El viernes mi santo esposo llegó diciendo que no se encontraba bien. Tengo que reconocer que pensé que estaba exagerando. Pero a lo largo de la noche y del fin de semana se fue poniendo cada vez peor y con más fiebre. Por lo que lo mejor que podía hacer yo era desaparecer con Parrulín para que papá descansara y durmiera todo lo posible.
Hace días que habíamos comprado entradas para ir a ver al genial violinista Malikian, esta vez en el teatro Lara, Cuentos del mundo. Fuimos con la yaya también, y fue estupendo, como siempre. Empezando por la hermosa sonrisa, la carrera y el grandísimo abrazo que le dio Parrulín nada más verla, “Yaya, qué contento estoy de verte” fue la frase más repetida de toda la mañana. A la yaya se le caía la baba, claro. Tengo un hijo muy cariñoso y muy pelota también, sabe que nos encantan sus zalamerías y no se cansa de repetirlas.
Volvimos a casa, no sin antes tener que comprarle una bolsa de gusanitos, que gracias a Dios se le cayeron al suelo la mitad. Su mamá, previsora, le preguntó si quería llevar él la bolsa, y efectivamente, cayeron al suelo casi todos. Yuju! Luego a comer y a dormir la siesta juntitos.
Al despertarse nos fuimos al parque, lo pasamos muy bien jugando con la arena, llenando el camión y volcándolo infinitas veces “Mama, qué bien lo estamos pasando” Había una obra cerca y en la calle estaban aparcadas… ¡dos excavadoras! Guau! Qué emoción! Le encantan las excavadoras, las grúas y el “camión de la caca” y cada vez que ve alguno se emociona.
Después a bañar, a cenar “a lavar los dientes y escupir el agua” y a dormir, abrazadito a mamá y repitiendo hasta la saciedad “Mamá cuaaanto te quiero, no es que te quiera, es que te adoro” Es para comérselo a besos pero cuando lo repite constantemente ya dudas si te está tomando el pelo. Bueno, no lo dudo, lo afirmo, pero me encanta que me lo diga! Y lo disfrutaré mientras lo haga hasta el máximo.
El domingo fuimos otra vez al parque por la mañana, pero hacía mucho frio y no había casi niños, aún así llenamos un montón de veces el camión, subimos al tobogán grande y a los columpios, aunque estos últimos no le hacen demasiada gracia. Estábamos por allí cuando oímos Hola! Otro papá, su niña, mi niño y yo, extrañados. Hola! Salía de un árbol. Hola! “Mamá los árboles no hablan” No cariño, en los cuentos sólo. Hola! Hasta que lo ví, era un loro! Si, si, un loro! Era verde (como los loros) y no lo veíamos en el árbol que también era verde (como los árboles). Probablemente se habría escapado. Fue la atracción de la mañana Hola! “Hola loro” Hola! “Hola loro” y así un montón de tiempo hasta que el pobre loro se marchó agobiado (supongo) entre Parrulín, la otra niña y el papá que no paraba de hacerle fotos (al loro). Yo me reí un montón. Y si, venga, lo reconozco, también le hice alguna foto al loro ¡una no encuentra un loro por la calle todos los días! Parrulín se celó “Yo también quiero una foto, mamá” Claro, cariño, las que quieras. “Pongo cara de loro?” Mmmm… de acuerdo. (Aclaración: la cara de loro es la cara normal, porque yo no ví diferencia, pero tengo una foro de Parrulín con cara de loro!)
Después fuimos a ver las excavadoras otra vez, que eso no se le olvida, y temo que tendremos que ir a verlas mientras dure la obra. A comer a casa de la abuelita con mis hermanos y tras la siesta y la merienda a casa otra vez. Nos fuimos en metro y había un dúo de chelo-violín en uno de los pasillos. Se acerca sin más a oír la música y a decirle a la chica “Eso es una viola de gamba” la chica me mira asombrada, y le contesta Es un chelo. “Ah, un violonchelo?” Si, dice la chica alucinada “Pues el contrabajo es más grande” Si, también sé tocar el contrabajo. “Pues otro día lo traes, adiós” Las dos chicas se morían de la risa. Pero cuántos años tiene? Pues dos, pero es que le gusta mucho la música.
Y yo me pregunto ¿pero a quién ha salido? Indudablemente a su yaya, porque a mi familia no, desde luego, y a su madre menos aun, yo juro que canto el cumpleaños feliz y como no le ponga letra nadie sabe qué demonios canto. Si desafino hasta con los villancicos! El caso es que dentro de mi cabeza suena bien pero cuando intento que salga para fuera no acierto ni una sola nota! Es raro, no se puede hacer peor.
