viernes, 9 de octubre de 2015

Tarde de chicas

Ayer tuve el enorme placer de compartir la tarde a solas con mi rubia despeinada, una tarde que estuvo llena de risas y sorpresas, alguna que otra lágrima puntualmente también, pero una bonita tarde madre-hija.

Cuando fui a buscarlos al colegio Parrulín me dijo que quería ir a casa de un amigo que le había invitado. A mí esto no me hace ninguna gracia, no vivimos cerca del cole y dejarle ir a casa de alguien supone tener que entretener a la niña de alguna forma hasta que sea la hora de recogerle, luego el metro a casa y terminamos llegando tardísimo y ya tenemos que hacer todo corriendo para intentar que se acuesten a una hora decente. Siempre pienso que tiene buenos amigos pero que en un futuro es posible que se complique este tema por sus altas capacidades, por si le consideran un listillo o un friki o un rarito o cualquier otra crueldad típica de los niños. Creo que cuanto más firmes sean los lazos infantiles, mejor para él, así que muy a mi pesar siempre le dejo ir.

Y es que no sé yo qué afición tiene el chiquillo a las casas ajenas pero no hay nada que más le guste que pasar la tarde en una casa que no sea la suya! Y se lo pasa fenomenal, y luego voy yo a buscarle y me deprimo viendo casas ajenas con su decoración nórdica, su cocina integrada, su ambiente cálido y acogedor, su amplitud de metros, que parecen sacadas de revistas de decoración y que tanto contrasta con nuestra casa de escasos metros cuadros llena de estanterías, libros y juguetes tirados por doquier. Siempre que voy a casa ajena me sorprenden dos cosas, qué mono y qué pocos libros.
Xoubiña se queda llorando porque se ha ido su tato. Le digo que no importa, que luego vamos a buscarlo, que vamos a pasar ella y yo una tarde de chicas, que para empezar la invito a un zumito. Se le pasan las lágrimas con el soborno del zumito y de camino me pregunta “Si mi tato no vuelve a casa ¿me puedo quedar con su tablet?” Jajajaja! Luego iremos a buscarle, cariño, tato sí va a volver a casa pero le diremos a papá que te compre una tablet para ti también, vale?

De camino vamos charlando, Sabes que me he encontrado con tu amigo J de la guarde? “No me digas! Me he quedado afónica!” Afónica? Pero si tienes voz! Qué significa afónica? “Pues… muy sorprendida” Ah! Atónita! Jajajajaja! Atónita yo de oírte hablar así con tres años! Me partía de risa, entramos en el bar de siempre y le dice a la chica “Hola! Estoy atónita!” La otra, que entiende afónica, la niña que se lo explica, y atónita atónita, la del bar. Me reía yo tanto que tuve que llamar a mi suegra para contárselo.

Luego nos tomamos un zumito las dos hablando como dos mayores, contándome cosas del cole, hablando de su profe, que ya es maja, menos mal, y enseñándome canciones nuevas. Es un placer esta niña, siempre alegre y contenta, con ese desparpajo y esa luz que desprende, un tesoro y ahora que ya se puede “tener conversaciones” con ella todavía mucho más. Luego nos fuimos a una juguetería, estaba empeñada hace días en que quería que le comprara el amuleto de la princesa Sofía, ella se planta una corona en la cabeza y dice que es Xoubiña primera, y su mayor aspiración con sus tres años es la de ser princesa. Una tarde de chicas bien podía terminar con la compra del ansiado amuleto!

Entramos en la juguetería y la rubia despeinada a grito pelado “Mamá, mira, no me lo puedo cre-er!” El qué cariño? (Siempre dice Cre-er, y marcando bien las r, tiene mucha gracia esta expresión suya) “No me lo puedo cre-er, un giratorio!” Jajajaja! Un qué? “Un giratorio!” Ah! (Era un juguete tiovivo) Un giratorio porque gira. “No mamá, un giratorio porque da vueltas!” Ah! Jajajaja! La dependienta muerta de risa, la rubia despeinada de estantería en estantería “Mira mamá, no me lo puedo cre-er, una doctora doc!” “Mira mamá, no me lo puedo cre-er, el abalorio de la princesa Sofía!” Ole! Lo encontramos, viene con corona y pendientes incluidos y se lo lleva bajo el brazo mientras sigue recorriendo estanterías con su no me lo puedo cre-er.
Mientras pagamos sigue con su cantinela “Mira mamá, no me lo puedo cre-er, mi Marcelino!” y es que ha llegado a la sección de nenucos y ella tiene uno que aunque es niña le llama Marcelino, vete tú a saber por qué, pero extrañada de ver allí a su querido Marcelino. “Mira mamá, no me lo puedo cre-er, mi Marcelino con un fonendo, qué tontería!” Se escacharra de risa ella sola, la dependienta también, parece que le hemos alegrado la tarde a esta chica, eso está bien!

Nada más salir obviamente tenía que ponerse la corona, los pendientes y el abalorio, ahí todo junto, con su chándal de uniforme del cole le quedaba bárbaro, os podéis imaginar, pero ella se veía toda una princesa y estaba encantada mientras yo le aseguraba que estaba guapísima, la gente la saludaba por la calle, y ella feliz con su papel de princesa con corona, pendientes y abalorio. Llegamos a un semáforo y en plena calle se baja los pantalones y las bragas Pero qué haces!? “Bueno mamá, es que me pica el culo!” Anda que… vaya princesa! Jajajaja!

Recogemos a Parrulín de casa ajena. Qué mono! Qué pocos libros! Y corriendo para casa. Ha sido una bonita tarde. La verdad que me ha encantado esta tarde madre-hija, ha sido muy divertida. Mi niña, qué bonita es! Xoubiña, mi niña con nombre de reina, mi currusquita, mi pequerrechiña, mi amor, mi compañía, mi consuelo, el melocotón de su abuela, nunca sabrás sumar lo que te quiero…

“No es que la casa no tuviera techo, pero si algo faltaba lo tenemos. Nada me gustaría como saber cierto a qué o a quién tendré que agradecerlo. No es que los días no estuvieran llenos, para la ternura siempre hay tiempo. Ya está el rompecabezas amarrado, fue la pieza que andábamos buscando. No viniste del frío ni la lluvia, llegaste del amor y de la luna... Niña de agua, te crecerán las alas y tu vuelo, niña de agua, quizá oscurezca el sol así lo creo, niña de agua, nunca sabrás sumar lo que te quiero, nunca sabrás sumar lo que te quiero... Desde el alba dispuesta hasta la aurora descubres todo y todo te impresiona, del perro hasta la hormiga laboriosa, la vida a veces luz a veces sombra. Niña de agua, nunca sabrás sumar lo que te quiero, nunca sabrás sumar lo que te quiero...”


Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Sean buen@s y felices.
Otro día más.

4 comentarios:

  1. Maravilla de entrada!! Es preciosa Xoubiña, en todos los sentidos.

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  2. Vaya piquito de oro que tiene la princesa. Cada día más bonita y más guapa!
    Un besazo enorme para los 4!

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  3. HOla. a los peques les encantan ir a jugar a las casas de sus amigos... el problema es cuando tenemos más de un hijo... me gustó mucho tu tarde con la peque. Es muy divertida... qué risa con la frase 'no me lo puedo cre-er'. Son momentos memorables.

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  4. Pues mi casa es de las tuyas, ni estilo nórdico, ni estilo a secas. Mi salón están invadido po cajas y baules de juguetes a la par de estanterías con libros infantiles, que parece que nos invaden. Me alegra saber que no soy la única que siente que su casa no encaja con la perfección jajaja

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