viernes, 25 de julio de 2014

Desmontado mitos



Hoy es mi último día de curro, esta tarde estaré oficialmente de vacaciones. Yujuuuuu! Recogemos la casa, hacemos las maletas, cargamos el coche como si fuéramos a la guerra y partimos rumbo a Galicia, a mi casa, a mi caaaaaasa.

Como todos los veranos, parto con una ilusión muy grande, un millón de expectativas y un montón de planes para realizar allí. Soy consciente de que la mayoría de las expectativas y los planes se basan en mitos e ideales que no son realistas y que me voy a pegar el mismo batacazo de todos los años, pero no puedo evitarlo, soy así. Quiero desmontar cada uno de los mitos y dejar aquí la prueba escrita de que no soy tan ingenua como parezco, que conozco la realidad, pero por otro lado… qué sería de mí sin fantasear!

Mito #1 El verano es para descansar

Salgo de Madrid pensando que voy a descansar y voy a dormir todos los días hasta tarde.

La realidad es que Xoubiña va a despertarme entre tres y mil veces cada noche reclamando teta, que se despertarán los dos temprano y llenos de una energía de la que yo carezco y tendré que levantarme igual de pronto que aquí.

Mito #2 Daré largos paseos a la orilla del mar

Dejo Madrid pensando en caminar por la orilla, mojándome los pies o no en función de lo fría que esté el agua, dejar que la arena masajee las plantas de los pies…

Los paseos serán en realidad persecuciones a los niños. No salgas corriendo, cuidado con las rocas, no molestes a ese señor, no persigas al perro, no te comas la merienda de otro niño, no tires la pelota, no pises toallas ajenas, no le quites el cubo a un desconocido, no corras a comprar otro helado…

Mito #3 Me relajaré tumbada en la playa

Abandono Madrid visualizándome tumbada en la playa, tranquilamente, tomando el sol.

La playa es en realidad de todo menos relajante, es relajante a los dieciocho, con un bikini que te queda de escándalo y no tienes que preocuparte más que de lucir palmito. La realidad es que playa está llena de arena, seca, mojada, pegajosa y llena de crema, que los niños se restriegan y te restriegan a conciencia, que tienes que estar con ellos en cada instante y no despistarte ni un segundo mientras te ocupas de que tengan la crema suficiente, no les dé mucho sol, no se coman arena, no tiren piedras, no pasen frío, no se peleen, no se ahoguen y un largo etc…

Mito #4 Me bañaré todos los días

Me imagino bañándome en Galicia, nadando cual sirena y saliendo del mar como Ursula Andress o Halle Berry en 007.

La realidad es que no tengo la misma talla que las chicas Bond, qué se le va a hacer, otras virtudes tendré, pero no serán esas. La realidad es que el agua en Galicia está tan fría que rara vez me meto del todo. Llego a la orilla, meto en dedo gordo, ya se me ha quitado el calor que tenía y me vuelvo a la toalla. Si entro del todo es en plan relámpago, entro corriendo y salgo más corriendo aún para evitar la muerte por congelación.

Mito #5 Me pondré morena

Me visualizo con un precioso bronceado que lucir con un bonito vestido veraniego.

Aunque mi piel se pone morena con facilidad cada día preferiré quedarme en mi jardín a la sombra y no bajaremos a la playa hasta que baje el sol, al menos si puedo convencer a los niños de ello. Todos los veranos las únicas marcas que tengo son las de las sandalias.

Mito #6 Leeré un buen libro tumbada en una hamaca en el jardín

Me represento a mí misma en una hamaca, tomando el sol y leyendo un buen libro.

La realidad es… que no tengo hamaca! Es una de las cosas que más ilusión me hace pero no tengo dos árboles a la distancia adecuada para ponerla. Y el plan de poner un poste al suelo está pendiente desde hace mil años. Eso me lleva al siguiente mito.

