Un día de junio (III)

Dia 6

Vamos a dar un paseo, yo porque tengo que espabilar, y a tí porque te irá bien el aire. Lo de montar el carrito también es más complicado de lo que parece, así que te llevo en la mochila. La gente me mira raro y oigo que comentan que se me va a asfixiar el niño. Ignorantes… Con lo felices que estamos los dos juntitos.

Mientras, el reciente papá queda con sus amigos para celebrarlo. Se le acaba la celebración cuando yo vuelvo a casa de nuestro paseo y descubro que se nos está inundando la cocina por un escape en la tubería de la lavadora. Llamada histérica a papá, que viene enseguida, pero se está llenando el barreño que había puesto, rebosa ya. Así que cojo el barreño y lo vacío. A los cinco días de la cesárea y cogiendo un peso enorme, ahí es nada. Ni se salta un punto ni sucede nada.

Segunda semana

Tras la primera semana en el hospital la segunda en casa es mucho más sencilla, no he tenido leche hasta pasados bastantes días, por lo que estás tomando biberones, cada vez que me saco una teta me miras mal y giras la cabeza. No quieres ni vérmela. Sigo intentándolo pero ya me imagino que no va a salir bien. No te gusta el biberón caliente, ni templado, sólo le gusta del tiempo, así que se convierte en algo sencillísimo, agua del tiempo y leche de polvos, en un segundo está hecho el biberón. Te alimentamos a demanda, duermes a demanda, eres tú el que manda en esta casa. Todo gira en torno a ti.

La suerte de mi situación es que papá tiene una enorme experiencia con bebés y sabe siempre qué es lo que te pasa cuando lloras, si es un gas, un pañal, hambre o sueño, es como un traductor automático. Adoro a tu padre! Adoro la cara que pone al mirarte!

Pasamos bastante bien la semana porque papá no trabaja, visitamos algunas veces a la abuela y tenemos que hacer un sinfín de trámites de los que no me puedo librar por no estar casados. Estás ya inscrito en el registro, nos lleva un buen rato ponernos de acuerdo para el nombre porque en el último momento y con el papel relleno papá no parece muy convencido del nombre elegido. Tengo que ir yo a la seguridad social para poder llevarte al pediatra, tengo que ir yo a la seguridad social para que nos den las ayudas, tengo que ir yo a hacerte la segunda prueba del talón.

Incongruencias administrativas, puesto que tienes un padre, tienes sus apellidos, tenemos libro de familia, pues el resto que lo haga el padre, que no tiene la tripa cosida y llena de grapas.

Todas las salidas las hacemos en la mochila, parece que a papá también le ha gustado, te sentimos cerquita, te acariciamos todo el rato. Te has acostumbrado a dormir tumbado encima de papá y para mí se convierte en una imagen imborrable. Cada vez que os veo juntos me pongo a llorar pensando la inmensa suerte que tienes con el papá tan bueno que te ha tocado. Serán las hormonas.

Dia 14

El domingo es el día que nos reunimos los hermanos en casa de mi madre. Le digo a papá que me apetece ir a pasar el día con ella, y quiere llevarnos en coche. Pero como ya está montado el carrito decido irme a la aventura, preparo todo, te subo al carrito y me voy en metro a pasar el día a casa de mi madre. Con más de 20 grapas en la barriga! Y un par de ascensores también, que mi estación y la suya tienen ascensor hasta la calle. Soy una campeona!

Dia 15

Papá tiene que volver a trabajar. Yo me siento bien, no me duele nada, puedo ir sola a cualquier sitio contigo, nos hemos adaptado perfectamente los tres y por fin… soy mamá!