jueves, 29 de enero de 2015

Veintinueve un veintinueve y más veintinueves



Me gusta el número veintinueve, hay números en esta vida que dan suerte. Aunque eso de la suerte es muy relativo y yo no soy supersticiosa, más que nada porque estoy convencida que ser supersticiosa trae mala suerte, jejeje. El caso es que hay números que, por casualidad o no, se repiten en tu vida y en mi caso es el veintinueve.

Vine al mundo un veintinueve de julio, no porque yo lo decidiera, más bien lo decidieron las vacaciones del ginecólogo y mi madre, que se negaba rotundamente a que le atendiera otro médico que no fuera el suyo, pero así sucedió.

Mi hija vino al mundo un veintinueve de agosto, porque ella lo decidió, más bien lo que ella decidió fue romper aguas y el ginecólogo decidió que no me dejaba dilatar y me rajaba de lado a lado por la cesárea previa, algo que por cierto habíamos hablado y había dicho que no, pero así sucedió.

Y hoy, veintinueve de enero Xoubiña cumple veintinueve meses! Xoubiña, mi niña con nombre de reina, mi currusquita, mi pequerrechiña, mi amor, mi compañía, mi consuelo, el melocotón de su abuela.

Mi pequeña niña ya no es un bebé aunque para mí lo seguirá siendo toda la vida, como su hermano mayor. Pero ha crecido, ha aprendido un montón de cosas y es una niña muy bonita. Qué voy a decir yo si soy su madre! Es una preciosa niña rubita, con poquito pelo, que le hago un kiki de milagro y porque me empeño mucho, su piel es muy blanquita, sus ojos son grandes y expresivos como los de su hermano, siguen teniendo un color muy peculiar que no tiene Parrulín y ya no sé si cambiarán o se quedarán así, son marrones pero el borde es de color gris, y su naricilla es pequeñita y respingona.

Se parece mucho a su hermano y su relación con él sigue siendo estupenda, le adora. Cuando le preguntas quién es la más bonita de todo el reino te dice “Tato!” por su hermano, y se parte de risa. Antes decía “la buja mala, mala” y yo intentaba que dijera que era ella, pero no, es el hermano. Además da igual lo que te pida que siempre te lo pide por duplicado, “do galletas, una para tato” o “do abú (yogur), uno para tato”, esté o no esté el hermano ella siempre cuenta con él. Me encanta verlos jugando juntos y dándose besos y abrazos mutuamente.

Es muy cariñosa, me pregunta varias veces al día si soy su amija, yo le digo que sí, que mucho, y me llevo un abrazo, jejeje. Me da muchos besos y yo a ella mogollón pero no le gusta nada de nada que le hagas una pedorreta, dice “una pululeta no, que soy mu guapa!” ella se enfada y se lo borra y yo me parto de risa.

Los Reyes le trajeron un bebé al que ha puesto de nombre Marcelino, lo mejor de todo este asunto es que ella dice Marselino y que en realidad es una niña! Tiene su biberón, su orinal, y su carrito para sacarlo a pasear, los fines de semana tenemos que llevarlo de paseo, varias veces, con manta y todo. Le encanta pasear el carrito! Este fin de semana me dice “Mamá, un bebé da mucho tabajo…” Si hija, no lo sabes tú bien. “Tene pis, y caca, hay que darle el birón, leer un cuento… mucho tabajo!” y estaba muy graciosa en la conversación.

El lunes les compré un juguetito del chino, me pillaron blandita de corazón, les dejo elegir y Xoubiña escoge una espada. Y tú para qué quieres una espada, cariño? “Pos… para disparar a Marselino mamá, que da mucho tabajo!” y con esa explicación cómo no se lo iba a comprar! Me la imagino en plan reina de corazones Que le coooorten la cabeza! Jajaja!

Mi Xoubiña, mi niña con nombre de reina, mi currusquita, mi pequerrechiña, mi amor, mi compañía, mi consuelo, el melocotón de su abuela. Todos esos sobrenombres que tienen los sigue cumpliendo a la perfección. Muchas felicidades reiniña mía, felices veintinueve meses mi amor!


Ya conté una vez que hay un dicho budista que dice: Siempre que ayudas a otro ser vivo a crecer descubres que la verdadera sanación se produce en tu interior.  Pues eso.



Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

miércoles, 28 de enero de 2015

Un sábado y dos parecidos muy razonables



El sábado al levantarnos me apresuré a vestir a los niños, estrenaban un jersey morado, cada uno en su talla, requetepreciosos estaban los dos a juego. Algo que no suelo hacer, más que nada porque no coincide, pero los vi en las rebajas, me cuadraban las tallas y el precio, y me encantaron. Cámara en mano, dispuesta a inmortalizar el momento, intento colocarlos a los dos, que no se mueva ninguno, que me miren, que sonrían… toda esa cantidad de cosas que tenemos que conseguir para que de veinte fotos que lances quede bien por lo menos una.

Parrulín tiene unos mofletes tipo Heidi, que yo achacaba al calorcito de la cama, del edredón, las dos mantas, el pijama manta y el radiador, que convierte su habitación en un horno. Últimamente se nos ha vuelto muy friolero el chiquitín y necesita, o dice que necesita, todo esto para dormir. Estábamos a punto de salir de casa para ir a clase de Astrofísica cuando se me ocurre comprobar si tiene fiebre. Dice que no le duele nada ni se encuentra mal pero para sorpresa de ambos resulta que tiene 38,5. Despierto a mi santo “Houston, tenemos un problema” y a pesar del disgusto del chiquillo que está empeñado en ir a clase, paracetamol, pijama y a la camita. Cambio de planes, cojo a la niña, a pesar del disgusto de dejar a su hermano en casa, y nos vamos al Corte Inglés a cambiar un regalo de Reyes mío que no se habían dado cuenta sus majestades que ya lo tenía. “Claro, mamá, es que los Reyes no abren los armarios!” Pues tienes razón, hijo, va a ser eso.

Corte Ingles de Callao, cambio una máquina de hacer cupcakes que ya tenía por un jersey y una camiseta de la planta joven. Yo con mis taitantos y me siento incapaz todavía de ir a la planta de mujer, cosas que pasan. Realizado el cambio estoy con Xoubiña en el carrito esperando el ascensor y se pone a mi lado otra chica con carrito. Un carrito muy moderno, es más corto que el mío, o es raro, no sé qué le pasa a este caro, es raro, muy moderno, y raro, muy raro.

Xoubiña se asoma al carrito moderno para ver al bebé. “Es un perrito!” me dice muerta de risa. Yo creo que la he entendido mal, pero lo repite, me asomo y sí, es un perrito. El ataque de risa de las dos es proporcional a las ganas que tiene la chica de contarme todas las características y ventajas de tener un carrito para un perro, me suelta un montón de información no solicitada. Era de Asturias, estaba de viaje en Madrid y claro, sin carrito para el perro no la dejarían entrar en el Corte Inglés, ni en los restaurantes, y no podía dejar al perrito solo en el hotel todo el día. Si lo miras así… “Y esto cuánto cuesta?” La pela es la pela. “Lo he encontrado en internet por 160” Y yo no sé si quedarme más asombrada por el perro o por el precio.

Llega el ascensor, está ocupado por tres chicos jóvenes con pinta de friki, con cariño a los frikis, que conste. Cómo se dice ahora? Nerd. Pues eso, tres chicos que al ver entrar dos carritos nos hacen sitio. Xoubiña, que no pierde una, les saluda efusivamente “Hola chicos qué tal?” Ay qué simpática, qué bonita la niña. Y se asoman a ver al otro. Uy, pero si es un perro, también tiene biberón? Y la chica se mosquea, y les pone cara rancia, con lo habladora que había sido conmigo! La chica se baja sin mediar palabra y entonces estallan las carcajadas, los Nerd, Xoubiña que no pierde una y yo, los cinco escacharrados de risa. Dice uno de ellos “Pues se parecía a la madre!” Jajajaja! Terminamos llorando de risa y no me fui a tomar unas cañas con ellos porque tenía que irme a casa, pero que conste que me lo propusieron de lo bien que lo pasamos en el ascensor. Ligué? Ligué!

Carrito, perrito en cuestión (que por cierto era igual que este, siento no tener foto de la chica para el parecido razonable) y enlace a una página que los vende, por si acaso alguien tiene la misma imperiosa necesidad que la chica asturiana. 

