Antes de marcharnos acudí a urgencias para poder irme
tranquila. Descubrimos que las contracciones eran debidas a una infección de
orina. Antibiótico y me puedo marchar de vacaciones. Vieja conocida mía la
infección de orina. En el embarazo de Parrulín no me abandonó en ningún
momento, hasta me tenía cariño, oye.
El día antes de marcharnos le dejó el coche tirado a mi
marido. Descubrimos que se ha roto el radiador. No nos lo dan hasta tres días
más tarde. Retrasamos la salida. . Compartimos la paga extra con el tipo del
taller. Compartir es bonito, que le digo yo siempre a Parrulín.
Me pica la espalda, será que me ha picado un bicho? Ah, pues
no, es un herpes. Me estreno con ello. Descubrimos una nueva experiencia.
Me pica otra cosa, será una cándida. Descubrimos que los
viejos conocidos nunca vienen solos. El antibiótico de la infección de orina siempre
me provoca una cándida. Más maja ella… Óvulos.
Mi casa de la playa llevaba dos años cerrada. Descubrimos
que necesitaría casi otros dos años para limpiarla, me conformo con quitar las
arañas okupas y lo más imprescindible.
La lavadora y la nevera, que deben de tener unos 15 o 20
años cada una, milagrosamente funcionan. Descubrimos que incluso han mejorado!
Ole! La lavadora, que no centrifugaba, de repente centrifuga. La nevera, que
enfriaba pero no hacía hielos, de repente congela. Ole!
Parrulín-El valiente no se atreve a bañarse en el mar. De
vez en cuando hay algas y le aterran. Parrulín-El valiente le dan un miedo
horroroso el sonido de los grillos, no sé qué se imagina que son, pero incluso
viendo cómo son en google no se tranquiliza. Parrulín-El valiente se niega a
comer nada que no sea carne con patatas, o pescado con patatas, va variando
cualquier cosa que contenga patatas pero no le des un trozo de pulpo, ni de
calamares, ni de almejas, ni mejillones, ni empanada…
Parrulín encuentra un amiguito en la playa. El amiguito se
baña y Parrulín también. Ole! Descubrimos que las algas no hacen nada! Parrulín
encuentra un saltamontes en el jardín, le hace mucha gracia cómo salta. Le
convenzo de que los grillos son muy similares. Ole! Se nos quita el miedo a los
grillos. Parrulín, negociando y con paciencia, accede a probar el pulpo, los
calamares y los chipirones. Ole! Descubrimos que le gustan.
Parrulín quiere tener una nueva profesión. Descubrimos que
quiere ser barman. Para eso tienes
que estudiar mucho, eh cariño? Que es lo que le suelo decir. “No, sólo tengo
que vestirme de negro y ponerme una capa, aunque el color negro no me gusta!”
Ah, batman! “No mamá, se dice barman”
Barman es un camarero, cariño. “No mamá, querrás decir un caballero!” Ah, vale,
lo que tú digas, ja, ja!
Vuelve mi infección de orina. Vuelvo al antibiótico. Vuelve
mi cándida. Vuelvo a los óvulos. El herpes, bien gracias, a ese lo tengo
dominado.
Este pueblo tiene unos pasos de cebra elevadísimos, tanto
que uno de ellos nos desmonta los bajos del coche. Vamos a un taller de
Pontevedra. Descubrimos unos tipos majísimos, rápidos, y que no nos cobran
nada.
Un día al llegar a casa después de cenar veo una lucecita.
Descubrimos una luciérnaga reincidente que nos espera todas las noches en el
mismo sitio. Parrulín lo flipa, dice luciergana, que es mucho más complicado.
Hasta el día en que desaparece que nos sorprende diciendo “La luciergana ya no
está, habrá encontrado una hembra, se habrá ido a hacer lucierganitos”
Antes de volver encargamos orujo para llevar. Parrulín, hoy
vamos a ir a Ribadumia a comprar orujo. “Pero mamá, no ves que soy pequeño? No
me puedes hablar con palabras que no entiendo! Que yo no sé qué es Ribadumia ni
qué es el orujo!” Ah, bueno, perdón cariño.
Al salir de casa se queda el pedal del embrague pillado
abajo. Conseguimos desatascarlo y llegar a un taller cercano. Descubrimos una
rotura de embrague. Compartimos la paga extra con el tipo del taller. Compartir
es bonito, que le digo yo siempre a Parrulín.
Mi casa de la playa se llama Xoubiña, que es como una
sardinita pequeña. Mi madre fue sietemesina, y era muy chiquitita realmente. Tanto,
que la metieron en una cajita rodeada de algodones y de bombillas encendidas
para darle calor, versión casera de incubadora. En su casa la llamaron Xoubiña,
de ahí el nombre de la casa. Como mi niña se va a llamar igual que ella… Descubro
que tengo que cambiar el nombre del blog. Lo que no sé es cómo no se me había
ocurrido antes.
Un día mientras cenamos me llama mi madre. Te invito a un
vino. Pero dónde estás??? Ha venido a darme una sorpresa por mi cumpleaños. Su
casa está a 7km de la mía, no salgo corriendo porque salgo en coche, pero voy
inmediatamente a darle un abrazo enorme! Descubrimos que salvo la época en la
que iba a Irlanda de adolescente, nunca había pasado quince días sin verla!
Mis regalos de cumpleaños son unos pendientes de parte de mi
santo y una figura de plastilina de Parrulín, ambas cosas son indescriptibles,
medio deformes y raras, pero se agradece igual. Descubro que no coinciden
nuestros gustos.
Largos paseos por detrás de mi casa, entre pinos y
eucaliptos. Parrulín descubre los carvallos llenos de abellotas. Cariño, no se dice abellotas,
se dice bellotas. “No mamá, se dice avellanas, abellotas…” Bueno, lo que tú
digas. La verdad que el chaval tiene su lógica. Descubrimos también cómo crece
el maíz y de dónde sale el vino.
Vuelve mi infección de orina. No vuelvo al antibiótico para
que no vuelva mi cándida. Casi que mejor espero a ver a la gine en Madrid.
Descubrimos que estar de vacaciones es lo mejor que puede
ocurrirte, que es una pena que sólo sean una vez al año! Descubro que el mejor resumen es esta foto!
Mamá de Parrulin y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.