Mito #7 Realizar un montón de planes pendientes

Me encantaría hacer alguna excursión en barco, tengo un listado enorme de manualidades e ideas para hacer, con y sin niños, poner un poste para mi hipotética futura hamaca, pintar ese mueble horroroso que hay en el garaje…

Dejaremos para el día siguiente todos esos planes hasta que transcurran las tres semanas que vamos a pasar en Galicia, llegue la hora de volvernos y no hayamos realizado ninguno de ellos. La excursión? Al súper o a un mercadillo. Las manualidades? De cubo y pala. El poste, el mueble? Lo dejaremos para el año que viene.

Mito #8 Salir a correr por la playa

Me imagino saliendo a correr al anochecer, cogiéndole el gustillo a esto de hacer deporte y volver a Madrid con las piernas prietas, el culo en su sitio… y la necesidad de salir a correr a diario, por gusto.

Todos los años me propongo tonificarme e iniciarme en el fabuloso mundo del deporte, cada mañana busco inútilmente un hueco para salir a correr y cuando lo encuentro me da una tremenda pereza y prefiero hacer cualquier otra cosa.

Mito #9 Terminar mi novela

Hace unos meses que comencé a escribir una novela y no tengo el tiempo que me gustaría para poder seguir con ello. Estoy muy ilusionada con la historia y me parece que promete ser un buen libro. Si es un libro para la familia o para publicarlo sólo el tiempo lo dirá.

Aunque entra dentro del apartado de planes que seguramente no sea capaz de realizar me gustaría darle un buen empujón y/o terminarla si pudiera, no creo que encuentre el tiempo y la soledad que se necesita para poder concentrarme y disfrutar escribiéndola, pero me encantaría.

Mito #10 Quitarle el pañal a Xoubiña.

Entra dentro de lo previsto aprovechar el verano para librarnos de los pañales. A la pequeña le encanta ir al baño a hacer pis “de mayores, con el culo” dice ella y lo vamos a intentar.

La realidad será que hará lo que ella quiera, lo conseguirá dejar o no, ella quiere pero yo creo que no está preparada. Ya pasamos las tardes en casa sin pañal, muchas veces utiliza el baño “de mayores” pero muchas otras utiliza el suelo, o el sofá, o la cama… De momento es impensable salir a la calle sin ellos. No sé qué pasará si decidimos prescindir de ellos, si evolucionará hasta dejarlo o evolucionaré yo hasta desesperarme y volvérselo a poner. Es un mito, los padres no quitamos los pañales, son los hijos los que los dejan.

A cambio de todos estos mitos desmontados hay algunos planes que sí prometo cumplir, son los siguientes, y no necesariamente por este orden:
Plan #1 Comer rico, rico y regarlo con buen albariño
Plan #2 Hacer queimadas por la noche y pedir deseos a las estrellas fugaces
Plan #3 Perseguir luciérnagas y gamusinos en el jardín
Plan #4 Enseñar a Parrulín a botar una pelota, en Septiembre quiere apuntarse a baloncesto
Plan #5 Recoger piedras y conchas en la playa para seguir llenando mi jarrón
Plan #6 Dormir alguna siesta cuando los niños lo permitan
Plan #7 Disfrutar del tiempo compartido con mi santo, si puede ser a solas, mejor
Plan #8 Rebuscar en los mercadillos de mi pueblo y de los pueblos de alrededor
Plan #9 Cuidar con amor el árbol que plantamos para mi madre
Plan #10 El más importante: Soñar, amar, recordar y sanar

Mamá de Parrulín y de Xoubiña, veraneante.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

miércoles, 23 de julio de 2014

Los bichos de los huevos o los huevos de los bichos



Esto es como lo del huevo o la gallina pero la versión de la familia Parrulín y con los bichos palo de los huevos, los huevos de los bichos palo y el señor de los huevos como protagonistas.

