lunes, 30 de julio de 2012
domingo, 29 de julio de 2012
De cumpleaños
Tal día como hoy esta estupenda mujer que escribe nació en Madrid. Hace ya taitantos años. Fue una niña querida y deseada.
Tal día como hoy hace un año de aquella primera quimio, de aquella tarta de hospital y aquellas lágrimas imparables.
Tal día como hoy mi madre ha hecho el esfuerzo de venir a Galicia para pasar mi cumpleaños conmigo. Ha sido una gran sorpresa y una gran alegría. Espero pasar muchos cumpleaños a tu lado.
Gracias madre, por darme la vida, por ser como eres, por tu generosidad, por tu amor, por todo.
Ha sido mi mejor regalo de cumpleaños. Te quiero!
jueves, 26 de julio de 2012
miércoles, 25 de julio de 2012
martes, 24 de julio de 2012
lunes, 23 de julio de 2012
viernes, 13 de julio de 2012
Preparando la huida
Piando piandito llegamos al final de la semana, de la última
semana, llevo días contando los madrugones que me quedan y se ha acabado por
fin la cuenta atrás. Tengo por delante quince días de vacaciones. En Agosto ya
veremos, espero no tener que volver a incorporarme y tener la baja para poder
descansar, prepararme, preparar sus cosas, preparar la casa, empezar a ir a
monitores y todas esas cosas que hay que hacer antes del parto.
Hemos tenido una semana movidita, mi madre ha comenzado el
nuevo tratamiento y eso le obliga a hacerse análisis diarios, varios, para lo
que tiene que desplazarse al hospital, no tiene efectos secundarios, al menos
de momento, y todo queda en la incomodidad de llegar hasta el hospital que está
en el quinto pino. A pesar de estar informadas de las escasas posibilidades que
tenemos de que funcione el tratamiento experimental he vuelto a llenar la
mochila de esperanza. Si es que no aprendo! Pero no encuentro otra forma de
enfrentarme a los problemas que no sea con esperanza.
Parrulín acabó el cole y lo estamos llevando a la guardería,
bendita guardería, va muy contento, cosa que no esperaba, la verdad, porque al
principio no parecía muy dispuesto, pero hay niños de su edad, lo pasa bien, y
son muy poquitas horas las que va. Ha aprendido a bailar como un robot, cosa
que le encanta, y también a bailar flamenco, aunque de esto último no he
conseguido que me hiciera una demostración. Bueno, tras mucho rogarle lo que me
ha enseñado tiene que ver con las castañuelas, que hacen cla, cla, y levanta
los brazos, pero a mí me parece más una jota aragonesa que flamenco.
Le encanta levantarme la camiseta y hablar con la hermanita,
a veces tengo que luchar por impedirlo, porque ciertamente el metro no es el
mejor lugar para hacerlo. Le dice que la quiere mucho, le da besitos, le canta…
Y la verdad es que Parrulinchi reacciona un montón, si ya de por sí es tan
inquieta que a veces me pregunto cuántos pies tiene, si oye cantar a su hermano
no para de moverse, no sé si porque le gusta o para que se calle, que el pobre
niño ha sacado el oído de su madre y no acierta una nota ni de casualidad. Pero
me produce una ternura indescriptible.
En breve ponemos rumbo a Galicia. Tengo más ganas que nunca,
más necesidad que nunca de estar allí. De sentir el espíritu de mi abuela que
pervive en esa casa, de estar en mi jardín que hemos creado juntos a base de amor
y esfuerzo. Reencontrar la conexión con la naturaleza, con el ser humano, y
conmigo misma.
Si algún día desaparezco, buscadme allí donde huele a mar.
Buscadme donde están mis raíces, donde me siento renovar.
Buscadme en casa de mi abuela, donde aprendí lo que es amar.
Buscadme jugando con mi hijo, descubriendo la naturaleza al pasar.
Buscadme donde se haya la paz en mi corazón, donde no duele recordar.
Buscadme entre el jazmín, las hortensias y las adelfas, donde puedo respirar.
Buscadme donde encuentro el sosiego que me falta, la tranquilidad de ver el mar.
