Ha venido el
fantasma de las Navidades pasadas, al más puro estilo Dickens. Esta noche ha
venido a visitarme el fantasma, el primero de los tres. No viene a mostrarme
las escenas dolorosas, tuve una infancia feliz aunque luego siguiera una
adolescencia complicada. El fantasma de las Navidades pasadas ha venido a
traerme recuerdos de mi infancia, buenos recuerdos.
Me muestra con mis
hermanos, soy una niña pequeña de cara redondita y expresiva, llevo un gorro
buzo marrón de aquellos que se llevaban en los 70. Estoy en la plaza mayor, de
la mano de mi padre. Hemos ido como todos los años a escoger una careta para
que los abuelos no nos reconozcan al bajar del tren y yo escojo una careta de
Blancanieves. Me entretengo con la música de un villancico y me suelto de su
mano. Estoy perdida en la plaza Mayor, recuerdo la película de Chencho, y me
pongo a llorar. Le estoy dando mi dirección a una pareja para que me lleven a
casa cuando aparece mi padre, qué alegría volver a verle, qué bueno es sentir
el abrazo reconfortante de mi padre.
Estamos en el tren,
en el coche cama, toda la familia junta. Ansiosos, esperamos que entre en la
estación mirando por la ventana a través de la lluvia, mi abuelo está esperándonos con las manos en los bolsillos, queremos darle
una sorpresa. Mis padres bajan del tren, detrás de ellos tres pequeñajos con
diferentes caretas esperan a que el abuelo, que siempre huele a colonia de
lavanda, les pregunte ¿pero habéis venido sin niños? Entonces nos la quitamos y
le damos un gran susto. Que estamos aquí abuelo! Bendita inocencia repetida año
tras año.
Hemos llegado a casa
de mi abuela. Puedo verla sentada en el salón, riéndose con aquella gracia que
tenía. Tan buena como la recuerdo, tan cariñosa, tan divertida. Me está
contando un cuento inventado, de aquellos que siempre tenían como protagonistas
a Liborio y Pascuala. Mientras, cose un vestido para mí. Lleva su cruz colgada en el
cuello, como siempre, la misma que ahora llevo yo siempre puesta. Me doy cuenta viendo la
escena que siempre me he parecido mucho más en la forma de ser y en el carácter
a mi abuela que a mi madre. Le encantaría haber conocido a mis hijos, lo que
los hubiera disfrutado! La pequeña Xoubiña lleva su nombre también, como ella
quería, como siempre me pidió.
Su casa es enorme,
con un pasillo larguísimo de suelos de madera que crujen al pasar y al dar
volteretas, ahí aprendimos los tres hermanos a dar volteretas. Al final del
todo está el baño, nos da mucho miedo recorrer el pasillo a oscuras. El
salón es el único sitio de toda la casa con calefacción y esperamos hasta el
último momento para ir al baño a todo correr, mientras la abuela espera al comienzo del pasillo para que no tengamos miedo. Las puertas de las habitaciones tienen
un cristal que, aunque impide ver el interior, puedes ver si está la luz
encendida, saber quién duerme y quién todavía no. Es una gozada dormir sola en
una habitación, en mi cama de madera, con mi colchón de lana que ya tiene hecho mi hueco y un millón de
mantas para combatir el frío. En la calle está lloviendo y en casa, suenan los relojes.
Suenan los relojes,
tiene muchos por toda la casa, un enorme reloj de cuco colgado en la pared del
salón nos hace correr desde la otra punta de la casa para ver salir al pajarito
cuando da las horas. Todos los relojes tienen sonería, para que no suenen todos
a la vez están un poquito adelantados o un poquito atrasados, el único que da
la hora exacta es el que está situado sobre la cómoda del salón. Qué bonito
volver a oír los diferentes carrillones, qué recuerdos me trae.
Entre los crujidos
de la madera, las puertas de cristal y los sonidos de los relojes que a veces
me despiertan, cada noche de Reyes espero descubrirles “in fraganti” dejando
mis regalos sobre las zapatillas que hemos dejado en el pasillo, cada uno deja
los suyos delante de su puerta. Nunca lo consigo. Mi madre cuenta que cuando
ella era pequeña los vio salir por la ventana de mi habitación y vio cómo se
movían las cortinas. Yo espero volver a verlos y me pregunto qué hacía ella con
la ventana abierta en pleno invierno.
Vuelvo al presente y
su casa está vacía, es un cascarón del que sólo quedan en pie las paredes
exteriores de piedra. Es desolador poder ver mi habitación desde la calle, sin
paredes ni suelo, la casa completa, apenas unos pocos restos de lo que fue,
azulejos blancos en la cocina y madera en las ventanas.