Telepienso

Tarde de sofá, manta y peli, con Parrulín malito y el frío que hacía en la calle es lo mejor que podemos hacer. Vemos una peli de la guerra de las galaxias, la primera cronológicamente, La amenaza fantasma. Era la primera vez que la veía, sabía que había espadas láser y creía que había fantasmas también, una buenísima combinación para un niño de seis años!

Observa fascinado al niño de la peli, Anakin Skywalker, Ani para los amigos, se siente identificado con el niño y me dice “Mamá, creo que me parezco mucho a este niño” Pues sí, cariño, la verdad es sí. Tenéis el mismo tipo, color y corte de pelo y esos ojazos grandes y expresivos, es verdad que te pareces mucho! Es difícil encontrar un parecido propio, no? Es más fácil identificar a otro, yo no he pensado en mi vida que me parezco a otra.


 “Mamá…” Ay, qué difícil es ver una película con este niño callado! Ay, qué difícil es en general que este niño esté callado! Dime cariño. “Que creo que me parezco mucho a este niño, porque también debe de ser superdotado” Ay pues eso no lo sé, cariño, pero para construir a C3PO y construir el podracer ese… debe de serlo, sí. “Mamá…” Uf! Dime cariño. “Que creo que me parezco mucho a este niño, que es muy valiente en la carrera, seguro que gana” Eh… mejor me callo, de valiente tiene poco el pobre, pero está bien que él sí se crea valiente, cómo quitarle la ilusión. “Mamá…” Ejem! Dimeee cariño. “Que creo que me parezco mucho a este niño, también me daría mucha pena despedirme de ti” Pues sí, mi amor, a mí también, pero sabe que va a estar mejor con los Jedi. “Mamá…” QUÉ! “Que creo que me parezco mucho a este niño…” Que sí, hijo, que sí. “Pero también hay una cosa en la que nos diferenciamos” En qué? “En que… él no está constipado!” Jajaja! Vale.

Es cierto que se parece bastante, sólo espero que no siga sus pasos hacia el lado oscuro! Eso no se lo he contado, es mejor que lo vaya descubriendo según vayamos viéndolas.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña, que la fuerza os acompañe.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

lunes, 26 de enero de 2015

Hoy dice el periódico



Hoy dice el periódico que ha muerto Demis Roussos, algunos ni sabréis quien es, pero tuvo muchos éxitos en los setenta y ochenta. Un cantante que asociaba a mi niñez, que casi ni siquiera recordaba, pero que hoy viene a mi memoria junto con Nana Mouskouri, de la que aún debo conservar una vieja cassette en casa. Madre mía, qué viejiña me estoy volviendo si tengo estos recuerdos, impresiona, la verdad. Recuerdo incluso cantar con mi padre el “Triki triki”, físicamente se parecían, la barba, la barriga… seguro que esta canción sí la recordaréis.


Hoy dice el periódico que el rugido del tigre vuelve a oírse en la India después de un importante programa de conservación que se viene realizando desde hace cuarenta años. Cuarenta! Qué barbaridad! Y empieza ahora a dar sus frutos, deberíamos concienciarnos más en la protección de la naturaleza. Dice también que un precioso gatito llamado Bu no tiene quien le adopte porque tiene inmunodeficiencia felina. También deberíamos concienciarnos más en el abandono y adopción de animales. Dos noticias de felinos, dos situaciones radicalmente diferentes.

Hoy dice el periódico que hace 50 años de la película Sonrisas y Lágrimas, tengo que bajármela pero ya! La de veces que habré visto yo esa película! La de veces que me la habrán puesto en el colegio en Inglés! Esa, y Dirty Dancing, las ponían en clase de inglés todos los años, no fallaba ni uno! Quién no ha aprendido las notas musicales con esta canción? “Do, es trato de varón…” Qué recuerdos… Madre mía, insisto en pensar qué viejiña me estoy volviendo!

Hoy dice el periódico que han hecho un anuncio de leche en polvo en el que un robotamamanta a un bebé. Ojiplática me quedo. Lo que hay que ver! El robot tiene una imagen casi virginal, vestida de blanco y acompañada de música celestial, hasta que el niño se pone a llorar y el padre viene a recargar al robot con una lata de leche en polvo. Enhorabuena a los publicistas, han conseguido lo que querían y el anuncio se ha hecho viral en Alemania. Yo sigo ojiplática, la verdad.