Buscadme entre la bruma y la lluvia, en un paseo entre los eucaliptos o por el pinar.
Si algún día desaparezco, buscadme allí donde huele a mar.
Mamá de Parrulin y Parrulinchi.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.
jueves, 5 de julio de 2012
Un regalo de cumpleaños
Como
sabéis hace unos días fue el cumpleaños de Parrulín y un alma cándida y de
buena voluntad decidió regalarle este juguete de Playmobil, ignorando tal vez
que la especie de dragones, pese a guardar cierto parecido, no es de la misma
familia que la especie de dinosaurios. Afortunadamente Parrulín no parece darse
cuenta de ello.
En
apariencia, si no se percata el niño de la diferencia familiar o lo hace pero
logramos convencerle de que se tratan de ciertos primos lejanos, el regalo
parece estupendo. Como todos los paquetes de regalos de niños estaba lleno de
celos, de precintos y todas esas cosas por lo visto imprescindibles que obligan
a los padres a sacar toda la caja de herramientas cada vez que tenemos que
abrir un regalo.
Como el
alma cándida no pudo estar el día del cumple le dio el regalo el día del cumple
del primo, lo que vino muy bien también para evitar celos y traumas infantiles
variados. Atendía yo a otras cosas mundanas y no me percarté de la cara de
Parrulín, pobrecito mío, hasta que viene con la caja en la mano, una lágrima en
la mejilla, y me dice que no encuentra el dragón. Pero lo has sacado de la
caja? “No mamá, te lo prometo.” Bueno, no es que no me fíe de su palabra, o sí,
pero miro primero debajo del parquecito del primo por si se hubiera escondido
allí. Nada. Será un timo de esos que hay que comprarlo por trozos? Busco y
rebusco la advertencia Dragón no incluído.
Pero no aparece. Encuentro un despiece pormenorizado del contenido de la caja y
descubro que falta el dragón, un trozo de la isla, uno de los caballeros y el
tesoro. Pero bueno, esto qué es?
El
regalo había sido comprado en unos grandes almacenes de conocido nombre británico,
así que el alma cándida que lo había regalado y que al ver la caja casi vacía
se había llevado casi el mismo disgusto que Parrulín, salvando la distancia de
la edad, que le impedía poner morritos y gritar y llorar como si no hubiera
vecinos. Consuela a Parrulín, consuela al alma cándida, consuela al sobrino que
se ha asustado con el disgusto del otro. Hecho esto, el alma cándida se lo
queda para cambiarlo.
No
disponían del mismo juguete, así que fue cambiado por este otro, de Lego, y que
efectivamente contiene un dinosaurio. Mola, que no? A Parrulín también le gusta
nada más ver la caja.
Al
abrirla vemos que contiene varias bolsitas de plástico con diferentes piezas.
Los Playmobil tira que te va, pero los Lego son muy difíciles para montarlos él
solito, así que esta estupenda mujer que escribe se enfrenta a la sencilla
tarea de montarle el juguete. En la caja pone claramente 5-12, tengo entre siete
veces la edad mínima y tres veces la máxima, no será complicado, y cuento con
la ventaja añadida de ser arquitecta, que para algo servirá, no?
Pues
bien, empiezo a montarlo y es bastante más difícil de lo que parece, además de
tener al niño y a mi madre metiendo presión, lo cual no ayuda. Parrulín no hace
más que quitarme piezas e instrucciones, lo que complica el asunto, alguna de
las diminutas piececitas se le caen al suelo (esto queda secuestrado en cuanto
nazca la niña, por mis muertos) y se confunden con los dibujos de la alfombra.
Empiezo
a pensar en el 5-12. Tal vez no sean los años del niño sino el tiempo que se
tarda en montarlo. En minutos no puede ser porque ya llevo más del doble y esto
aún ni se parece a un coche. Será el tiempo en horas? Sus muertos! Será el
tiempo en años? No sé si tendré tanto tiempo. Debajo del 5-12 pone 5882. Espero
que eso no sean ni los años del niño ni los años que se tarda en montarlo,
porque definitivamente no tendré tanto tiempo. Y como sea el número de piezas
que contiene, ciertamente he perdido bastantes. Puedo desistir directamente.
