Empiezo aclarando que, gracias a Dios, o quizá gracias a cómo las resolvemos, Parrulin no es mucho de rabietas. Pero algunas veces, como todos los niños, la lía.
La suerte también es que hasta ahora no se han producido en el parque, en un centro comercial o en algún sitio de esos en los que además las mamás nos sentimos fatal pensando en el numerito que estamos armando, el niño con sus lloros y nosotras intentando calmarlos, los demás mirándote, juzgando al niño, juzgándote a ti...
Parrulín ya sabe que llorar no vale, en el sentido de que no va a conseguir lo que quiere por llorar, o al menos cuando están mamá y/o papá (porque lo de la abuela es otra historia, que le deja hacer de todo con tal de que no llore, que pobrecito su nieto, que por qué va a llorar si su abuela lo puede evitar, en fin…)
Generalmente las rabietas son en casa, porque no quiera bañarse, porque no quiera que le pongas cremita, porque no quiera comer o porque quiera ir al parque a altas horas de la noche o a casa de la abuela…
Cómo las resolvemos? Dialogando. Si, tiene 2 años y 8 meses, pero saben dialogar, desde que saben hablar saben dialogar.
Lo primero y más importante es no levantar la voz, nunca, bajo ninguna circunstancia. Excepción: Se puede dar un grito si va a meter los dedos en el enchufe o algo peligroso, pero es algo puntual.
Después le decimos Parrulín, primero cálmate, sécate las lágrimas y dime qué es lo que quieres. Es impresionante cómo es capaz, tan pequeño, de ejercer su autocontrol y en un segundo no llora! Es como que respira hacia dentro, se seca las lágrimas y se acabó el llanto. Se nota que para él supone un esfuerzo importante, pero me encanta ver como es capaz de hacerlo. Se seca las lágrimas y me dice “Ya mama, ya estoy calmado”. Muy bien Parrulín! Ahora dime qué es lo que quieres. La mayoría de las veces es algo perfectamente posible, tipo jugar con el tren o algo así, con lo cual, consigue lo que quiere y un gran abrazo y felicitaciones por haberse calmado, además de tenerme a su lado jugando con él.
Si no es posible lo que pide (después de abrazarle y felicitarle por haberse calmado) tratamos de proponerle otra actividad que le guste. “Mira cariño, ahora no podemos, pero podemos hacer no se qué que tanto te gusta”. Suele colar.
A veces no es posible o más bien recomendable lo que pide, pero se puede hacer una excepción. Aquí empieza la negociación (después de abrazarle y felicitarle por haberse calmado). Está bien, cariño, yo te dejo hacer esto pero tú haces esto otro ¿te parece bien? “Si mamá, me parece muy bien” El consigue lo que quiere y yo consigo echarle cremita después del baño por ejemplo.
Si, si, parece muy sencillo todo, y suele funcionar bastante bien pero en ocasiones no funciona nada de nada, lo que papá pato llama “episodios nihilistas” son los de Noooo, no quiero calmarme; Noooo, no quiero negociar; Noooo, no quiero que me lo expliques; Noooo, no quiero respirar… En estos casos la verdad es que el estado de nervios en el que se encuentra no le permite recordar ni qué es lo que quiere, pierden el control y la perspectiva. Seguimos hablando con voz tranquila y si nos ponemos más nerviosos de la cuenta nos relevamos para que lo intente el otro. Al final, lo más agotador es no perder nosotros el control, porque el episodio se suele resolver por si mismo en un ratito. Entiendo que estás enfadado, yo me quedo aquí contigo y cuando te calmes me explicas por qué te has enfadado. Luego viene y me dice “Mama, es que me he puesto muy nervioso” Si, cariño, ya lo he visto, pero tú sabes que no sirve de nada, a que sí? Lo pasas mal, lloras mucho, te pones nervioso y no consigues lo que quieres. Las cosas se piden calmado y sin llorar.
Lo bueno es que mamá pato y papá pato están totalmente de acuerdo en la postura a tomar. Mamá tiene más paciencia, es verdad, y suele iniciar el proceso de diálogo, papá me releva cuando le pido ayuda. Otra de las cuestiones importantes es no venir si no es llamado. Si uno está calmando al niño es suficiente, no sirve de nada que venga el otro porque suele comenzar el proceso de nuevo. Y nunca, nunca, llevarle la contraria a tu pareja en una negociación de estas.
¿Qué os parece nuestra técnica? A vosotr@s que os funciona?
Mañana más!
Sean buen@s y felices!
Me encanto como lo explicaste!!! Ahora bien, mmm mi tecnica es muy similar a la tuya! Tambien debo aclarar, que es un tranquila, pero obvio es una nena de la misma edad que parrulin y es logico que tenga alguna vez una rabieta. Cuando esto ocurre, le hablo y trato de que se calme, por lo general, soy de tenerle paciencia, en el unico momento que la pierdo es en la hora de la comida, es todo un tema, y es mas mio que de ella. En fin, no me voy de tema, cuando empieza que no quiere escuchar nada de nada, la dejo y le aclaro: Bueno Vicky si no queres contarme que es lo que te sucede, listo, mamá continua con otra cosa y cuando tengas ganas de contarme que es lo que te pasa, hablamos! Y es cierto, en un abrir y cerrar de ojos, esta al lado mio pidiendome sin llanto de por medio, lo que quiere! A veces, es dificil, porque es como lo mencionas, porque fueron muy escasas las veces que se puso a llorar a los gritos, y lo que hice, fue hablarle, y si se quedo empacada sin querer caminar, y la deje ahi paradita, segui caminando (despacio) y a los 2 segundos la tenia pegada a mi! Asi que no hay que ponerse nunca a la altura de ellos y otra muy importante es que los 2, o sea papá y mamá NUNCA se contradigan, siempre los dos tirar para el mismo lado, porque ahi se viene el problema.-
ResponderEliminarEso es Alejandra.
ResponderEliminarLa técnica de "Cuando se te pase hablamos", no me funciona porque se dedica a perseguirme por la casa vaya donde vaya llorando igual y pidiendo lo que quiere (o lo que no quiere, según el caso)
Lo de "Bueno, pues yo me tengo que ir, si quieres vienes conmigo", si funciona, venir viene pero no se le pasa.
Cada una tiene sus métodos, lo importante es estar de acuerdo con papá y emplear los mismos.
Besos!