Visto Aquí |
Hoy he leído en las
noticias la liberación de M José Carrascosa, una madre que lleva casi nueve
años en la cárcel en Estados Unidos, desde el 2006. El motivo “secuestrar a su
hija” para llevársela a España en enero del 2005, cuando ya habían comenzado
los trámites de separación del padre de su hija, cuando él había abandonado el
domicilio conyugal y se había desentendido tanto de su hija como de su
manutención.
En julio del 2005 un
tribunal de Valencia le concede la custodia de su hija. Un año después viaja a
Estados Unidos y queda detenida por haber sacado a su hija del país sin permiso
paterno. Permanece en prisión provisional hasta diciembre del 2009 que se
celebra el juicio y es condenada a catorce años de prisión. Catorce! Y tiene la
custodia su hija según las leyes españolas! Nueve largos años después de su
ingreso en prisión le conceden la libertad condicional.
Hace años me llamó
la atención este caso, pero había quedado olvidado en algún lugar de mi
cerebro, cuando hoy he visto la noticia de la liberación he pensado pero…
¿todavía estaba presa? Qué barbaridad, qué sinrazón, qué dolor más absurdo,
largo e innecesario.
No entiendo los
términos jurídicos del caso, no soy una experta en leyes, ni en acuerdos
internacionales ni nada. Puede que las cosas no sean como nos las han contado y
esta mujer no sea la víctima que parece. Puede ser, no digo que no. Pero aunque
así fuera… ¿de verdad era necesario tanto dolor? No imagino pasar nueve años en
prisión, nueve años separada de mis hijos, sin poder realizar más que alguna
que otra llamada esporádicamente.
¿El padre de su
hija? Francamente, me resulta inconcebible que haya actuado de esta manera. Cuatro
años después, en el 2011, su ex marido se muestra en los juzgados a favor de
concederle la liberación pero el tribunal no se la concede. ¿Se inició un
proceso burocrático que luego no pudo parar o que no quiso hacerlo?¿Le compensó
de alguna manera haber conseguido meter en la cárcel a su ex mujer, a la madre
de su hija?
Los hijos son
siempre los primeros perjudicados en la separación de los padres. Y no soy
capaz de entender la manipulación que se hace de ellos y sobre ellos con el
único objetivo de hacer daño a la otra persona, una persona a la que has amado,
con la que has convivido una serie de años y de experiencias, que es el padre o
la madre de tus hijos. Conozco varios matrimonios aparentemente normales, tendrían
sus desavenencias como todas las parejas, y un día deciden separarse. Entonces
empieza la guerra, un divorcio complicado y traumático para todos ellos. Y en
medio, los hijos, inocentes, indefensos, la parte más vulnerable y la más
manipulable también.
Es muy fácil
generalizar, y hablar por hablar en este post. Hay casos extremos y no hablo de
malos tratos o cosas así, sino de parejas aparentemente normales que un día
deciden terminar con la convivencia. Cada uno es cada uno, y sus
circunstancias, y hay muchas cosas que quedan en la intimidad de una casa y en
realidad no sabemos. Pero me producen mucha tristeza los divorcios en los que
una de las partes no permite a la otra ver a sus hijos, en los que una de las
partes procura hacer todo el daño posible a la otra, las denuncias falsas, el
tira y afloja que se realiza sobre los hijos, etc…
Y entiendo que todo
esto hay que cuidarlo desde un principio. Todos discutimos con nuestras parejas
en alguna ocasión y no debemos hacerlo delante de los niños ni hablarles mal de
la otra persona. Lo que sucede entre dos debe quedar entre dos. Para mí es
importante que mis hijos quieran a su padre tanto como a mí y pase lo que pase
entre nosotros no dejará de ser su padre. No me sentiría más orgullosa si me
quisieran más a mí que a él, algo no estaría haciendo bien en su crianza. Nos
querrán de forma diferente, porque somos diferentes, pero no más a uno que a
otro.
¿Y España? ¿No pudo
haber hecho nada en estos nueve años? Hay una sentencia española en la que se
le concede la custodia a la madre, incluso le retiraron a la niña el pasaporte
para impedir que saliera de España. Todo esto antes de que la detuvieran a
ella. ¿Y no se hace nada a nivel jurídico o ejecutivo o humanitario? La familia
Carrascosa denunció que se sentían engañados por el Gobierno, después de una
filtración de Wikileaks en la que se demuestra que el Ejecutivo finge una
mediación que nunca lleva a cabo, literalmente dice Moratinos en la filtración que
por motivos políticos no le interesa influir en este caso. Se pide
reiteradamente el traslado de M José a España en virtud de convenios internacionales
pero tampoco se concedió nunca. Nueve años! Han pasado varios gobiernos desde
entonces y varios ministros de exteriores y de justicia. ¿Y ninguno ha hecho
nada? ¿Y si en vez de ser M José una desconocida fuera la hija de alguno de
estos políticos, habrían hecho lo mismo, abandonarla a su suerte? Lo dudo
mucho.
M José Carrascosa,
una mujer que dejó a su hija, una niña, con seis años, y se reencuentra con
ella con quince, toda una adolescente. Cuántos años perdidos! Qué barbaridad,
qué sinrazón, qué dolor más absurdo, largo e innecesario.
Mamá de Parrulín y
de Xoubiña
Otro día más
Sean buen@s y felices