He recibido un nuevo premio, y es el número 16, madre mía, qué honor! Y como si fuera poco lo he recibido por cuadriplicado! (¿Existe cuadriplicado o es cuadruplicado? Vaya, es cuadruplicado, qué complicado!) Así que gracias por CUADRUPLICADO también. Gentileza de Rocío, de Lluvias y paraguas, de Fernando del Blog de Lola, de Cocolina de Buceando en mí y de Silvia, de Ser madre es toda una aventura. Este es mi nuevo premio, premio a la versatilidad:
Para recibirlo hay que hacer tres cosas, a saber, la primera agradecérselo a las personas que me lo otorgaron y enlazarlas en el post. Hecho. La segunda compartir 7 cosas. Ahora me lo pienso. Y la tercera otorgarlo a otros 15 blogs encontrados recientemente! 15! Madre mía! Eso si que es trabajar!
Pues en fin, empezamos con las 7 cosas:
1. Me encanta mirar el mar, me relaja y me carga pilas para el resto del año.
2. Me encanta la lluvia, especialmente si además estoy viendo el mar.
3. Me encanta mojarme, con un buen paraguas, especialmente si además estoy viendo el mar.
4. Me encanta sentarme a tomar un albariño con una ración de pulpo, especialmente si además estoy viendo el mar.
5. Me encanta ver a mi hijo comer berberechos más rápido que nosotros, especialmente si además estoy viendo el mar.
6. Me encanta dormir la siesta en el jardín, especialmente si además estoy viendo el mar.
7. Me encanta ver a Parrulín corriendo por la arena, descubriendo conchas y piedritas y si, viendo el mar.
Creo que necesito unas vacaciones! Y ver el mar!!!
Y los 15 nominados, 15 blogs encontrados recientemente son….
Vale, que no todos son descubrimientos recientes, lo he intentado, pero es que entre las vacaciones y ausencias varias, ha sido difícil. Nomino a estos y punto pelota que dice Parrulin. Y como las normas no obligaban a hacer el enlace "bien hecho" pues así se quedan, que esto da mucho trabajo! Ea!
Ayer, siete de la tarde, estaba el metro casi vacío cuando entra una señora en una de las paradas. Señora entrada en años, y entrada en kilos también. Señora vestida con unas mallas de tigre (que no entiendo la manía de llamarle ahora leggins si toda la vida de Dios han sido mallas, pero en fin) y una camisa de flores grandes. Esos conjuntos tan estivales que dan ganas de llorar y te preguntas si se habrá mirado al espejo antes de salir de casa. Parrulín que la ve y empieza o continúa hablando porque no calla nunca un segundo en todo el viaje.
“Mamá, has visto esa señora?” Si cariño, la he visto. Tierra trágame que no me haga pasar vergüenza, que estamos casi solos y no podremos disimular. Ante la duda de por dónde va a salir no se le debe preguntar NUNCA que qué le pasa a la señora porque la respuesta puede ser de lo más variopinto.
“Has visto qué pantalones más preciosos?” Eh… si… preciosos mi amor. Y se levanta a tocarle los pantalones a la señora, que debía tener un tacto especial porque volvió a tocarla el culo en varias ocasiones en el mismo viaje. Yo, evidentemente, no le toqué el culo, ni ganas, así que no sé qué le llamaba la atención de eso. A la señora sí que no le llamaba la atención que un chiquillo le tocara el culo, parecía… ¿acostumbrada?
“Y tú por qué no tienes unos pantalones así, mamá?” Pues… porque… (No soy una hortera? No, que me oye la señora. No es mi estilo? No, que se van a venir unos interminables porqués para explicarle lo que es el estilo)… no sé, cariño.
“Y si compramos unos para tí? Qué te parece, mamá? A mí me gustan.” Ehh… (Ni muerta!) bueno, pues ya veremos. Es curioso lo del ya veremos, tan maternal ello, según qué madre, la mía por ejemplo, significa que jamás de los jamases, pero que no quiere discutir por ello ahora mismo, en cambio mi suegra es que sí, que has ganado la batalla, pero que no quiere darte la razón tan pronto.
