sábado, 29 de julio de 2017

Amanece...

Amanece... veo cada día amanecer, me despierto demasiado temprano, poco antes de que den las seis, dicen que por la medicación. Me gustaría levantarme tarde, que me trajeran el desayuno a la cama, un café, un croissant, un periódico y una rosa. Un beso, un abrazo y una sonrisa. Sería un hermoso despertar.

Amanece... es el único momento del día en el que todavía no estoy cansada y en el que estoy sola. Me voy al salón haciendo tiempo hasta que pueda bajar a tomar un café, un croissant, un periódico, no habrá rosa hoy tampoco.

Amanece... dentro de tres horas se despertará mis hijos. Primer beso del día, me dirá la rubia despeinada. Te quiero mucho, mamá, me dirá Parrulin. Despiertan siempre con abrazos, sonrisas y llenos de una energía que no tengo todavía.

Amanece... pronto nos iremos a Galicia, espero dormir más allí, con el aire fresco, el olor a mar, el sabor a sal, con las tardes de playa y las largas queimadas.

Amanece... tengo mucho tiempo para pensar, en la vida, en los años, en las ausencias, en los recuerdos. Los besos de madre que lo curaban todo, los abrazos que dejaron huella, las sonrisas que marcaron momentos, las miradas cómplices sin hablar, los te quiero de verdad.

Amanece... hoy es mi cumpleaños.

Amanece... que no es poco.

Mamá de Parrulin y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

martes, 11 de julio de 2017

Después de siete meses

Han pasado más de siete meses desde mi última entrada. Me impulsa a escribir de nuevo la necesidad de desahogarme emocionalmente de todo lo ocurrido en las últimas semanas. De algún modo, dejar constancia de lo que pienso y de lo que siento en estos momentos y, de algún modo también, dar la gracias a las personas que han estado a mi lado en los malos momentos. Este blog ha sido testigo y compañero de tantas cosas que no podía faltar esta entrada.

He estado ingresada diez días, más el tiempo que estuve mala antes de ingresar, más lo que me está costando recuperarme... Lo he pasado mal, muchos dolores, mucho tiempo sola, preocupada, dolorida, deprimida... He tenido mucho tiempo para pensar, para llorar, para valorar... Esta siendo esta enfermedad un tipo de catarsis emocional y afectiva.

Organizar una familia con la madre en el hospital ha sido... complicado, los niños han ido al campamento del cole y hemos contado con ayuda para cuidarlos cuando lo hemos necesitado. Mi santo ha hecho malabares, y sigue haciéndolos, para cuidarnos a todos. Siempre decimos que somos un equipo, estos días ha sido el capitán de la nave, cariñoso y preocupado a partes iguales, un amor de hombre que vuelve a sorprenderme en esta situación.

Los niños... niños son. Felices en el campamento y de casa en casa, siendo siempre el centro de atención, bien cuidados y atendidos en todo momento. No les apetecía demasiado venir a verme, la verdad, siempre tenían un plan mejor. Y es una tranquilidad saber que estaban bien. Las pocas veces que han venido ha sido duro sonreirles, fingir que estaba mejor, me fallaban las fuerzas y el ánimo, y me rompía el corazón ver que les daba miedo abrazarme.

He recibido ayuda que no esperaba, en especial una hermosa sonrisa azul, con nombre de reina también, que ha hecho que estar ingresada fuera más sencillo. No olvidaré su amabilidad y su cariño, ha sido un gran regalo. Este nombre de reina siempre resulta ser un regalo en mi vida.

La familia ha sido también un gran apoyo, pendientes de nosotros, de organizarse para cuidar a los niños y demostrando cada día su preocupación y cariño. Me ha sorprendido la ayuda de muchas madres del colegio, ofreciéndose a llevarse los niños a su casa, como si fueran de verdad familia. Aunque no lo hemos necesitado, de algún modo, el colegio se convierte en familia también.

Ha habido gente cercana que dudaba que realmente fueran a ayudarme en una ocasión así. Ha sido como pensaba, pero no me ha dolido, ya no. He aprendido que no puedo esperar de alguien lo que no puede darme, en realidad no lo he aprendido ahora, sólo me he dado cuenta que ya lo sabía, que lo aceptaba, y que ya no dolía, ya no. Una importante lección de vida.

Mi amiga de Galicia, que siempre me hace reír, tenía que ser ella la que estuviera de visita cuando la internista me dio por fin el diagnóstico. Ya sabemos lo que tienes, es el parvovirus B19. Ay, o mais parvo tiña que ser! Y la médico, que se ríe de mi comentario, y resulta ser de Orense! Otra gallega en mi vida, o somos muchos o es mucha casualidad!

Con el diagnóstico, controlados los dolores con nolotil y paracetamol, y con un análisis de sangre con tantos asteriscos que parece un árbol de navidad, he vuelto a casa. Lo tomo con calma, como una oportunidad para recuperar el tiempo perdido, para mejorar en todas aquellas cosas que me he dado cuenta que quiero cambiar, para volver a valorar que la vida no son las prisas, sino los pequeños instantes que te hacen sonreír. Qué estupidez tener que pasar por esto para recordarlo!

Me esperaban dos niños un poco descolocados con la situación, con una mezcla de rebeldía innecesaria, de necesidad de abrazos de madre, de temor a darme un abrazo o a que vuelva a marcharme, creo. Mi rubia despeinada se me ha hecho mayor en esos días, la noto muy cambiada, a veces todavía le da cierto miedo acercarse pero vamos mejorando. Parrulín comprende que necesito ayuda para muchas cosas, que necesito descansar, que no tengo fuerzas para nada, lo comprende pero se le olvida a menudo, es un niño.

Me esperaba también una carta, a Parrulín le han concedido finalmente el cambio de curso, ha terminado tercero, pero hacía matemáticas y lengua de cuarto, sacando notables en las de tercero y sobresalientes en las de cuarto. Supongo que por el reto que suponía para él, porque jamás había sacado notables. En septiembre empezará quinto completo. Mi pequeño ferrari, que tiene ya nueve años, él sí que se me hace mayor!

En mi trabajo la baja coincidió con el peor momento posible, mis compañeras de trabajo se han comportado como amigas, mi jefe como un señor. Agradezco que me lo hayan hecho más fácil.

Los que han estado a mi lado saben lo mucho que se lo agradezco, creo que me pasaba la vida dando las gracias por todo, y esforzándome en recordar nombres para poder dar las gracias por su nombre. 

Los que han estado en la distancia habéis sido también una gran compañía. Moniquiña, quéroche moito, xa sabes. Inmuchi querida, gracias por tu generosidad y tu punto de locura, echo de menos las taradas al completo, también he pensado mucho en ello. Primor, gracias a ti también, quiero que sonrías más a menudo. Trax, una sonrisa de tu bebé hace sonreír a cualquiera. Mo, tienes una sonrisa preciosa e imborrable.

Los que no han estado pero porque no lo sabían, que se lo he contado más tarde y les he dicho que les quiero en mi vida, lo decía en serio.

He salido de situaciones peores, y esta batalla se gana, pero me está costando. Imagino a mi madre diciéndome Espabila, nuni, espabila.Y estoy en ello, lo prometo.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.