En mi casa era tradición que mi padre comprara un calendario
de Adviento, de esos de ir abriendo ventanitas. Cada año lo elegía más bonito,
o eso me parecía a mí, y me encantaba. Es una de esas tradiciones que he
querido repetir con mis hijos. Hace un par de años le hice a Parrulín su primer
calendario, pero de regalitos, y fue todo un éxito. El año pasado lo tenía ya
todo comprado pero con el ingreso de mi madre no me dio tiempo a prepararlo e
hice algo tan cutre como ir dándole un regalito cada día sin envolver ni nada.
Este año estoy preparando un calendario de Adviento chuli, chuli, ya veremos
como queda.
Me gusta adelantarle los acontecimientos, o por eso o por mi
reconocida incapacidad para guardar un secreto se lo solté ayer en el metro.
Parrulín, el domingo comienza el Adviento y empiezas a abrir los regalos del
calendario! "Y qué es el Adviento?"
Para explicarle el Adviento empecé a contarle un cuento
sobre el tema. Lo pasamos fenomenal, fue muy divertido. Hala, pues ya tengo
post! Que ando falta de inspiración últimamente.
"Y qué es el Adviento?" El Adviento es un tiempo
de preparación para el nacimiento de Jesús. Te acuerdas que nació en el portal
de Belén? "Si, en Pakistán nació!" No, AllíNoEstán! Jajajaja! De
dónde has sacado eso? “Me acuerdo del año pasado, a mí me parece que era
Pakistán” Pues va a ser que no. Quieres que te cuente la historia?
Estaba la Virgen María, que tenía ya la tripa muy gorda, muy
gorda, muy gorda cuando… Sabes lo que le pasó? Que se tuvo que ir de viaje!
Tuvo que ir a la ciudad a apuntarse en un papel. Y se fue con San José, montada
en un burro. Todo el mundo tenía que ir a apuntarse en aquel papel y estaba la
ciudad llena de gente. Los hoteles llenos, las casas llenas, tiendas de campaña
en la plaza, debajo de los puentes… todo abarrotado de gente. Y claro, no
encontraban sitio para quedarse.
Entonces la Virgen María empezó a tirarle de la túnica a San
José “San José, san José” porque en su casa le llamaban así siempre, san José,
san José. Pero san José no se enteraba mucho. Me da a mí la impresión de que
san José no se enteraba mucho de las cosas que hacía su mujer, pero bueno. Hasta
que le dijo “San José, que va a nacer el niño!” Y san José le dijo ¿Ahora? “Si,
si, busca un sitio para que nazca”
Y encontraron un establo donde había una mula y un buey y
allí nació Jesús. Y me pregunta Parrulín “Y el burro?” Qué burro? “En el que
iba sentada la Virgen!” Pues mira, ese burro era un desagradecido porque nunca
más se supo de él. “Igual conoció a una burra” Pues igual, sí. “Y se fueron a
hacer burritos” Burritos de animalitos, porque la comida mexicana no la
conocían en esa época. Pues igual se fueron a hacer burritos, sí. El caso es
que la mula y el buey le daban calorcito al bebé. “Y la Virgen le daba una teta?”
Eh… las dos… supongo. Qué cosas más raras se les ocurren a los chiquillos,
nunca pensé en eso, pero en esa época no había leche de fórmula.
Por allí cerca había unos pastorcitos cuidando de sus
ovejitas. Y sabes qué pasó? Que se les apareció un ángel cantando un rap: “Oidme pastorcitos lo que os vengo a contar,
ha nacido el Niño y ha nacido en un portal, oídme pastorcitos lo que os vengo a
contar, id a conocerle y lo podréis adorar, oídme pastorcitos lo que os vengo a
contar, llevadle regalitos que le vayan a gustar” Yo ahí, rapeando, muy
metida en el papel, y Parrulín muerto de risa, los demás pasajeros también.
Total, que cada uno cogió algo para regalarle y se fueron a
conocer a Jesús. “Y los reyes magos también!” Bueno, sí, pero esos vinieron de
más lejos, de Oriente. “Y los avisó un ángel también?” Eh… no… no tenían
cobertura para los ángeles allí. Vieron una estrella muy grande en el cielo y
como eran muy sabios sabían que eso significaba que había nacido el niño Jesús
se fueron a conocerle.
Tenían un camino muy largo. Pero sabes qué les pasó? Que se
perdieron! “Y por qué se perdieron?” Pues… porque no les funcionaba el GPS del
camello. Y cuando sabían que ya estaba cerca, aunque eran hombres y a los
hombres en general lo de preguntar no les gusta nada, pues decidieron ir a
preguntarle al rey Herodes. El año pasado tú le llamabas el rey Errores. Jajajaja!
Bueno, pues allí se fueron, al castillo a buscar al rey Herodes.
Hola rey Herodes! Mira colega, que estamos buscando al niño
Jesús para conocerle, que sabemos que está cerca de aquí pero nos hemos perdido
un poquillo. Y Herodes les dijo que no tenía ni idea, pero que a él también le
apetecía conocerle, que cuando le encontraran que volvieran por el castillo
para decirle dónde estaba. Vale, vale, adiós colega. Gracias por venir. Y se
marcharon.
Y al final, encontraron al niño Jesús en el portal, le
dieron un par de besos y los regalitos que habían llevado y se marcharon.
Peeero cuando se iban a marchar sabes qué les pasó? Que leyeron en el twitter
que Herodes en realidad no quería conocer al niño Jesús, sino que lo que quería
hacer era matarlo! Y se marcharon a su casa pero por otro camino.
Y entonces el rey Herodes se enfadó muchísimo y sabes lo que
hizo? Mandó a su ejército que mataran a todos los niños menores de dos años. “Y
mataron a Jesús” No, a Jesús no lo mataron. “Por qué?” Pues mira, porque… lo
filtraron unos romanoleaks y se escaparon a Egipto. “Pero de mayor sí lo
mataron” Eh… si, pero esa es otra historia, cariño.
Quieres que te cuente la primera vez que te llevé a ver a
los reyes magos? Pues mira, eras tú chiquitito, chiquitito, y los reyes magos
iban a mi trabajo y te llevé para que los conocieras. Te dejé preparada una
ropa preciosa para que fueras bien guapo y bien vestido. Y cuando fui a
recogerte a la guardería sabes qué pasó? Que papá no te había puesto la ropa
que yo le había dejado, sino un chándal de m…, un chándal hijo, un chándal. La
abuela dijo que así no podías ir a ver a los reyes y te compró un pantalón y un
jersey muy bonito, te cambiamos y nos fuimos tú y yo a ver a los reyes.
Estábamos allí con mis amigas y con sus hijos, en la cola,
esperando para ver a los reyes. Y cuando por fin nos tocó ir a hablar con ellos
te acercaste a Melchor y zaca! Le diste una hostia! Y yo pensé, mejor con
Gaspar. Te acercaste a Gaspar y le diste un tirón en la barba que casi le dejas
sin ella! A todo esto Parrulín, en el metro, a carcajadas. Y yo pensé, pues
menos mal que aún nos queda uno, y nos fuimos a ver a Baltasar. Y sabes qué pasó?
Que te quedaste muy quieto, muy quieto, muy quieto, con la boca abierta. Yo
creo que asombrado porque nunca habías visto un negro de cerca. Y te dio un
peluche que era un gatito y nos fuimos a casa.
Fin de la historia. Que nos bajamos aquíííí! Corre!
Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.