Hoy dice el periódico que la serotonina aumenta la paciencia y la felicidad, o que se creía que aumentaba la felicidad pero en realidad aumenta la paciencia, o algo similar. La verdad es que no me he enterado mucho, he leído la noticia en diagonal pensando “Póngame cuarto y mitad de eso por favor” Que me da igual si aumenta la paciencia o la felicidad, que en cualquiera de los dos casos me vendría bien un chute de esto, seguro que sí.

Hoy dice el periódico que vuelve Sabina a Madrid, aún le guardo rencor por el gatillazo de la última vez. Volveremos a vernos? No, no iré a verle en esta ocasión. Y no es porque me haya puesto chula y digna y decida castigarle con mi indiferencia, que quizá sí, o no, no he podido ni pensármelo porque ya no quedan entradas a la venta.

Todas estas cosas raras decía el periódico hoy... 

Pero nada decía la prensa de hoy de esta sucia pasión, de este lunes marrón
del obsceno sabor a cubata de ron de tu piel,
del olor a colonia barata del amanecer.

Hoy amor, como siempre
el diario no hablaba de ti, ni de mí.
Hoy amor, igual que ayer, como siempre
el diario no hablaba de ti, ni de mí.

Pero nada decía el programa de hoy de este eclipse de mar,
de este salto mortal,
de tu voz tiritando en la cinta del contestador,
de la manchas que deja el olvido a través del colchón

Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

viernes, 23 de enero de 2015

Terminado el plazo para los buenos propósitos del 2015



Hace unos días que se terminó el plazo para cumplir los buenos propósitos del año. Habéis cumplido? O más bien, habéis empezado? Porque sólo un 8% de la población mantiene los buenos propósitos del año nuevo más allá del 17 de enero, lo que no sé es si la estadística incluye a los que todavía no han comenzado con ellos o sólo a los que lo hayan intentado por lo menos. Si no has empezado, o ya has abandonado… Enhorabuena! Perteneces al 92% de la población que fracasa en este tema. Que aquí el que no se consuela es porque no quiere.
 
Yo tenía un solo propósito y, al menos de momento, seguimos con ello. Parece sencillo, sólo es uno, pero no por ello es menos importante. El primero y único de mis propósitos no escritos es el de librarme de la pena.

Aquí

La tristura (me encanta esa palabra, creí que era gallego pero he descubierto que es castellano también) y la melancolía deben terminar de una vez. El duelo debe terminar, hice todo cuánto estuvo en mi mano, luché a su lado y la acompañé hasta el último momento, creo que he sido una buena hija y ya he penado bastante, se acabó, tengo que pasar página de una vez. El 2015 tiene que ser el año del optimismo, de la alegría y del entusiasmo y tengo que poner todo mi parte para que suceda. Creo que ha sido tomar esta decisión y mejorar, o tal vez es que por fin se han terminado estas fiestas que tantos recuerdos y sufrimiento me causan, o tal vez que he empezado a hablar con mi madre para contarle cosas o pedirle fuerzas, o tal vez sea por algunas de las decisiones y cambios de hábitos que estoy adoptando. El caso es que estoy mejor.

Tengo que librarme de la soledad, este sentimiento de desamparo y abandono que tanto me pesa. He pasado una enorme cantidad de mi vida siendo la-hija-de y unos seis años siendo además la-madre-de y ya es hora de ser yo misma. Ser adulto significa saber vivir con tu propia soledad, conocerte a ti mismo. El único momento en el que no estamos solos es cuando somos niños. No tengo madre ni padre y mis hermanos son tremendamente despegados, pero tengo mi propia familia, unos niños que son un amor y un marido que me quiere aunque coincidamos muy poco por los horarios. Hemos empezado a pasar diez o quince minutos todos juntos en la cama antes de dormir a la niña, es poquito tiempo pero se lo agradezco en el alma, me gusta mucho ese ratito y me siento un poco más acompañada y más unida a mi santo y a mi familia.