Me entristece la
gran similitud que encuentro con mi vida, el desmoronamiento de una casa, el
dolor en las esquinas, mi habitación desnuda y hueca, el lamento de los relojes
en la madrugada, el olor a lavanda flotando en el vacío, los abrazos que no
volverán, los seres queridos que tanto añoro, la lluvia cayendo y… no hay
tejado.
Hoy he vuelto a ver
aquella niña que creía en la magia, la niña que todavía no conocía la prisa que
acelera, el insomnio que empobrece, el miedo que atenaza, la pena que escuece, la soledad que duele. Me gustaría darle un abrazo y decirle que disfrute de la Navidad, ahora que todavía puede.
Mamá de Parrulín y
de Xoubiña
Otro día más.
Sean buen@s y
felices.
Qué nostalgia, Parru... Te entiendo bien.
ResponderEliminarPor estas cosas yo intento vivir a tope las Navidades y otros momentos del presente para poder recordarlos también con cariño en el futuro.
Un beso enorme y feliz Nochebuena <3
32+3
Esa es la actitud, aunque a mí todavía me pesa mucho la mochila.
EliminarEspero que hayas tenido una buena noche y un día de Navidad muy feliz.
Un beso muy grande!
Son días que a mi también me dan nostalgia al pensar en los momentos vividos.
ResponderEliminarMucho ánimo y a vivir a tope las presentes para que tus niños tengan esos grandes recuerdos.
Besos
Son días difíciles para mí, pero me empeño en que mis hijos lo disfruten lo máximo posible.
EliminarFelices fiestas Jumore, un beso muy grande.
¿Sabes que justo ayer le conté por primera vez a Peque el Cuento de Navidad de Dickens? Me lo tuve que repasar porque había olvidado detalles... De pequeña siempre me impresionó esta historia...
ResponderEliminarComo dice OI la nostalgia se puede casi tocar en este texto. Y esa niña que fuiste disfrutó mucho de las Navidades, por eso tienes tanto recuerdos maravillosos en la maleta.
Un abrazo enorme preciosa. Que paséis una Nochebuena estupenda.
Muas!
Qué casualidad Mo, yo aún no lo he hecho pero de pequeña lo leía y releía todas las Navidades, lo recuerdo bien.
EliminarEspero que tú sigas atesorando recuerdos.
Sabes que te deseo lo mejor, para estas fechas y siempre.
Un gran abrazo para tí también.
Hola, te sigo desde hace tiempo. Desde que falleció tu madre tus entradas son muy nostálgicas y me da mucha pena que una persona con tanta alegría y con tanta capacidad para ver el lado bonito de la vida se encuentre tan sola. Yo sé lo que es la soledad, mi madre se fue cuando yo tenía 17 años y hace años que no quiere saber nada de mí ni de mis hijos. Hace un año y medio me separé y lo único que tengo son dos niños, niño y niña como tú, que son lo más bonito del mundo pero que cuando están con su papá dejan un vacío dificil de explicar. Hoy es nochebuena y la voy a pasar sola en casa, al igual que mañana la navidad, así que creeme que sé lo que es sentirse sola y med a mucha pena porque yo, como tú, también soy una persona de naturaleza alegre que le encanta hacer cosas bonitas por los demás y que siente que los demás no se dejan querer.
ResponderEliminarSi algún día te apetece hablar te dejo mi correo electrónico, puedes contarme lo que quieras, estaré encantada de hablar contigo.
Patricia.buelta (a) gmail.com
Te mando un beso enorme y felices fiestas!
Creo que nadie debería estar sola el día de nochebuena, ninguna madre debería añorar a sus hijos ese día, ningún amor debería ser desaprovechado.
EliminarHe visto tu blog, eres una mujer valiente y sincera, hablaremos pronto. Mientras tanto, te deseo lo mejor.
Un beso muy grande, Patricia.
Este año las fiestas serán distintas porque en abril murió mi suegro. Este año hemos aprendido que por muchos problemas que tengas (y te juro que ha habido muchos y de todo tipo) siempre puedes encontrar un motivo para sonreir. Este año crearé recuerdos preciosos y los guardaré para que me alimenten durante el resto del año. Este año, si necesitas que te recuerde que tu sonrisa alegra el alma de muchos a tu alrededor, pega un silbidito.
ResponderEliminarFEliz NAvidad!
Amaya y su libreta
Muchas gracias Amaya, me ha encantado tu última frase.
EliminarNo suena tan bien como Zoriontsu oporrak, que suena raro aunque es lo que me dice el traductor, pero te lo deseo de corazón.
Gracias. Un abrazo.