“Qué es más bonito, esos pantalones o tu vestido de flores pequeñas?” Mmmm… (mi bonito vestido de las rebajas, antes carísimo de la muerte, snif!)… sabes qué decía mi abuela? Mi abuela decía siempre que cada uno por su estilo. “Y qué es el estilo?” Ehh… (Mierda! Que vienen los porqués, se me escapó) Pues… el estilo es como a cada uno le guste vestirse. “Y si estás desnudo?” Pues entonces no, claro. “Y por qué?” Y por qué qué?... […]
Varios porqueses más tarde… entran unos peregrinos al metro. “Mamá, son pelendrinos?” Si cariño, son pelendrinos. “Y de dónde son?” Pues no sé, cielo. Se acerca a ellos supuestamente para saber de dónde son. “Sois pelendrinos?” Si, qué niño más mono. “Y venís a ver al papa?” Si “Pos os habeis confundido, que el papa ya se ha marchado!” Y todo el vagón riéndose del niño, pelendrinos y madre incluidos.
“Mamá, donde vamos?” Pues a casa, como siempre. “Pos yo no quiero, quiero ir a Marina d’Or” Toma ya! Le ha entrado una manía con Marina d’Or que me lo pide constantemente y si sale un anuncio en la tele se vuelve loco. Supongo que habrá ido algún amiguito de la guarde. Ahora mismo no puede ser cariño. “Pos, yo quiero ir a Málaga” Al final, por culpa de los amigos nos vamos a tener que recorrer toda la geografía. Bueno, Parrulín, lo intentaremos. Uf! Nuestra parada, al fin.
Cada viaje es una aventura. ¿Quién dijo que ser mamá era atender a la rutina? ¿Dónde está mi rutina si cada día me sorprende con algo más?
Esta ha sido a propósito, ja, ja, para poder jugar al topao, la de Habemus papa! Y he descubierto que me gusta la controversia! Me lo he pasado muy bien.
4. Entrada más útil.
Define útil.
5. La entrada cuyo éxito te sorprendió.
La entrada del poster que había en mi habitación, Aprender a hallar amor en el mundo, era algo personal y no esperaba que interesara a tanta gente.
6. La entrada que no recibió la atención que esperabas.
Quizá la primera, Comenzamos, igual esperaba de repente un aluvión de visitas y hacer mi blog superfamoso, salir en el telediario, que me hicieran un monumento, no sé.
7. La entrada de la que estás más orgullosa.
Orgullosa, orgullosa, no sé, menos mal que es la última pregunta! Caray con del jueguecito! Os dejo con Que no lo haga y con Quiero un jabalí porque me lo pasé pipa escribiéndolas. Si, he cambiado la pregunta, porque me da la gana. Estoy jugando yo, no? Pues eso.
Pues sí, también vamos a hablar de los peregrinos en este post, de los “pelendrinos” que dice Parrulín. El viernes me pidió que le comprara un vaporizador de agua, porque pistolas no queremos en casa ¡no a la violencia! Y le pregunto que para qué quiere eso “Pos, para mojar a los pelendrinos, mamá” Ah, bueno, pues estuvimos toda la tarde mojando pelendrinos. Les preguntaba si tenían calor y si les podía mojar. Siempre decían que sí! Y Parrulín encantado, y empapado.
Este fin de semana buscaba un plan con Parrulín, pero la cosa era un pelín complicada. A ver los patos del retiro, ciertamente no, seguro que demasiados peregrinos. A ver las tortugas en Atocha, seguro que demasiados peregrinos, tampoco. A mojarnos con los chorros de agua del parque del Manzanares, es gratis, seguro que demasiados peregrinos, tampoco. Al teleférico, es turístico, seguro que demasiados peregrinos, tampoco.
