jueves, 14 de mayo de 2015

Sin prisa pero sin pausa




No me he olvidado de mi blog, mi espacio personal donde desahogarme, contar mis aventuras y anotar recuerdos para que perduren a través de los tiempos. Es sólo falta de tiempo, y la verdad es que lo echo de menos, pero no me da la vida para tanto como quiero hacer. Y quiero seguir escribiendo y buscar un hueco, pero no lo encuentro por ningún sitio.

El sábado comentaba con una amiga que me da mucha pena ver que, al menos para mí, la maternidad se ha convertido más en una supervivencia del día a día que en la experiencia maravillosa que debería ser. Que sí, que lo es, pero que a menudo se me olvida disfrutarla y me encuentro en el círculo vicioso de las extraescolares, los tediosos deberes, los temibles piojos, el baño salpicando y mojándolo todo, la cena insistiendo come, come, come, las noches despertándome cada rato porque reclama teta, etc…

Me imagino que cuando sea mayor recordaré esta etapa de mi vida y la tendré idealizada, qué bonitos eran mis niños, cuánto me gustaba! Y no recordaré que no lo estoy disfrutando lo suficiente, que su vida se me escapa de las manos, cada vez están más mayores y crecen por momentos mientras yo estoy pensando qué ropa se van a poner mañana, qué producto nuevo utilizar para matar otra nueva oleada de piojos, si le cabrá el disfraz de chulap@ del año pasado que no tengo tiempo para comprar otro, que no se me olvide que la semana que viene han cambiado el baloncesto de día o cualquiera de los miles de asuntos pendientes que se me acumulan.

Estoy siempre acelerada de acá para allá, corriendo, nerviosa, irascible, que mi temple no es el que era, que no quiero ser así, no quiero ser una madre así. Cuanto más nerviosa me pongo más nerviosos se ponen ellos, peor se portan, y se convierte en un círculo vicioso del que no encuentro la salida tan fácilmente.

La solución es fácil, tengo que echar el freno, vivir más lentamente, disfrutar de lo poco que me queda de Xoubiña bebé y aprender de Parrulín su forma de ver la vida y comprenderle mejor. En teoría es fácil, sí, lo difícil es aplicarlo. Me levanto a las seis de la mañana, corriendo al trabajo, malcomo sentada en mi sitio para poder salir a las cuatro, salgo corriendo, recojo a una, la llevo al parque media hora mientras espero que salga el otro de la extraescolar de turno, corriendo a casa, los deberes corriendo, el baño corriendo, la cena tarifando y la noche… la noche tetando.

Y quiero hacer mil cosas, mi cabeza no deja de pensar en diferentes cosas que me gustaría hacer pero nunca encuentro el tiempo para realizarlas. No quiero tiempo para mí, o quizá sí, pero estaría haciendo cosas y perdiendo tiempo de estar con ellos. En realidad no es que necesite tiempo para estar sola, lo que sí necesito es vivir con más calma, estirar las horas del día sé que no es posible, dormir menos tampoco, hacerme budista… quizá.

Las aguas volverán a su cauce, será una racha que hay que pasar, imagino, pero últimamente me siento bastante estresada y agotada. Estoy bien de ánimos, al menos he conseguido eso, sigo cumpliendo mi propósito de año nuevo… en abril! Quién lo iba a decir! Tal vez pueda hacer un propósito cuatrimestral, no? Cincomestral más bien. Cómo se dice cincomestral y medio? Bueno, los propósitos se pueden hacer cuando queramos.

Hoy 14 de mayo me hago el propósito de vivir más lentamente, fijándome en lo que ocurre, tomarme un segundo para respirar, intentar disfrutar de cada momento y no perderme los buenos momentos de la vida. Sonríe, canta, baila, disfruta, salta, vive, siente, escucha,llora, comprende, aprende, cae, levántate, recuerda cómo llegasta aquí y vuelve a sonreír.

Y dicho esto me planto un clavel en la cabeza y me voy corriendo a recoger a mis chulapones queridos. No, mal vamos. Mejor primero respiro profundamente y luego me marcho, sin prisa pero sin pausa, y respirando.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña
Otro día más
Sean buen@s y felices.