Carreras y perlitas navideñas

El jueves, último día de cole, los niños salían a las 2:30 pero como yo no salgo de trabajar hasta las 4 le pedí a una amiga que me lo recogiera. Salgo corriendo de trabajar y voy a buscarle a casa de mi amiga. Por el camino, mientras espero al cercanías, me compro unos pendientes para mis Reyes, son una mamá búho con su buhito, qué pena que no los hubiera de patos, me habrían encantado. Llego a casa de mi amiga y me dice “Mamá, ha venido al cole un Papá Noel disfrazado de señor y nos ha dado un regalo!” Les habían repartido un llavero del cole. Lo del Papá Noel disfrazado de señor pues la verdad es que preferí no indagar por si me salía el tiro por la culata. Las galletas que llevaba de regalo para su profe… no se las dio! Quiso repartirlas entre sus amigos y en el cole no permiten repartir nada hecho en casa y su profe no le dejó. Estaba un poco enfadado por eso. Tendré que explicarle a la vuelta de las vacaciones que las galletas eran para ella.

Pasamos corriendo por casa a recoger unas cuantas cosas que necesitábamos porque dormíamos en casa de la abuela, bolsa en un hombro, y nos vamos corriendo a hacer unas compras por el camino. Iba yo corriendo, buscando para mis reyes unos guantes bonitos para sacar las bandejas del horno cuando hacemos galletas y alguna que otra cosa para la casa, así que nos fuimos a una de esas tiendas de cosas para casa pero… no había! Al final termino comprando dos juegos de cubiertos que nos hacían falta, bolsa en otro hombro. Luego encontramos casualmente otra tienda de cosas de casa donde sí había guantes, compro dos y dos paños y compro además una manta de esas para el sofá con mangas que, casualmente también, tenía la misma gama de colores que mis cojines y me encantó, bolsa en la mano. Antes de llegar corriendo a casa de mi madre paso por el súper para comprar los ingredientes para el helado de donuts, bolsa en la otra mano. Más dolorida de la espalda que nunca llegamos por fin a casa de mi madre. Vaya tarde ajetreada!

Parrulín, que no había dormido siesta, y que había caminado bastante de tienda en tienda, cena fenomenal y después me monta un numerito de cuidado porque echa mucho de menos a papá y quiere ir con él y no quiere dormir conmigo en casa de la abuela. Llamamos a papá, muchos lloros y berrinches. “Es que echo mucho de menos a papá!” Bueno, cariño, que mañana lo vemos. “Nooo, yo quiero verlo ahora!” Al final se durmió llorando el pobre. Y yo me lié a envolver toda la cantidad de regalos que tenía escondidos, al final me acuesto tardísimo. Vaya noche ajetreada!

Al día siguiente por la mañana, tengo que ir corriendo al hospital a solicitar la copia de unas pruebas de mi madre que nos piden en el nuevo hospital, por el camino me compro un bolso para mí y unos pantalones y un jersey para mi santo. Nuestros Reyes solucionados. Le compro también a Parrulín un jersey precioso, porque si. Acompañamos a mi madre a comprar un par de cosas e incluso bajamos con ella hasta el corte inglés. Vaya mañanita ajetreada!

Después de comer con la abuela y de dormir un poquito de siesta nos vamos corriendo a ver a los Reyes que venían a mi trabajo. Madre mía, qué cantidad de gente había, qué agobio! Parrulín decide que quiere hablar sólo con Baltasar, le dice “Baltasar, que he sido muy bueno, que me traigas un camión de bomberos dragón, no te olvides, eh?” Y cuando ya se va le dice “Buen viaje Baltasar!” Los tres Reyes se reían de sus ocurrencias. Baltasar le regala un balón y le promete que le llevará el camión de bomberos dragón. Salimos de allí y nos vamos corriendo a Plaza de España porque quería comprarle una cosa en el mercadillo de artesanía, pero no encuentro lo que buscaba. Parrulín se entretiene mirando la fuente “Mira mamá, el agua brota violentamente” ¿has dicho que brota violentamente? “Si, lo he aprendido yo solito” Toma ya! En realidad debe de ser de un cuento pero caray con el vocabulario que se gasta el niño!

