Hoy, si no sucede ningún imprevisto, terminemos por fin con el tema del robo.
Pongo en antecedentes: Dia 14 de febrero, San Valentín, no es que seamos de celebrarlo pero se nos había ocurrido meter el día anterior una botella de champán en la nevera, llego a casa con el Parrulín, supercontenta, tralará, tralará, voy a hacer una cenita rica… Voy a abrir la puerta y veo como serrín en el suelo ¿y esto? Miro hacia arriba y el marco y la puerta medio rotos porque lo habían intentado apalancar por varios puntos. Parrulín, vámonos, corre, doy media vuelta y salgo corriendo al ascensor. Más que nada pensando que podían estar aún dentro.
Llego al portal y llamo a mi santo Que nos han intentado robar! Tranquila, espérame, que ya voy. NO ENTRES! Y se me vá la última gota de batería.
Llega una vecina (desconocida) que me oye al teléfono y me convence para que subamos juntas a ver si han conseguido entrar o no. Soy una chica muy fácil de convencer. Inconscientes las dos, porque no íbamos a poder hacer nada si estuvieran dentro, no sé por qué me convenció la verdad, supongo que no estaba mucho por pensar.
Lo que sí me dio tiempo a pensar es que no quería a Parrulín presente, llamo a otra vecina de enfrente, también desconocida pero con una nena un poquito más pequeña que el mío. Has oído algo que intentaran entrar en casa? Ah, pues no, y llevo todo el día en casa. Pues mira cómo está la puerta. Te puedo dejar al niño un momento mientras abro y veo qué ha pasado? Si mujer, tranquila.
Abro, cerradura intacta, pues no han conseguido entrar. Un vistazo rápido, está la tele, está el ordenador, no han podido entrar, todo bien.
Recojo al niño y me voy al bar de unos amigos, pido prestado el teléfono. Cariño, que no han conseguido entrar, que no te preocupes. NO TE HE DICHO QUE NO ENTRARAS? Y tu teléfono? Murió. Que te estaba llamando que va la policía para allá. Vale, voy.
Esperando en el portal a que viniera la policía, llega un borracho borrachísimo que apenas se ponía en pie y llama a todos los telefonillos. Me aparto discretamente porque no me gustaba nada. Llega la policía. Es esta tu casa? Abres? Digo si, pero es que ese tipo no me gusta nada. Vamos nosotros no te preocupes. Oiga usted (que seguía llamando a todos los telefonillos) a qué piso va? Y dice al 2ªD. Me quedo de piedra. Le doy un tironcillo en la manga al otro poli. Que ese es mi piso!!!!
Al final le piden los datos, le registran, no tenía antecedentes, no vivía en esa casa, ni en esa calle, aunque sí en un 2ªD. Que casualidad ¿no? Surrealismo puro.
Ya subieron, abrí la puerta, tomaron todos los datos para hacer la denuncia… Has entrado? Pues si. Y cómo se te ocurre? Pues no sé, no pensé.
Entra Parrulín y coge un pato que tiene que si le agarras del cuello chilla. Se pone a chillar el pato y Parrulín lo acaricia. No te preocupes patito, que no ha pasado nada (poniendo voz de mamá) Los polis muertos de risa. Al final terminaron charlando con el enano y él todo contento dándoles gominolas de corazón a todos.
Los polis se fueron, llegó mi santo, me echó la bronca por haber entrado…
Entre pitos y flautas ni San Valentín ni leches, nos acostamos tardísimo, muertos de miedo por si entraban, atrancando la puerta con unos tablones y una bombona de butano!
Pues eso, que un San Valentín inolvidable. Continuará….
Mañana más!
Sean buen@s y felices!
ALAAA!!! que susto,no??? de pelicula....
ResponderEliminarANA
Si, y no hemos terminado todavía con los trámites del seguro. Seguiré contando.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita y por tu comentario. Me paso por tu blog!
Gracias.