Recordaréis que el Ratoncito Pérez, o el Señor Perez en mi caso, tuvo la malvada, rebuscada y truculenta idea de traer como regalo una granja escuela de bichos palo y había que pedir por Internet el envío de los huevos de los bichos.

El día 9 de junio, casualmente el día de su cumpleaños, salió de la India un paquete de huevos de bichos palo en dirección a la casa de la abuela de Parrulín. Todos los días me preguntaba emocionado cuándo iban a llegar los dichosos huevos. Ponía que podían tardar hasta 15 días en llegar y los días iban pasando.

Pasaron los 15 días, Parrulín me preguntaba emocionado cuándo iban a llegar los dichosos huevos y yo me preguntaba si serían días naturales o días hábiles, y siguieron pasando los días. Pasaron los días naturales, los hábiles y alguno más antes de que me decidiera a mandar un mail al señor proveedor de los huevos para avisar que no había llegado el envío. El señor de los huevos me respondió enseguida, me enviaba un nuevo paquete y sus más sinceras disculpas.

El envío era a casa de mi madre porque al tener portero físico es más útil para los envíos de paquetes, si viene un mensajero puede dejar lo que haga falta. Es majo el portero, y estaba avisado de que lo estábamos esperando. Hace unos días me llama, que han llegado los huevos! Yo estaba trabajando pero Parrulín todavía no habría salido de casa a esa hora. Llamo a mi santo corriendo, pásame a Parrulín, y le cuento que ya han llegado los huevos de los bichos, emocionado el chiquillo.

Esa misma tarde compramos la hiedra que es lo que se supone que comen los bichos palo y preparamos el hábitat en su habitación, le buscamos un buen sitio, cerca de la ventana, ponemos la planta dentro y preparamos una especie de camita para los huevos de los bichos con la tapa de un bote de café y un poquito de papel de cocina. Yo que sé, eso decían las instrucciones, y yo obedezco, se supone que era para aislarlos de la humedad.

Cuando abrimos el paquete de huevos encontramos en una especie de tubo de ensayo pequeñito con una hojita seca y unos cuantos bichos palo metidos. Habían nacido, habían crecido como un centímetro más o menos, y habían palmado al no tener más que una hoja ya pocha como comida. Parrulín disgustadísimo y yo me pregunto si no será que están asfixiados, o desmayados, o haciéndose el muerto o algo así y los coloco en su camita por si reviven pero no se mueven. Los miro, los remiro, los refresco con un flush flush de agua, ¿les hago el boca a boca? mejor no, el resto intento todo lo que se me ocurre, pero no se mueven.

Envío otro mail al señor proveedor de los huevos, mire que me han llegado los huevos, pero ya habían nacido, ya habían crecido un centímetro y ya se habían muerto. Me imagino que se trata del primer envío perdido que por fin ha llegado y que en unos días llegará el segundo envío porque a estos segundos bichos de los huevos no les ha dado tiempo a venir desde la India.

Muy amable el señor de los huevos, que pobrecitos, dice, que él también cree que debe de ser el primer envío, y que si no me llegara el segundo envío que me vuelva a poner en contacto con él. Pasaron los días, no muchos, una semana o así y me llama de nuevo el portero de casa de mi madre, que te han llegado más huevos! Jajaja, ya lo sé, ya, es que estaban muertos. Esta tarde me paso a recogerlos, muchas gracias.

Ayer llegamos a casa, abro el paquete y veo los huevitos perfectos, chiquitillos, redonditos, como tiene que ser. Vale, pues voy a meterlos en el hábitat, voy a retirar primero los cadáveres anteriores. Saco la camita con los cadáveres y coño! Que se mueve uno! Parrulín, corre, mira, que hay uno que está vivo! Moviendo las antenitas, pobre bicho, rodeado de cadáveres de sus congéneres, todavía con ganas de mover las antenitas y sin haber comido desde que salió de la India el 9 de junio!

