La historia de este Halloween se remonta hace ya muchos meses atrás. Una mañana de sábado Parrulín y yo nos fuimos al cine a ver Monstruos University. Fue muy divertido y el niño salió del cine súper contento, diciendo que quería disfrazarse de Monstruos S.A. y empachado de palomitas, que eso también. Cuando se acercaba la fecha hablamos sobre los disfraces para llevarlos a la fiesta del cole y de la guarde y se acordó. “Yo quiero que vayamos de Monstruos S.A, yo de Sullivan y la niña de Mike” Y no te vale el de esqueleto que compramos el año pasado en el lidl? “No, quiero ir de Monstruos S.A.!” Bueeeeeno…
Mi idea inicial era reutilizar el de esqueleto y hacerle a la niña uno con un tutú, que estoy enamorada de las niñas disfrazadas con tutú, naranja para ser una calabaza, aunque también había visto uno de monstruo de las galletas con un tutú azul… Empecé a darle vueltas en la cabeza, y cuando dejé de marearme pensé, pues los dos con tutú, uno grande para Parrulín que lo lleve en el cuello y uno chiquitito para Xoubiña que lo lleve bajo los brazos.
Materiales: Dos tutús del chino, uno azul y otro verde; fieltro azul grande para hacer la cola, del chino y trozos de fieltro de varios colores que tenía en casa.
Durante la primera semana fui recortando todos y cada uno de los trozos de fieltro del disfraz que iba a necesitar. Recortaba en el metro y en el cercanías, si conseguía sentarme pero también si estaba de pie, recortaba por los pasillos en los transbordos, recortaba por las escaleras mecánicas… Yo recortaba y la gente me miraba raro. Al entrar y salir del vagón me guardaba las tijeras en un bolsillo para que no se pensara nadie que le quería agredir.
Con todas las piezas de fieltro recortadas las pegué con pegamento de tela pero como no me fiaba mucho, ni del pegamento, ni de los niños que no lo arrancaran antes de estrenar el disfraz, empecé a coser los trozos. Cosía en el metro y en el cercanías, si conseguía sentarme pero también si estaba de pie, cosía por los pasillos en los transbordos, cosía por las escaleras mecánicas… Yo cosía y la gente me miraba raro. Al entrar y salir del vagón ya no me guardaba la aguja y el dedal en un bolsillo, no creía que fuera a pensarse nadie que le quería agredir.
La cosa empezó a complicarse cuando llegó el momento de coserlo al tutú, que no me veía yo en el metro ni en el cercanías, tutú en las rodillas… Jolín, que ya me miran raro habitualmente! El disfraz de Mike conseguí coserlo en casa un día que extrañamente me dejaron un poquito de paz.
Al llegar este momento así estaba la situación:
Además necesitaba unos leotardos y un body verde-verde, para la niña, pero no fui capaz de encontrarlo. Lo que sí que encontré fue un tinte Iberia, así que por primera vez en mi vida me dispuse a teñir un body y unos leotardos que casi, casi le están pequeños, de verde-verde. Fue muy sencillo y quedó muy bien, no las tenía yo todas conmigo, y aunque decía que debía remojarlo 40 minutos yo lo dejé 10 porque ya me parecía suficiente verde-verde. Cómo se llama este verde? Yo siempre lo llamo verde-verde.
Cada vez quedaban menos días y aún tenía que terminar el de Parrulín, que era un poco más complicado por la cola, las púas… Me lo tengo que llevar al metro, no hay más remedio! Conviene aclarar que mis viajes en metro y cercanías son muy, muy cortos, a la ida cojo una parada del cercanías, transbordo, dos paradas del cercanías, transbordo y una parada de metro. Una media hora, no más. A la vuelta una parada de metro, transbordo, otra parada de metro, transbordo y tres paradas de metro. Otra media hora.
En una de estas entra en el vagón un chico cantando con una guitarra y pidiendo. Yo ahí, cose que te cose, que viene mi parada y me tengo que bajar. El chico canta, pasa la gorra, y se para conmigo. Qué haces? El disfraz de Halloween de mi hijo. Ah, pues te está quedando muy chulo! Gracias! Y eso que no le di propina ni nada! Y añade… ahora sólo te falta que no se lo quiera poner! Ay, sería vidente? O agorero?
De momento sí, sí, se lo quiere poner, y además decide que necesita garras en las manos y en los pies para dar más miedo. Recorrimos múltiples chinos hasta encontrar unos guantes azul claro y unas zapatillas azul claro para andar por casa, que por cierto no le venían mal. Apañada que es una!
Pero dos días antes del día D, a falta sólo de rellenar la cola con algodón y cerrar la costura central, y de ponerle las garras en los guantes y en las zapatillas… Día nihilista, que dice mi santo, de esos que el niño niega todo, todo le parece mal y se enfada por todo. Y decide que no le gusta el disfraz! Que no da miedo y que no se lo va a poner! Esta crisis le duró hasta que fuimos una tarde a ver a los yayos, como lo llevaba en la bolsa del metro se lo hice probar allí y la yaya fingió tanto, tanto, tanto susto que el niño se quedó encantado.
Ayer, seis de la mañana, relleno la cola de algodón y cierro costura central. En el metro le pongo las garras a los guantes. Hoy, seis de la mañana, le pongo las garras a las zapatillas. Y voilá! Disfraces de Halloween terminados!
Por la tarde hicimos ensayo general, a falta de las zapatillas, es una pena mi obsesión particular por la privacidad, porque están de guapos los dos con el disfraz! Pero todo sea por su protección, os quedáis sin fotos de los niños, sólo de los disfraces vacíos. Los que vieron fotos, que me lié a mandar las fotos a todo el mundo, jeje, me dijeron que estaban muy lindos. Qué lástima, lo que habría disfrutado mi madre viéndolos así de divertidos.
En resumen, DIY Halloween o cómo conseguir tres disfraces por el precio de dos. Hemos conseguido, con dos tutús y unos trozos de fieltro tres disfraces terroríficos! Los niños van de Monstruos S.A. y esta estupenda mujer que escribe tiene unas ojeras reales, tan bien hechas, tan bien hechas, que parecen pintadas y que va de zombie! Jaja!
Feliz Halloween!
Ahora me voy corriendo a recogerlos a cada uno de su fiesta y a casa a hacer las maletas! Yuju! Que nos vamos a Galicia! Yuju! Una semana! Yuju!
Mamá de Parrulín y de Xoubiña
Otro día más.
Sean buen@s y felices.