Anda! Y si es la fecha de caducidad? Pues ya ha caducado, a la basura que va!
Tras
armarme de paciencia consigo montarlo. Bueno, me sobra alguna pieza para ser
sincera, pero faltar no parece que falte ninguna y eso es lo importante. Se lo doy
al expectante Parrulín y me voy a coger una coca de la nevera para recuperar
fuerzas, cuando vuelvo ya falta medio coche. “Mamá, me lo arreglas?” Pero
Parrulín, con lo que me ha costado hombre! Volvemos a empezar.
Y digo
yo, por qué no seguiría el ejemplo de una sabia amiga y cambiaría este tipo de
regalos por un chaquetón de piel para mí? Si tiene cien mil juguetes el niño! Bueno,
tal vez no me da para un chaquetón, pero para una toquilla rosa para
Parrulinchi quizá sí. Ya que irá vestida de azul con la ropa de su hermano, al
menos que la mantita sea rosa para que no me estén preguntando todo el rato,
no? Y para un faldón? Se puede llevar un jersey azul con un faldón blanco o
azul y seguirá pareciendo una nena.
Advertencia
para el futuro. Si alguien se le ocurre regalar al niño otro jueguecito como
estos, porque ya no existan más regalos en el mundo entero, porque haya habido
un desastre nuclear a nivel mundial y sólo resistieran los Lego, o por cualquier
otro motivo justificado por escrito, se ruega a la parte regalante que le arme
el juguetito a la parte regalada, y que disponga de cierto periodo de garantía,
cuanto más largo mejor, en el que se pueda acudir con todo tipo de dudas sobre
el juguete en cuestión y efectúe, sin coste alguno, cuantas reparaciones del
mismo sean necesarias.
Se
advierte que en caso de incumplimiento de esta norma, la madre de la parte
regalada se reserva el derecho a lanzar miradas asesinas a la parte regalante y
a fingir una gran ignorancia para poder insistirle al niño que se lo debe
arreglar el alma cándida, que es la que sabe montar ese tipo de regalos.
Se
advierte también que en caso de repetir este tipo de regalo la madre de la
parte regalada se reserva el derecho de regalar al churumbel de la parte
regalante una réplica exacta de un camión de bomberos, para montar en casa, a
ser posible a escala 1:1 y con sonido de sirenas y de animales si puede ser, que
además le machaque los oídos a sus progenitores. Mi venganza será cruel, eres
de letras, ja, ja, ja, ja! He dicho.
Mamá de
Parrulín y Parrulinchi
Otro
día más. Buen jueves.
Sean
buen@s y felices.lunes, 2 de julio de 2012
Todo le dará igual
Ponga usted a una encantadora mujer, de taitantos, con una
barriga de siete meses un ordenador nuevo e instálese el Windows 7. Es preferible
que no funcione para mayor desesperación de la mujer. Es preferible también que
tenga que llamar todos los días a los informáticos para que se lo arreglen y
que la solución sea no apagar el ordenador. Además hacerlo coincidir con un
cambio de edificio y su correspondiente mudanza. Y todo le dará igual.
Ponga usted a una encantadora mujer, de taitantos, con una
barriga de siete meses a hacer cajas de mudanza, de esas que hace falta un
máster para poder armar la caja, y un montón de paciencia y ganas para
llenarla, cerrarla, ponerle el nombre, armar otra, llenarla, cerrarla, ponerle
el nombre… tener una contracción, parar,
volver a empezar, y estar así casi una semana. Y todo le dará igual.
Ponga usted a una encantadora mujer, de taitantos, con una
barriga de siete meses a embalar también las carpetas de Registro y demás cosas
comunes, puesto que no le funciona el ordenador. Es preferible que ninguno de
sus compañeros le ayude a pesar de pedirlo expresamente, puesto que todos están
demasiado ocupados con su propio ego. Es preferible también que coincida con un
técnico de la impresora que se quede sorprendido con que el tamaño de la
barriga sea inversamente proporcional al de la ayuda recibida y se ofrezca
amablemente a ayudarme con las cajas. Y todo le dará igual.