Con un pincelito que venía en el paquete específicamente para ello, cojo al bicho palo más muerto que vivo y lo dejo en la planta, por si acaso no tenía fuerzas el pobre para subir solito a la hiedra y dejo los huevitos nuevos en la camita, a esperar a ver si salen.

Se ve que sí salen algunos, la prueba está en el envío anterior, y se ve que deben de ser más resistentes de lo que parecen porque llevaba el pobre bicho un mes entero sin comer y movía las antenitas. Nos queda esperar a ver cómo evolucionan, llevarlos a Galicia porque no los vas a dejar solos en Madrid, pobrecitos, y convencer a Parrulín para dejarlos allí en libertad cuando tengamos que volvernos.

Y ahora cantamos: Y aquí se acaba la historia, de los bichos de los huevos, que vinieron desde la India, hasta España en avión, bom, bom, bom, bom, chuchuá, chuchuá.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña, granjera de bichos palo.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

lunes, 21 de julio de 2014

Su primera vez



Hay tantas primeras veces para un niño pequeño que es increíble lo que se usa la expresión de “su primera vez”. La primera vez de este post es… el cine! Xoubiña ha ido al cine por primera vez a los 22 meses.

Encontré un cine chiquitito, la Sala Berlanga, es una sala pequeñita, bastante nueva, que ponen cine español aunque son películas un poco antiguas casi siempre, pero muy bien de precio. La semana pasada había un ciclo de cine español de animación infantil en el que las entradas estaban al fabuloso precio de 3€. Esta semana hay un ciclo de cine español de suspense y terror, ponen Los otros, El orfanato, Open Windows, La monja… tiene muy buena pinta, que siempre es mejor ver el terror en el cine que en casa, también por 3€.

Con el calor que está haciendo en Madrid me pareció una buena idea pasar la tarde del sábado en un sitio con aire acondicionado, una buena idea pero algo arriesgada porque no sabía cómo se iba a portar Xoubiña, si iba a aguantar o me iba a tener que salir de sala. Parrulín estaba advertido “Si la niña llora, nos vamos, sin numeritos”

Llamé a mi hermana por si le apetecía, mi sobrino tampoco había ido nunca al cine con sus tres añitos recién cumplidos, se animaron a probar, por el precio. Tampoco sabíamos si iba a aguantar. Quedamos un ratito antes para merendar juntos. Los míos un helado y mi sobrino un sandwich de jamón y queso, aunque su merienda era mucho más sana que la de los míos la verdad es que terminó vomitando en el bar, montando un numerito de cuidado, pobre, que se le hizo bola. Qué mal comedor es, mi hermana lo pasa fatal. Tener unos niños que comen de todo es una suerte enorme, se come tantas veces a lo largo del día que cuando comen mal es una tortura constante.

Con una bolsa enorme de palomitas de esas falsas, otra bolsa enorme de gusanitos y dos botellas de agua que se quedó en una porque la otra la perdimos por el camino, entramos al cine. Para mi sorpresa y la de mi hermana la verdad es que los niños se portaron fenomenal, mi hermana incluso se echó una siesta en el cine, jejeje. Palomita va, palomita viene, gusanito va, gusanito viene, ahora me engancho a una teta, ahora a la otra, ahora voy a explorar un poco el pasillo, ahora quiero agua, ahora ya no queda agua… Así transcurrió la película sin que ninguno de nosotros tuviera que abandonar la sala.

Vimos Copito de Nieve. Copito de nieve es una película de animación familiar española dirigida por Andrés G. Schaer en 2011 y protagonizada por el gorila albino Copito de Nieve y Elsa Pataky. Floquet de Neu en catalán, que se rodó en catalán. La película combina personajes de animación con personajes reales. Desde luego, el dibujo de Copito de Nieve no puede ser más tierno.


