Llevo varios días sin escribir, estoy de bajón, como se dice. Deprimida, angustiada, preocupada… un poco de todo.
En ocasiones ante las encrucijadas de la vida no es bueno ninguno de los caminos que se nos ofrece. Y cuesta mucho encontrar la opción menos mala.
En ocasiones ni siquiera tenemos la opción de elegir y en esa encrucijada de caminos es el destino el que nos obliga a seguir por uno de ellos, quizá el más espinoso, quizá el que comienza bien y termina en precipicio, quizá el que después de dar muchas vueltas descubres preciosos paisajes y resulta que ha valido la pena.
Hoy estamos en uno de esos días. Hoy veremos qué camino nos depara el destino.
Hoy es un día importante, temido y esperado.
Hoy descubriremos cuál es el camino que ha de tomar uno de los dos y si nuestros caminos se separan cual es la forma en la que seguir siendo una familia.
Hoy sabremos a cuantos kilómetros de nosotros tendrá que ir papa de Parrulín a trabajar. Sabremos si la distancia es insalvable, si tendremos que separarnos de lunes a viernes, si tendremos que ir a vivir a un punto intermedio.
Nos casamos por la iglesia, nos casamos por la fórmula de David “Donde tú vayas yo iré, tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios” pero desgraciadamente no es posible en la vida real.
No puedo seguirle, no puedo seguirle allá donde vayas, tengo obligaciones, tengo que trabajar, Parrulín tiene que ir al cole a partir de Septiembre.
Es inútil preocuparse, es inútil adelantar acontecimientos. Haremos lo mejor para la familia, haremos lo posible por mantenernos unidos, por darle una estabilidad, por llevar una vida lo más normal posible, no importan los sacrificios que tengamos que realizar.
Cuando Parrulín tenía dos meses le dije a mi marido Ahora somos tres, somos tres pero en realidad somos uno, que es él. Es algo que recuerdo cada día, que él es el sol y el motor de nuestra vida, que es la prioridad número uno.
Lleva un par de días raro el niño, probablemente nota nuestra preocupación, se coge unos tremendos berrinches ante cualquier tontería. Procuro llevarlo con calma pero no puedo negar que seguramente sea culpa mía, que los niños perciben las vibraciones y las mías deben de ser como un tiovivo. La preocupación me mata.
Hoy se acaba la preocupación y empieza la ocupación.
Hoy tomaremos decisiones importantes.
Hoy estoy muerta de angustia y de miedo…
Bueno hay decisiones que nos marcan para siempre, lo mejor tomarlas con la cabeza fria, sopensando los pros y los contras.
ResponderEliminarEspero que sea lo que sea lo que pase sea bueno para todos y en especial para parrulin. Besos
Así es... A lo mejor a la larga se convierte en algo positivo, quien sabe.
ResponderEliminarGracias cariño.
Besos