Ponga usted a una encantadora mujer, de taitantos, con una
barriga de siete meses en la avanzadilla de la mudanza. Es preferible que al
llegar no estén los muebles montados, ni los cables disponibles para poder enchufar
el ordenador. Es preferible también que su puesto de trabajo esté lleno de
mesas desmontadas y sea imposible el acceso al mismo. Y todo le dará igual.
Ponga usted a una encantadora mujer, de taitantos, con una
barriga de siete meses temporalmente en un puesto de trabajo que no es el suyo.
Es preferible que al volver a enchufar el ordenador no funcione otra vez. Es
preferible también que los informáticos del nuevo edificio no tengan ni idea de
cuál es el problema en cuestión. Y todo le dará igual.
Ponga usted a una encantadora mujer, de taitantos, con una
barriga de siete meses un portátil provisional y organice un pique generalizado
entre los informáticos para resolver el problema. Es preferible que al devolver
el ordenador arreglado a su dueña correspondiente éste dure menos de un día y
se vuelva a escacharrar. Y todo le dará igual.
Ponga usted a una encantadora mujer, de taitantos, con una
barriga de siete meses a desembalar cajas durante toda una semana, tener una
contracción, parar, volver a empezar y estar así casi una semana. Es preferible
convivir además con las obras, gente montando muebles, desmontando, levantando
el falso suelo para meter los cables y peleas varias entre la gente de la
mudanza. Y todo le dará igual.
Ponga usted a una encantadora mujer, de taitantos, con una
barriga de siete meses a desmontar de nuevo su ordenador cuando llegan el resto
de los trabajadores, dejar su puesto provisional y abandonarlo todo en mitad
del pasillo hasta que su puesto esté disponible. Es preferible que no sepa si a
la vuelta del fin de semana tendrá sitio disponible. Y todo le dará igual.
Ponga usted a una encantadora mujer, de taitantos, con una
barriga de siete meses a volver a montar su ordenador en su nuevo puesto de
trabajo. Es preferible que no vuelva a funcionar. Es preferible también que a
pesar de tener ya la mesa y el cableado no disponga todavía de sus
correspondientes armarios y no pueda desembalar muchas de las cajas. Y todo le
dará igual.
Ponga usted a una encantadora mujer, de taitantos, con una
barriga de siete meses una revisión ginecológica en mitad de la mudanza. Mira
qué mona va esta gine siempre. Es preferible que a pesar de asistir a la
consulta esta se realice a ojo. Que estoy agotada. Seguro que es el hierro a
estas alturas, tómate hierro. Que creo que tengo una infección de orina. Seguro
que la niña te presiona la vejiga, tómate monurol. Que tengo contracciones muy
a menudo. Seguro que son de Braxton Hicks, es normal. Bueno, pues nada, podía
haberlo hecho por teléfono y me ahorraba el paseo, dime cuándo vuelvo. Vuelve
el 2 de agosto si no has parido aún. Perdón? Si salgo de cuentas el 1 de
septiembre, cómo que si no he parido aún? Me puedo ir de vacaciones del 15 al
30 de julio? Si, tranquilamente. Cómo que tranquilamente con lo que me acaba de
decir? Y tú cuándo estás de vacaciones? Del 15 al 30 de agosto. Cojonudo, y si
sale antes con quién doy a luz? Con el otro doctor. Ese que no conozco? Si ese.
Cojonudo. Me vas a dejar tener un parto natural o será una cesárea programada
por tener ya una? Pues en principio no debería ser cesárea a no ser que
surgiera alguna complicación durante el trabajo de parto. Cojonudo, a ver si el otro piensa lo mismo. Y todo le dará igual.
Ponga usted a una encantadora mujer, de taitantos, con una
barriga de siete meses, vacaciones dentro de dos semanas, con viaje a Galicia
incluido. Es preferible que a la vuelta ya puedan concederle la baja y no tenga
que volver a trabajar. Y a pesar del estrés, de la mudanza, de las incompatibilidades
del Windows 7… todo le dará igual.
Mamá de
Parrulín y Parrulinchi.
Otro
día más. Buen lunes!
Sean
buen@s y felices.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)