La peli estaba bien, aunque no sabía que combinaba animación y personajes reales, una fórmula que no suele gustarme mucho. Copito de Nieve es precioso y come yogures, el resto de los personajes están muy bien hechos también, especialmente un panda rojo muy zen con alma de pantera negra, muy divertido. Además de Elsa Pataky, que tampoco sabía yo que actuaba, los dobladores también son conocidos, el panda rojo lo doblaba Manel Fuentes y el gorila grande, negro y malo lo doblaba Constantino Romero, todo un experto en eso del doblaje.


El guión de la película te cuenta cómo llegó Copito de Nieve a Barcelona, que al principio estuvo con la familia del veterinario del zoo y que cuando tuvo que ir definitivamente al zoo este gorila negro y grande lo trataba fatal por ser de otro color y Copito decide ir a buscar a la bruja del norte (Elsa Pataky) para convertirse en negro y que lo acepten.

Xoubiña te lo cuenta, a su manera. Fuiste al cine? “Ti, el mono!” Viste un mono! Y qué hacía el mono? “Abú!” (Eso es que comía yogur) “Sa caío el mono!” Vaya! Se ha caído el mono? “Ti!” Y cómo se llamaba el mono? “Copito” Muy bien! A sus 22 meses ya casi puedes tener una conversación con ella, me encanta. Cada vez que salía el panda rojo decía “Miauuuu” y aunque era más parecido a un zorro que a un gato, se ve que le gustaba también. Mirad a los dos en el parque Güell, qué monos son.




Lecciones aprendidas:
1. Ser diferente no es fácil.
2. No hay que discriminar a nadie porque sea diferente.
3. Si eres diferente no debes intentar cambiar lo que te hace diferente.
4. Xoubiña resiste 90 minutos de peli bastante bien.

El tema de la discriminación se ha tratado a menudo en las películas infantiles, tratando de educar a los niños, pero la verdad que nunca había visto una en la que la moraleja final fuera que no cambies las cosas que te hacen diferente. Me ha gustado la lección.

Y con esto y un bizcocho os recomiendo la película y la Sala Berlanga. Y os dejo el trailer de Copito de Nieve para que le echéis un vistazo.



Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

jueves, 17 de julio de 2014

El superglú de toda la vida



Hoy vengo a hablar sobre el superglue, el loctite, el cianocrilato si queremos ser más técnicos o el superglú de toda la vida. Ese que te deja los dedos pegados y tienes que arrancarte la piel, ese. ¿Quién no lo ha usado alguna vez para reparar ese jarrón roto que es espantoso pero le tienes cariño?

Cuenta la leyenda… bueno, la leyenda, la wikipedia y un montón de páginas por internet, que hubo un tipo en los laboratorios Kodak, en 1942, que buscaba un nuevo material que fuera transparente para las miras de los fusiles en la segunda guerra mundial y creó el compuesto químico de cianocrilato de metilo. Lo malo es que no le sirvió para los fusiles, porque se le pegaba a todo, así que lo metió en un cajón.

Nueve años después intentaba encontrar unos polímeros resistentes al calor para emplearlos en los aviones y se le ocurrió emplear de nuevo el cianocrilato, pero se le pegaba a todo, así que… lo patentó como pegamento! Lo patentó en 1958 y se hizo famoso este tipo, muy famoso, Coover, se llamaba. Luego vendería la patente a Loctite. Tan famoso, tan famoso, que Obama le concedió la Medalla Nacional de la Tecnología y la Innovación en 2010.

Durante la guerra de Vietnam los equipos médicos empezaron a cerrar las heridas de bala con pegamento, por falta de otro medio mejor, o a falta de tiempo, no sé quién sería el primero con esa idea de bombero. Me imagino a un cirujano de esos con bata verde, mascarilla y un bote de superglú echando pegamento generosamente en todo cuanto agujero encontrara. El caso es que detenía la hemorragia para que les diera tiempo a enviarlos al hospital. Aquello debía de ser una mezcla curiosa entre un hospital de campaña y bricomanía.