Al final encontré el plan perfecto, ir al Museo del Ferrocarril a ver los trenes! Seguro que a Parrulín le encanta, seguro que ahí no habrá peregrinos. Me equivoqué en lo segundo. Si, también había peregrinos viendo los trenes, no muchos, así que no era agobiante, pero sí había.
Parrulín, qué te parece si vamos a ver trenes? “Si, si, a ver trenes, a ver trenes!” Este niño le emociona cualquier plan, reacciona igual si le dices que vamos al supermercado, es genial. Pues vamos, pero llevamos gorra que hace mucho calor. “Pos… la de papá Noel” Pero cariño, cómo vas a ponerte el gorro de papá Noel con el calor que hace? “Si, si, la de papa Noel” Bueeeno. Y allá nos fuimos, con gorro de papá Noel en pleno mes de agosto a ver el museo.
Tienen un montón de trenes de todas las épocas, algunos preciosísimos, otros hechos un asquito. El premio se lo llevó un tren grúa! Emocionado Parrulín, claro, al ver el tren amarillo, con su pluma y el enganche. “Yo nunca había visto un tren así, nunca”
Subimos en todos los trenes en los que se podía, que no eran muchos, es una pena porque por nosotros habríamos subido y toqueteado todos. Entiendo que no se pueda subir a algunos como uno super pijo, con una mesa puesta en plan Titanic pero en versión tren, pero había muchos que no veía yo el inconveniente por ningún lado, pero bueno, nos conformamos con mirar por las ventanillas. También nos gustó mucho la única locomotora a la que se podía subir, Parrulín disfrutó muchísimo conduciendo el tren. Movía la manivela de freno como si fuera un volante, y para qué le voy a explicar al niño que no es un volante con lo contento que estaba.
Era inevitable encontrar alguno de nuestra infancia, estaban los antiguos coches cama que iban a Galicia, me hizo sentir un poco viejita, la verdad. Yo iba en ellos y ahora forman parte de un museo de antigüedades. Snif!
Repetiremos la experiencia, porque además en Septiembre empiezan otra vez las sesiones de teatro infantil y puede ser chulo. Son para cuatro años pero con lo acostumbrado que está Parrulín a ir al teatro no habrá problema.
Después de mi entrada “controvertida” de ayer seguimos con el tema papal.
Ayer, siete y media de la tarde, tras empollarme el itinerario del papa y coincidiendo con su misa en Cibeles decido coger el metro para volver a casa. En Moncloa encuentro unos 70 peregrinos italianos al sol, asfixiados los pobres, en el intercambiador. Pobres, se habrán perdido, pues la misa ya ha empezado. Ah, no, que están de botellón! Vaya, pues me parece a mí que estos no habrán venido precisamente a ver al papa. Ejem.
Uno de ellos tiene un vaporizador de agua, igualito que el nuestro que llevamos a la piscina. Como todas las mamás, veo venir los problemas, estaba clarísimo lo que iba a suceder. Allá va Parrulín “Me lo prestas?” y el italiano, que era muy amable, se lo presta, y además le anima a que moje a toooodos los peregrinos que había por allí. Parrulín feliz de la vida moja que te moja a todos, chicos, chicas, monjas, curas, plantas, a su madre… Todos encantados de que el niño les mojara, el niño encantado de mojarles a todos. Con decir que se acabó el agua, se la rellenaron, se volvió a acabar y me costó lágrimas sacarlo de allí para irnos a casa. Eso sí, se lo devolvió al chico y le dijo “Muchas gracias, muy amable”
Una vez en el metro, también abarrotado de otros peregrinos que tampoco habrán venido precisamente a ver al papa. Ejem. Y comienza la conversación. “¿Por qué hay tanta gente, mamá?” Porque han venido a ver al papa. “¿Y por qué han venido a ver al papa?” Pues… (no sé), porque… (no sé) se lo podemos preguntar si quieres.
