Empezaron los coles en Madrid, nuevo curso, nuevos amigos,
nuevas emociones y para nueva, nueva, Xoubiña, que se enfrentaba a esta
aventura por primera vez. Y se enfrentaba, como siempre, con la sonrisa que la
caracteriza.
Estaba mentalmente preparada para ir al cole de mayores,
llevábamos meses hablando de ello, me había acompañado a recoger a su hermano
en numerosas ocasiones, había jugado en el patio, se había quedado en la
guardería en cada reunión de padres... Entre su desparpajo cuando iba de visita
y el desparpajo de Parrulín que habla hasta con las paredes, había muchas
profesoras que ya conocían a Xoubiña. Y si no, la verdad es que sólo hay que
verla para saber que es hermana de Parrulín, clavadita me ha salido!
Había comprado el uniforme con ella, se lo había probado,
habíamos comprado los libros juntas también, estaba preparada para ir al cole
de mayores! Durante meses ha estado afirmando súper convencida que para ir al
cole de mayores había que llevar calzoncillos pero gracias a Dios se le olvidó
montar un numerito para que le pusiera calzoncillos para ir al cole y las
braguitas de Hello Kitty fueron suficientes.
Madrugaron, y yo más, desayunaron, y yo no, y mi santo nos
llevó a todos al cole. Me habían dado permiso en el curro para ir a llevarlos
el primer día, que me hacía ilusión. Nos perdimos por culpa de unas obras, todo
un clásico del primer día, pero salimos de casa con tiempo suficiente hasta
para hacerles fotos a los dos, otro clásico del primer día.
Feliz Xoubiña con su mochila llena de mudas por si acaso,
entra en el colegio saludando Hola cole, hola
niños, hola profes! la profe que cuida la puerta ya la conocía, la del
pasillo de su clase también, para todas tuvo una sonrisa y unas palabras.
Xoubiña, a tu clase nueva, Parrulín, que este año tienes que subir ya al
segundo piso! Encontramos su clase, era la clase de las brujas, dentro había
niños, muchas madres y algún padre incluido el nuestro. Mi niña entra, se da
una vuelta explorando y decide sacar un cajón de cacharritos de cocinitas y
ponerse a cocinar tan feliz ella sentadita en el suelo de su clase nueva. Un
par de niños lloraban y la profe… la profe llegó 20 minutos tarde, otro clásico
del primer día.
Llega la profe, da dos palmadas y dice Madres fuera! Así,
directamente, sin un buenos días ni un disculpad que llegue tarde. Es el
pistoletazo de salida, los dos niños que lloraban discretamente empiezan a
llorar a grito pelao, más o menos la
mitad de los demás se contagian y empiezan a llorar a grito pelao también. Xoubiña levanta la cabeza y al ver llorar a
tanto niño se encoge de hombros y sigue jugando con sus cacharritos, nos cuesta
trabajo incluso conseguir que nos dé un beso, ahí a lo suyo, tan feliz estaba.
Nos marchamos cuando empezaban esos momentos tan traumáticos
y desagradables de arrancar literalmente a los niños de los brazos de sus
madres. Nunca he tenido que pasar por ello, y lo agradezco porque no respondo
de mis actos en esa situación, creo que hay infinitas formas mucho mejores de
hacerlo, de hecho creo que hacerlo así es la peor forma posible.
Nos despedimos de la profe del pasillo, majísima ella, un
niño berreando en cada brazo. Qué tal se ha quedado Xoubiña? Llora? Voy a por
ella? No, no, tranquila, está fenomenal. Salgo con mi santo, le presento
algunas madres que estaban en la puerta y él no conocía, y todas me preguntan
cómo se ha quedado la pequeña. Pues feliz! Qué alivio!
Llego tarde a trabajar, permiso que agradezco pero que tendré
que recuperar y que me ha costado entrar ayer y hoy a las siete de la mañana,
cuando no estaban puestas ni las calles. Paso la primera mañana acordándome de
mis hijos como toda madre primeriza y wachapeándome (palabra tan castellanizada
ya que hasta le pongo acento! Jajaja!) con la madre de un niño de la clase de
Xoubiña que ya conocía porque es madre de una niña de la clase de Parrulín, su
niño lo ha pasado fatal con todos los momentos traumáticos incluidos.
Llegan las cinco y estoy allí para recogerlos. Xoubiña está
jugando tan contenta y me recibe con una sonrisa, me dice que bien, pero me
cuenta poco, voy sacándole las palabras a cuentagotas a lo largo de la tarde.
Qué tal el cole? Bien. Qué tal tu profe? Bien. Es maja? Mmmmmm….
No. Jajajajaja! Esto tengo que indagar más, pero se me despista con un
perro que pasa.
A media tarde. Oye, y qué tal tu profe nueva? Bien. (Al menos dice bien) Es maja? Mmmmmm…. No. Y por qué? Porque
habla mucho, habla todo el rato y habla tanto que me marea! No puedo
evitar soltar una carcajada, nunca había empleado esa expresión y ninguno de la
familia es lo que se dice calladito precisamente. Seguiremos investigando.
Y qué has hecho en el cole? Pues…
yo corría mucho pero siempre me decían Xoubiña veeeeen! Jajajaja! Me la
estoy imaginando corriendo por el patio, con el pelo despeinado al viento y ese
gesto que hace ella para retirárselo de la cara, feliz en su espíritu
libertario. Me entra la duda, no sé si corría por afición o por ganas de huir.
Y qué más has hecho? Has hecho algo en inglés? Pues… Bailar en inglés. Ah, qué bien. Y cómo se
baila en inglés? No me dejan bailar como a mí me
gusta, se baila moviendo los pies para arriba. Xoubiña baila mucho
girando sobre sí misma y con los ojos cerrados, según ella es igualita a la
Princesa Sofía pero es verdad que es un poco peligroso.
Segundo día, yo ya no puedo llevarlos, según mi santo se
queda tan contenta. Paso la segunda mañana acordándome de mis hijos, un poco
menos, y wachapeándome de nuevo con la madre de su amigo, fatal también el
pobre. Le ofrezco quedar en el parque, quizá si juegan juntos se le haga menos
difícil.
Llegan las cinco y estoy allí para recogerlos. Xoubiña está
jugando tan contenta y me recibe con una sonrisa. Qué tal el cole? Bien. Qué tal tu profe? Bien.
Hoy ha sido más maja? Mmmmmm…. No. Jajajajaja!
Y por qué? Porque baila tanto que me duelen los
pies. En fin, que no me cuenta mucho pero parece que su relación con la
profe no es muy cordial de momento. Por la tarde habla por teléfono con su
yayo. Qué tal tu profe? Es muy cansina, está todo
el rato hablando y bailando sin parar. Jajajaja!
Tercer día, según mi santo se queda tan contenta. Paso la tercera
mañana acordándome de mis hijos, cada vez menos, y wachapeándome de nuevo con
la madre de su amigo, fatal también el pobre el tercer día.
No sé, parece que de momento las cosas no van mal del todo,
que hable mucho y baile mucho no parecen malos hábitos para una profe de
infantil. Es posible que la queja de que hable mucho quiera decir en realidad
que la manda callar a ella, para la queja de bailar aún no tengo explicación,
quizá que no la dejen bailar girando con los ojos cerrados. Seguiremos
investigando el caso porque esa respuesta de que no es maja me extraña mucho.
Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.