Esta mañana cuando me he levantado he tenido que ir a llevarle el niño a mi madre para que descansara mi santo (y quejica) esposo. Lleva malo cuatro días, es gripe, le quedan tres. Uf! Y estoy deseando que termine para poder quejarme yo de algo! Que vaya fin de semana que llevo!
El caso es que levantar al niño tempranísimo para llevárselo a la abuela es una pena, pero se despierta fenomenal, super contento, cogemos un taxi para llegar antes y de ahí me voy yo al trabajo. Nos tocó una taxista “Mamá, es una señora!” Si cariño “A mí me gustan más las señoras-taxi!” Mmmm… a mi también. “Mira mamá, una grúa, mira mamá un camión de la caca!” Así todo el camino. Y la conversación final con la taxista no tiene desperdicio “Voy a casa de la abuelita porque papá está malito, tiene fiebre y no puede llevarme al cole. Claro, como está malito hay que cuidarlo ¿verdad señora-taxi? Yo le cuido diciendo Papá cuaaanto te quiero, y claro, así ya no le duele nada” La taxista se moría de risa con él.
La verdad que acostumbrada a levantarme, ducharme y marcharme después de darle un besito, es un placer llevarlo por la mañana, me ha hecho reir un montón de veces y una empieza el día con alegría. Estoy deseando ir a recogerlo al cole.
Mañana más!
Sean buen@s y felices!
Que fin de semana tan intenso!!! y que gracioso y zalamero es tu parrulín...si DAvid me dice eso de que no es que me quiera, es que me adora, me lo como en dos bocaos!!!! que bonico!!!
ResponderEliminarYa te lo dirá Ana! Lo aprendió d la abuela. Lo malo es q no para, ja, ja. Un besito guapa y gracias por tu visita.
ResponderEliminarPor cierto, q el viernes enlacé a kanguret ;)
Qué rico tu niño!! me encanta!!
ResponderEliminarMe da envidia todas las actividades que tenéis para los nenes, la suerte de vivir en la gran ciudad.
Yo a su edad ya le pedía una guitarra a mi madre, y seguí tocando guitarra, piano, flauta, solfeo...
Me encantaría que mi niño (cuando lo tenga) lo sacara también.
saluditos.
Trax, yo creo q se nace pero también se hace, a todos los niños les gusta la música, pero si se lo fomentas le gustará más aún. si tiene aptitudes, Dios dirá.
ResponderEliminargracias por tu visita! Besos!
Tu niño es un bombón, me encanta ¡Qué gracioso! Te lo tienes que pasar bomba con él. Te he conocido a través del blog de "creciendo con David" y me encanta. Por cierto, entre nosotras, los hombres son unos quejicas je je
ResponderEliminarhttp://avecesmujersiempremama.blogspot.com/
SM, acabo de pasarme por tu blog tambien.
ResponderEliminarQuejica? Que va.... Te prometo que me hace pasar peores noches que el niño! Hombres!!!
Un beso, reina.
Mamá de parrulín, me encanta parrulín, y además como tiene dos años me fijo mucho en las cosas que escribes porque me parece increíble que cocoliso algún día me diga cosas y razone hablando, el día que lo haga voy a flipar, por eso pienso: mira el parrulín qué rico las cosas qué dice...
ResponderEliminarEn cuanto a la música qué maravilla, tenéis que fomentarle todo lo que podáis esa inclinación natural que siente él...Esa es una sensibilidad especial con la que él ha nacido y a mí me parece maravillosa ...
MB cada edad (por ahora, je, je) me ha parecido preciosa, disfruta de Cocoliso y de cada pequeño avance que ya hablará.
ResponderEliminarAhora es muy divertido como razona, como habla...
La música intento que lo disfrute lo más posible, el dia que no le apetezca lo dejaremos. Me apenan mis pocos o nulos conocimientos, que me quitas a Sabina y no soy nada! Pero voy aprendiendo con él.
Un beso grande guapa.
Cualquier dia quedamos para una horchata!
habla por los codos el tio, que rico y de cosas bontias que dice, es un cielo...
ResponderEliminarEs un cielo, como su madre! Ja, ja!
ResponderEliminarBueno, y como su padre tambien, que es cosa de dos.
Besos Tricius! Y gracias por tu visita!