Y se dirige a una chica que teníamos al lado “¿Has venido a ver al papa?” Si, claro. “¿Y de dónde has venido?” De Italia. (Ya, claro, esta viene de Italia, donde lo tiene cerca, a ver al papa, pero no está en la misa de Cibeles, me parece a mí que esta no ha venido precisamente a ver al papa. Ejem.) “¿De Italia?” Si “¿Cómo los spaghettis?” Si, se ríe, y la pizza! “Pos… a mi no me gusta la pizza” Parrulín, no la has probado, a lo mejor sí te gusta. “No, seguro que no me gusta” Bueeeno.
Al rato “¿Mamá, el papa es un monjo?” Toma ya! Ja, ja, si cariño, pero no se dice monjo, se dice cura. “Porque las monjas son chicas” Claro, y cuando son chicos se llaman curas. “¿Y qué hace el papa? ¿En qué trabaja?” Esto… (no sé), pues… (¿qué le digo?)… hablar con Dios (¿?). “Ah, como las monjas” Claro “¿Y por qué no se llama monjo?” Pues porque no, cariño, se llaman curas. “Porque no no es ninguna razón, tienes que aprender a no decir porque no, mamá” Bueno, mi amor, lo intentaré. (Ya podía haberle hecho todas estas preguntas a la chica, que yo no sé qué decirle, que se lo explique mejor mi suegra que de esto sabe.)
Los próximos eventos del papa se celebrarán en cuatro vientos. Ves? Esto no me parece mal, claro, como no vivo allí, pues yo encantada. Imagino que a los cuatro vientanos no les parecerá tan bien. (¿Se dirá cuatro vientano? Seguro que no, está en Alcorcón, así que son alcorconeros o alcorqueños, cualquiera de los dos)
Solicito la habilitación de un lugar destinado a eventos varios, de gestión privada, y que no colapse Madrid. Solicito que el dinero de mis impuestos se dedique a la sanidad y a ayudas sociales. Solicito que los que quieran ver al papa corran con los gastos y no colapsen Madrid. Solicito que los que quieran celebrar algo de fútbol corran con los gastos y no colapsen Madrid. Solicito que los que quieran celebrar el orgullo gay corran con los gastos y no colapsen Madrid. Solicito un poco de moral, un poco de sentido común, un poquito sólo, por favor.
Cuando me he levantado estaba un poco más oscuro que de
costumbre, he comprobado la hora por si estaba despistada y era prontísimo,
pero no. Cuando salgo del metro rodeada de cientos de peregrinos nos caen gotas
y miramos todos para arriba con cara de ¿Quién será el joputa que está regando?
Ah, pues no, está lloviendo! A continuación los cientos de peregrinos y yo nos
miramos los pies. Mierda! Sandalias! A ver si le hemos estropeado el día al
papa…
Madrid está tomada por ríos de jóvenes con sus mochilas, sus
gorras y sus banderas, no se puede andar por la calle sin encontrarse con un
montón de ellos, no se puede andar por cerca de mi trabajo sin ver centenares
de ellos. No sólo el centro, o los alrededores de iglesias importantes, sino
que vayas donde vayas encuentras un grupo numerosísimo de peregrinos. Incluso
en el alcampo, fui ayer y había un montón de ellos.
Y esta mañana, una de esas riadas de jóvenes me han
sorprendido y me han hecho sonreír, porque… llevaban cresta! Todos! Una se los
imagina en plan guitarrita tocando el kumbayá y se encuentra con esto.
Sorpresas te da la vida.
Ayer encontré un grupo de chicos altos, guapos, musculados,
morenos… gays, pero de los que alegran la vista, vaya. Llevaban una enorme
sombrilla gay y las mochilas de peregrinos. Esto tampoco me lo imaginaba.
