísimas.

Mañana más.

Sean buen@s y felices!