Vamos corriendo a casa a recoger unas cuantas cosas que necesitábamos porque dormíamos otra vez en casa de la abuela, bolsa al hombro, pero decido esperar a que llegue mi santo para que el niño decida si quiere dormir conmigo o quiere dormir con papá después del disgusto y del numerito del día anterior. Me duele tanto la espalda que se me está durmiendo un brazo, esto no puede ser bueno, paso por casa de mi amiga para que me preste su cojín de huesos y ponérmelo caliente un rato en la espalda. Cuando llega papá dice que quiere dormir con él, que si no lo echa mucho de menos. Parrulín es que yo quiero que vengas conmigo, que si no me vas a echar de menos a mí. “No mamá a ti no te voy a echar de menos!” Será descastado el tío! Tener hijos para esto… Bueno, vale, pues me voy sola corriendo a casa de mi madre, mira, así descanso. Santo, ¿qué te parece si aprovecho y llevo mañana por la mañana los paquetes a casa de tu madre? Bien, porque con niño va a ser más complicada la logística para que no se entere del asunto.

Llego a casa de mi madre. Coño, el helado! Me pongo corriendo a hacer el helado de donuts y me sale riquísimo aunque termino tardísimo. Duermo como un lirón, es la primera vez en meses que duermo sin el niño. Cuando suena el despertador creí que era él que me estaba llamando. Pero no, era el deber el que me llamaba. El dolor de espalda ha desaparecido, o casi. Cargo con todos los paquetes de regalos y voy corriendo a casa de mi suegra a dejarlos. El dolor de espalda vuelve. Voy corriendo a casa, me esperan los amigos para tomar el aperitivo, como todas las Nochebuenas. Unas cañitas y a casa a comer y a dormir un poquito de siesta. Le explico a Parrulín que esta noche hay una fiesta en casa de la abuela para cenar y mañana una fiesta en casa de la yaya para comer. Me contesta “Bueno mamá, si tú lo dices, pues vale” ja, ja! Le explico que hoy es Nochebuena y mañana Navidad, pero no hay manera de que se lo crea. “Si hoy es Nochebuena mañana tiene que ser Nochevieja” No cariño, mañana es Navidad, como dice la canción ♫Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad…♫ “No, mamá, eso es lo que dice la canción pero en la realidad no es así, hoy es Nochebuena y mañana Nochevieja” Vale, cariño, lo que tú digas.

Alguien por la calle le cuenta que el día de Navidad nace el niño Jesús y Parrulín le responde “No nace, se celebra que nace, pero no nace” Yo le miro asombrada y lo mejor es cómo continúa. “Porque de eso hace ya muchos, muchos años, y después de que naciera Jesús cayó un meteorito y se murieron todos los dinosaurios y la familia del belén también!” Toma ya!

Llegamos a casa y cuando estamos en el baño coge un trozo de papel higiénico y se lo pone por la cabeza mientras sujeta las puntas con los brazos separados y me dice “Mira mamá, soy el portal de belén!” Pues sí, es la misma forma. A mí me da la risa, pero luego vino lo mejor, junta los brazos a la cabeza y me dice “Mira mamá, ahora soy la Virgen María, con su largo pelo!” Terminé llorando de la risa sentada en el suelo del cuarto de baño.

Estoy agotada, madre mía qué de cosas en un par de días, y eso sin contar las celebraciones, que os las contaré otro día. Necesito un descanso. Qué estrés de fiestas Dios mío! La cantidad de cosas que hay que pensar, que preparar, que comprar, que empaquetar, que ocultar… y aquí, de resacón post fiestas navideñas, y trabajando. No resacón por el vino y el champán, que han sido consumidos, por supuesto, pero con moderación, sino por las prisas y la cantidad de cosas que tenía que hacer. A ver si para los Reyes del día 6 me planifico mejor!

Por cierto, que me lo habéis preguntado en los comentarios anteriores, el helado de donuts es una fantástica receta del blog de Gema llamado En mi nube de azúcar y os dejo un enlace cada vez que escribo helado de donuts, sólo tenéis que pinchar. Merece la pena probarlo.

Sean buen@s y felices.