Recordaba vagamente haber leído que si antes de dormir repasabas los tres mejores momentos del día dormías mejor y en general, conseguías ser más feliz. He buscado más información sobre esto y resulta que son unos consejos de Elsa Punset, madre mía, en mi vida he visto yo un programa de su padre, y de ella menos, y resulta además que no son tres si no diez. Bueno, pues yo estoy recordando cada noche tres buenos momentos que me hayan ocurrido en el día, divertidos o entrañables y dejar de repasar errores o revivir recuerdos. Ayer dormí recordando que Xoubiña me había sorprendido al decirme “eres perfesta mamá!” y me la había comido a besos, que Parrulín había dibujado en el taller de Altas Capacidades un montón de corazones y la palabra mamá con pintura fotoluminiscente para que lo viera por la noche, y que se me ha roto el carrito y la pobre Xoubiña ha acabado con el culo en suelo pero muertos de risa los tres.

Una buena actitud también comienza con una buena imagen. Tenía el propósito de arreglarme un poco más para sentirme mejor y lo estoy haciendo también. Me compré lentillas y cuando llevo lentillas siempre me hago la raya en el ojo, una tontería que no me lleva más de un minuto, pero que hace que me sienta más favorecida, como con otra actitud. He ordenado mi armario y he rescatado un montón de cosas que no me ponía porque no podía dar teta o porque me quedaban pequeñas, Xoubiña ya no pide a todas horas, puede esperar hasta llegar a casa y he adelgazado tanto que la ropa pequeña me queda incluso un poco grande. Ya no me pongo lo primero que pillo intentando que no se maten los colores, la noche anterior pienso qué me quiero poner y lo dejo preparado antes de acostarme.

Sigo con mis proyectos de costura que me alegran mucho, estoy probando y experimentando, cada vez hago más cositas, tengo en mente nuevos modelos de vestidos, de muñecos, de peluches… Sólo lo hago en el transporte público, camino del trabajo, pero además he rescatado del olvido un pequeño y prehistórico mp3 para oír música en el trayecto, música elegida para recargar pilas y optimismo. Canciones de esas que siempre hacen que asome una sonrisa, que te llenan de vitalidad y alegría, que hacen tamborilear los dedos o la punta de los pies, canciones de buen rollito. Y comienzas a trabajar con otra actitud diferente, si además puedo ponerme los cascos durante el trabajo, mejor que mejor. Ya sabes: Mueve tus caderas, cuando todo vaya mal!

Y al hilo de esto (sí, al hilo, jejeje) he conseguido una máquina de coser. Me hacía mucha ilusión tener una máquina pero no me decidía a gastarme el dineral que cuesta sin tener claro si iba a tener tiempo para utilizarla y si iba a saber hacerlo. La novia de mi hermano se compró una máquina, le ha cogido el gusanillo, se ha comprado otra mejor y me ha regalado la primera. Yo feliz, cierto que aún no he tenido tiempo para estrenarla pero todo se andará.

Un propósito de lo más habitual tras las fiestas es ese de adelgazar o de hacer ejercicio. Yo ni lo uno ni lo otro, qué se le va a hacer. No tengo ninguna intención de adelgazar, peso ahora lo mismo que hace diez años. Que podía estar mejor, indudablemente, pero como he llegado a pesar unos doce kilos más que ahora sin contar embarazos, pues me veo estupenda, para qué sufrir. De hecho, de vez en cuando me compro una bolsita de chuches y me alegro otro poquillo. A mi edad, comiendo chuches! Pues sí.

Hacer ejercicio no va conmigo, lo de correr se lleva mucho ahora y yo correr… si pierdo el autobús y tengo mucha, muchísima, muchisísima prisa, que si no, ya vendrá otro, qué se le va a hacer. Lo que sí me apetece es volver a patinar. Patinabas? Pues no. Jajajaja! Me propuse aprender, me compré patines y protecciones, hice mis pinitos, me quedé embarazada de Parrulín y lo dejé. No sé patinar, pero sigo proponiéndome aprender. Este fin de semana voy a comprarle unos patines a Parrulín, en su cole van a comenzar a dar clases, que aprenda él y luego me enseñe a mí. No sé si funcionará, pero me gusta la idea de ir a patinar con mi niño precioso.

Así que de momento, pertenezco a ese 8% que sigue adelante con sus propósitos de año nuevo. Y tú como lo llevas? Has empezado? Has desistido ya? Si pudieras cumplir un solo propósito, uno solo ¿cuál sería?

Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.