El nene se hace mayor. Ya hace tiempo que hemos empezado a jugar a cosas imaginarias. La primera vez que lo hizo no recuerdo qué me estaba pidiendo que le comprara que no podía ser, y a un “es que yo lo quiero” le respondí que yo también quería un camión amarillo. Alargó la mano, cogió un imaginario camión amarillo del aire y me lo dio. “Toma, un camión amarillo!”
Después tuvimos una etapa en la que jugábamos con una pelota imaginaria. Este es un juego particularmente útil, no rompe nada, no hace falta correr para ir a buscarla, metes gol siempre que quieras… Un chollo de juego, vamos! Como nos gustó a ambos, hemos jugado mucho a la pelota imaginaria.
Pues bien, ayer tuvo su primer amigo imaginario. Y no era un niño, ni una niña, ni nada parecido, era… un bebé rinoceronte. Si, tal y como suena, un bebé rinoceronte. Le ha llamado Rufo.
Rufo se mete entre mis piernas cuando tengo que abrir una puerta, se ha caído por las escaleras de casa, llora a menudo y no sabemos dónde está, tenemos que tener cuidado por si le pisamos, tenemos que acariciarle, darle besos y decirle que lo queremos mucho, tenemos que darle de comer, tenemos que bañarlo, se escapa por la calle y tenemos que salir corriendo detrás de él… En fin, que la lía de todos los colores. Estoy de Rufo hasta la coronilla!
Esto me pasa por fomentar el juego imaginativo, que la pelota estaba muy bien, pero el bebé rinoceronte…
Cuánto dura esta etapa? Cuántos animales más meterá en casa?
El lunes más!
Sean buen@s y felices!
Ains.. Parrulina.. que tierno¡¡¡
ResponderEliminarque dulce es tu parrulin hasta para tener amigos imaginarios¡¡¡
Besos¡
Me encanta! Disfruta, al fin y al cabo no todo el mundo puede tener un bebé rinoceronte en su casa ;)
ResponderEliminarBesotes!
Jajajja me encanta Parrulín y me encanta Rufo!!!! Que majete, es genial que tu niño tenga conciencia animal. No te quejes del imaginario, que verás como te acaba pidiendo un animalito de verdad :-)
ResponderEliminarQué imaginaciçon tiene tu hijo, y qué bien que se entretenga tan fácilmente!
ResponderEliminarCon el mío eso es misión imposible...
Un rinoceronte bebé siempre está mejor en la imaginación que en la realidad. Un día te pide un rino de verdad y la liamos.
ResponderEliminarJa,ja,ja... Sí que tiene imaginación! Prepárate para acoger un zoo en casa...
ResponderEliminarAnnie, la verdad es que el niño tiene angel, me lo dice mucha gente.
ResponderEliminarIra, es especial tener un bebé rinoceronte, pero no sabes la lata que da ;)
Drew, ya me ha pedido "un conejo de verdad, eh? no de peluche" pero un animal es una responsabilidad que no estoy preparada para asumir.
Nereida, imaginación tiene, pero lo de entretenerse solito... pues unas veces si y otras veces no, supongo que es cuestión de tiempo.
ResponderEliminarLola, ya te digo, ja, ja! Pues la socorrida "Si mamá dice que no, es que no, y punto!"
@Mousikh, si tiene imaginación si, yo con tal de que no se cagen los elefantes en el salón me conformo! Ja, ja!
Me encanta Rufo! jeje. Tranquila, que Rufo también crecerá y dejará de hacer trastadas!
ResponderEliminarVaya imaginación, qué será lo próximo?
Besotes.
Pero que agobio da un amigo imaginario!!! Mis tortuguitas nunca han tenido uno... ya debemos tener mucho jaleo en casa como para meter a alguien mas, je,je...
ResponderEliminarA ver que es lo siguiente... Llenaras el Arca de Noe?
Yo no se dónde he leído que tener amigos imaginarios es propio de niños muy inteligentes....
ResponderEliminarEn este sentido, la fantasía se transforma en un aliado que permite conocer los temores e inseguridades del pequeño, pues ese ser inexistente no es más que un reflejo de lo que el niño es o quiere llegar a ser.
Imaginación ¿sinónimo de inteligencia?
"Un estudio realizado por la Universidad de Yale, agrega que los niños con amigos imaginarios suelen ser más sociables, abiertos y comunicativos, con mayor habilidad en el lenguaje y una especial capacidad para entretenerse.
Esto porque al crear situaciones ficticias, el niño aprende a superar obstáculos por sí mismo, conversa sin que nadie le reproche sus posibles errores del habla, y su creatividad impide que se aburra con frecuencia."
Trax, lo peor es cuando Rufo se escapa por la calle y tenemos que correr detrás, el resto más o menos lo llevamos bien, ja, ja!
ResponderEliminarIrene, qué raro que tus niñas no, supongo que porque están más acompañadas entre ellas.
MdB, me estás diciendo que Parrulín quiere llegar a ser un rinoceronte? Ja, ja. No, que te he entendido, ya había pillado que es un reflejo, cuando Rufo me quiere dar un beso (y me lo da) le pregunto si él también, y si, también. Aprende el rol de cuidador y expresa a través de Rufo sus propios sentimientos, pero sin esconderlos. Habla con él mentalmente y luego me lo transmite a mi, en este caso no potencia la conversación, pero ni falta que le hace! Un beso, reina.
Jejeje!! Acabaras con el zoo entero en tu casa a este paso. Menos mal que no le tienes que dar de comer a Rufo.
ResponderEliminarhahaha, buenisimo! Me imagino como estas del pesado de Rufo!! ;-) No es lo mismo, pero cuando a mi chiqui le da por ser un gato... acabo del gatito hasta la coronilla!! que los gatos de verdad no son tan pesados!!! ;-)
ResponderEliminarYo y mis mini yos, también tenemos la versión gato, la verdad es que no está mal, dice que es un gato, se mete debajo de la mesa, maulla un ratito y no anda por ahí enredando! Ja, ja!
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