Saturadita me
encuentro ya de tanta Navidad, mañana termina la primera mitad y hemos
sobrevivido, a ver cómo llevamos la segunda. De vacaciones, hoy es el último día, y con todos los
Reyes comprados ya, supongo que será más ligerita, aunque tal vez sea mucho
suponer eso.
Xoubiña está como
loca con la Navidad, no va a ninguna parte sin su pandereta. Vas a cantar un
Villancico? Si mamá, a cantá. Y se
lía a dar panderetazos con muchas ganas pero sin ritmo ninguno al tiempo que
canta Tengo una vaca lechera… Y yo me
parto de risa. Mejor eso que cuando de verdad canta un Villancico, que no sé
por qué entra en bucle la chiquilla Campana
una, campana una, campana una… Ha venido sin botón de rebobinar o avanzar,
por lo que nos quedamos en la misma campana eternamente. Y los peces otro
tanto, beben y beben, y beben y beben… y
ya los imagino haciendo eses por el río, incluso al borde del coma etílico,
pero no avanza la canción, imposible. La mejor es una de la Virgen, que no
caigo yo qué villancico es porque no entona muy bien la chiquilla y canta La Virgen… se lo piensa… La Virgen María vivía en un tapón… Innovadora
es la niña, y qué ilusión le pone al asunto, me encanta!
Parrulín está como
loco con la Navidad, pero como loco con todo el consumismo desmedido de esta
época, de hecho se debate entre el consumismo y las comilonas a todas horas y
no sé cuál de las dos cosas le gusta más ni cual me sale más cara, un horror.
Ayer dimos una vuelta por el centro y entre que tenía hambre, que media hora
después de merendar sería capaz de comerse un jabalí, y que todo lo quería
comprar me estaba volviendo más majareta todavía de lo que estoy en estado
natural. Hubo un momento en el que creí que me iba a dar un mordisco en el
brazo y juraría haber visto que tenía el símbolo del euro tatuado dentro del
ojo, por lo que accedí a comprar un chocolate con churros, muy navideño, muy de
turista, muy tomadura de pelo, muy de mancharse y ponerse perdido. Con el
dineral que costó un chocolate y cuatro churros en los aledaños de Sol dimos
por satisfechos ambos caprichos, el de comer y el de gastar, que ya dice el
dicho que comer y gastar, todo es empezar!
Tolón, tolón, tolón,
suenan las campanas, aunque parezca una vaca paseando con su cencerro. Din don,
din don, suenan las campanas, aunque parezca el timbre de la puerta. Cómo
demonios suenan las campanas? Ah, pues lo googleo, y para mi asombro encuentro
que existen diccionarios de onomatopeyas, lo que inventa el hombre, es
increíble! Y luego soy yo la perturbada! En fin, que hemos visto el reloj de la
puerta del Sol y todo listo para las campanadas de esta noche, que se pone de
bote en bote, y las de mañana por la noche, y también el día 1 por la mañana,
que con tal de celebrar… Ya lo sospechaba yo, de perturbados está el mundo
lleno.
Suena el carrillón
clon, clon, clon, clon, clon, y comienzan las doce campanadas.
Dong! La primera es
por ti, madre, porque nunca despedí un año sin tenerte a mi lado, porque te
quiero y te añoro, porque esta fue tu última noche y tu última uva, porque te
recuerdo a cada instante, por dejar de esperarte y encontrar en tu amor y tu
recuerdo mi consuelo.
Dong! La segunda es
por vosotros, hijos, porque os quiero, porque no imagino la vida sin vosotros a
mi lado para hacerme sonreír, porque mi único plan en los próximos años es
construir vuestra felicidad.
Dong! La tercera,
por la familia, porque la armonía y el amor sean las bases que la sustenten, que
la paciencia y el sentido del humor que deben acompañarnos en nuestro caminar no se agoten nunca.
Dong! La cuarta, por
ellas, por las amigas que siempre están ahí, por las risas compartidas y el
corazón acompañado, cuatro uvas para cuatro taradas queridas.
Dong! La quinta, por
la soledad del marinero, del caminante sin hogar, por el emigrante que se va, por las camas vacías, por los pueblos en guerra y
por los niños sin pan.
Dong! La sexta, por
la esperanza, la magia y la felicidad, por un mundo mejor, más humano y más
justo, por no cansarnos de luchar, por volvernos a levantar.
Dong! La séptima va
por ti, tenían que ser siete, porque tengas éxito en ese camino que ahora
comienzas, porque siempre sales corriendo a buscar tus sueños y por la sonrisa
de tu pequeño.
Dong! La octava por
la luz al final del túnel, por el faro en la tormenta, por el calor del hogar,
por un abrazo sin dudar y por alguien a quien amar.
Dong! La novena va
por ti, porque deseas vivir la maternidad con toda tu alma, espero que este año
se cumpla tu sueño, aquí o en un país muy lejano.
Dong! La décima, por
las noches blancas de hospital, los pasillos vacíos, los corazones que sufren,
el dolor acompañado y la espera interminable, porque exista al menos una
esperanza para luchar y una mano que agarrar.
Dong! La once va por
mí, porque es la que siempre se me atraganta, es la uva de las prisas, la que
te tomas sin mirarla apenas, la de la mala uva y el sabor amargo, y esa soy yo.
Dong! La doce es la
última uva, esta va por ti que lees este blog aunque lo hagas en silencio, gracias
por acompañarme en esta aventura, por todo lo que hemos pasado y por la vida
que vendrá. Gracias! Brindo por ti!
Feliz año 2015!
Mamá de Parrulín y
de Xoubiña
Otro día más.
Sean buen@s y
felices.