El domingo me dejé el abono transporte en casa, no tengo
cabeza (ni cresta, menos mal, ja, ja!) y me encontré que ha subido el precio de
1€ a 1,50€! Y leo en el periódico que a estos chicos les han bajado el precio
del billete. Anda! ¿Y por qué a mí no? ¿Porque en lugar de ir a ver al papa me
tengo que ir a trabajar? ¿Y cómo ha subido tantísimo? Estoy indignada, por el
precio y porque se lo bajen a ellos y los demás no.
¿Cuánto nos va a costar esto? ¿Quién gana dinero? Los hoteles,
restaurantes y sitios de comida, sin duda notarán la llegada de 1,5 millones de
jóvenes. 1,5 millones! Qué barbaridad! Por mucho que digan que no, sólo entre
policías y limpieza tiene que ser una pasta el evento. Venga, vale, me voy a
creer que casi todo corre a cargo de la iglesia. Entre la organización de todo
esto y lo que es el viaje del papa ¿Cuánto se habrán gastado? ¿Bastaría para
mejorar la situación de Somalia? Seguro que si. Qué sinrazón, qué sinsentido.
Han abierto iglesias, colegios, polideportivos, casas
particulares… todo para poder albergar a esta gente. Y yo me pregunto por qué
no podrían extender esto al resto del año y que no haya gente durmiendo en la
calle. Qué sinrazón, qué sinsentido.
Les bajan el billete del abono del metro, les dan cheques de
peregrino para comer, les dan mochilas… Y yo me pregunto por qué no podrían
extender esto a los parados, a la gente sin recursos, a los que ganan 400€. Qué
sinrazón, qué sinsentido.
Siento respeto a la religión, me gustaría creer en algo, fui
a un colegio de monjas, pero ya lo tengo todo olvidado, me parece una suerte
poder encontrar un cierto alivio en la religión, pero no es mi caso. Yo también
hice con el colegio viajes de este estilo, estuve en Lourdes, ví levantarse de
una silla de ruedas a un niño y casi me da algo, a continuación ví a la madre
Fulanito, que te sientes! Por unos segundos creí haber presenciado un milagro.
Ilusa de mí, era joven e impresionable. Una amiga se quemó el pelo con una vela
al presenciar el “milagro”.
Fuimos todo el colegio a Bruselas para la beatificación del
padre Damian, el de los leprosos, pero el papa se rompió la cadera unos días
antes y postpuso la beatificación, así que fuimos en plan turistas porque ya
estaba pagado. Me lo pasé genial, la verdad. Fue un viaje expres, del que
recuerdo la Grand Place, el Manneken Pis, el chocolate y la cara de la monja
cuando nos vió llegar al albergue en un furgón policial, ja, ja, un grupo de
niños intentaban tocarnos el culo y robarnos las mochilas, llamamos a la policía
que pasaba por allí y nos metió a todas en el furgón para llevarnos al
albergue.
No estoy en contra de la visita del papa, ni de la llegada
de tantos jóvenes, estoy en contra de que nos vendan mentiras en la prensa
sobre el coste de todo este tinglado, de que no refuercen las líneas de metro
para poder recoger a tanto peregrino y a tantas maletas además de a los pobres
curritos que vamos a trabajar, estoy en contra de ir asfixiada en el metro. Estoy
en contra de la huelga de metro que había convocada y han conseguido arreglarlo,
porque que los trabajadores normales nos veamos colapsados no tiene mucha
importancia, pero 1,5 millones de peregrinos sin metro daría muy mala imagen.
Estoy en contra de que se puedan tomar medidas económicas para los peregrinos y
no se hagan extensibles al resto de la ciudadanía.
La última perla, el flipao mexicano que quería atentar
contra la manifestación antipapa con gases asfixiantes, además está inscrito
como voluntario del jmj. Qué sinrazón, qué sinsentido.
PD Me han invitado al topao, ¿será esta mi entrada más
controvertida? Es que no tenía ninguna y he aprovechado para desahogarme.