Ahora mismo el uso del Octil cianocrilato es una práctica habitual en los servicios de Urgencias, sobre todo para suturas de niños, pero también en cirujías dentales, en sellar úlceras sangrantes… No duele, genera menos ansiedad a los niños que coserles, no suele infectarse, y la cicatriz que deja es más estética. Y ojo! que no es exactamente el mismo que el del bote de loctite!

El superglue, el loctite, el cianocrilato si queremos ser más técnicos o el superglú de toda la vida, tiene diferentes nombres, en Argentina, Bolivia, Chile y Uruguay se conoce como “La gotita”, en Colombia y Venezuela se le llama “Pega loca”, en México es “Kola loka” y en Ecuador se le llama “La brujita”.

Si queréis más información sobre el tema, por ejemplo, aquí www.fayerwayer.com

Y si queréis saber por qué os he metido este rollo, seguid leyendo lo que viene a continuación.

El martes por la noche jugaba con Parrulín y Xoubiña en la cama antes de dormir, entre cosquillas y risas la niña recibió un empujón involuntario del hermano con tal mala suerte que se dio contra la mesilla de noche en toda la frente. Sólo por el ruido ya dices Uh, es grave, a correr. Casi no sangraba pero el corte era profundo, Parrulín llorando porque había sido culpa suya “Me visto rapidísimo, mamá, ni discuto ni nada, y cojo un libro por si tenemos que esperar mucho tiempo”. Y salimos corriendo a urgencias.

Xoubiña tiene una mamitis bastante acusada últimamente, excesivamente acusada, y en el hospital la tenía en brazos mientras le limpiaban la herida. Ya estaba viendo yo nubecitas de colores cuando mi santo, oportunamente, le dijo al cirujano que era mejor que yo esperara fuera, que se me daba muy bien eso de desmayarme en cuanto veía sangre.

Abandoné la sala de curas debatiéndome entre quedarme, desmayarme, o admirar al cirujano que estaba de muy buen ver. Pero sabiendo que al final iba a terminar mal la cosa me limité a desgastar el pasillo del hospital arriba y abajo, retorciéndome las manos, hasta que saliera mi santo con mi niña en brazos. Todo esto por unos puntitos de nada, espero que nunca le ocurra nada más grave, porque no podría aguantarlo.

Salió el padre con una sonrisa, en sus brazos Xoubiña, también con una sonrisa, yo con la cara desencajada de preocupación corro a cogerla en brazos. Cuántos puntos le han dado? Mi santo me dice Pues los que han hecho falta. Cuántos?!! No, mujer, se lo han pegado con cianocrilato, que deja menos cicatriz. Ein? Con qué? Con el superglue, el loctite, el cianocrilato si queremos ser más técnicos o el superglú de toda la vida!

Nos dieron la hoja de protocolo de traumatismo cráneo encefálico, que viene a decir que hay que despertar a la niña cada dos o tres horas y comprobar que no le pasa nada malo. No es la primera vez que tengo que hacerlo, y es poco lo que consigo dormir durante la noche, por si acaso vomita o hace movimientos raros o algo así. Esto ha terminado con las pocas fuerzas que me quedaban después del Congreso, estoy agotada. Tengo que empezar a tomar hierro porque no puedo con mi vida. O eso, o me pego los párpados con superglú para estar despierta.

Xoubiña está perfectamente, Parrulín ha prometido tratarla con más cuidado, tanto que ayer mismo de otro empujón involuntario se cayó al suelo, seguiremos insistiendo en que trate más delicadamente a su hermana o me va a desgraciar a la pobre niña.

Y aquí se acaba la historia, del señor Coover, de sus inventos, de la brecha de Xoubiña, del viajecito a urgencias y del cirujano de buen ver, vestido de verde y armado con el superglue, el loctite, el cianocrilato si queremos ser más técnicos o el superglú de toda la vida.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.