Hace unos días que
se terminó el plazo para cumplir los buenos propósitos del año. Habéis
cumplido? O más bien, habéis empezado? Porque sólo un 8% de la población
mantiene los buenos propósitos del año nuevo más allá del 17 de enero, lo que
no sé es si la estadística incluye a los que todavía no han comenzado con ellos
o sólo a los que lo hayan intentado por lo menos. Si no has empezado, o ya has
abandonado… Enhorabuena! Perteneces al 92% de la población que fracasa en este
tema. Que aquí el que no se consuela es porque no quiere.
Yo tenía un solo
propósito y, al menos de momento, seguimos con ello. Parece sencillo, sólo es
uno, pero no por ello es menos importante. El primero y único de mis propósitos
no escritos es el de librarme de la pena.
Aquí |
La tristura (me encanta esa palabra,
creí que era gallego pero he descubierto que es castellano también) y la melancolía
deben terminar de una vez. El duelo debe terminar, hice todo cuánto estuvo en
mi mano, luché a su lado y la acompañé hasta el último momento, creo que he
sido una buena hija y ya he penado bastante, se acabó, tengo que pasar página
de una vez. El 2015 tiene que ser el año del optimismo, de la alegría y del
entusiasmo y tengo que poner todo mi parte para que suceda. Creo que ha sido
tomar esta decisión y mejorar, o tal vez es que por fin se han terminado estas
fiestas que tantos recuerdos y sufrimiento me causan, o tal vez que he empezado
a hablar con mi madre para contarle cosas o pedirle fuerzas, o tal vez sea por
algunas de las decisiones y cambios de hábitos que estoy adoptando. El caso es
que estoy mejor.
Tengo que librarme
de la soledad, este sentimiento de desamparo y abandono que tanto me pesa. He
pasado una enorme cantidad de mi vida siendo la-hija-de y unos seis años siendo
además la-madre-de y ya es hora de ser yo misma. Ser adulto significa saber
vivir con tu propia soledad, conocerte a ti mismo. El único momento en el que no estamos solos
es cuando somos niños. No tengo madre ni padre y mis hermanos son tremendamente
despegados, pero tengo mi propia familia, unos niños que son un amor y un
marido que me quiere aunque coincidamos muy poco por los horarios. Hemos
empezado a pasar diez o quince minutos todos juntos en la cama antes de dormir
a la niña, es poquito tiempo pero se lo agradezco en el alma, me gusta mucho
ese ratito y me siento un poco más acompañada y más unida a mi santo y a mi
familia.
Recordaba vagamente
haber leído que si antes de dormir repasabas los tres mejores momentos del día
dormías mejor y en general, conseguías ser más feliz. He buscado más
información sobre esto y resulta que son unos consejos de Elsa Punset, madre
mía, en mi vida he visto yo un programa de su padre, y de ella menos, y resulta además
que no son tres si no diez. Bueno, pues yo estoy recordando cada noche tres buenos
momentos que me hayan ocurrido en el día, divertidos o entrañables y dejar de repasar errores o revivir recuerdos. Ayer dormí recordando
que Xoubiña me había sorprendido al decirme “eres perfesta mamá!” y me la había
comido a besos, que Parrulín había dibujado en el taller de Altas Capacidades un
montón de corazones y la palabra mamá con pintura fotoluminiscente para que lo
viera por la noche, y que se me ha roto el carrito y la pobre Xoubiña ha
acabado con el culo en suelo pero muertos de risa los tres.
Una buena actitud
también comienza con una buena imagen. Tenía el propósito de arreglarme un poco
más para sentirme mejor y lo estoy haciendo también. Me compré lentillas y
cuando llevo lentillas siempre me hago la raya en el ojo, una tontería que no
me lleva más de un minuto, pero que hace que me sienta más favorecida, como con
otra actitud. He ordenado mi armario y he rescatado un montón de cosas que no
me ponía porque no podía dar teta o porque me quedaban pequeñas, Xoubiña ya no
pide a todas horas, puede esperar hasta llegar a casa y he adelgazado tanto que
la ropa pequeña me queda incluso un poco grande. Ya no me pongo lo primero que
pillo intentando que no se maten los colores, la noche anterior pienso qué me
quiero poner y lo dejo preparado antes de acostarme.
Sigo con mis
proyectos de costura que me alegran mucho, estoy probando y experimentando, cada
vez hago más cositas, tengo en mente nuevos modelos de vestidos, de muñecos, de
peluches… Sólo lo hago en el transporte público, camino del trabajo, pero
además he rescatado del olvido un pequeño y prehistórico mp3 para oír música en
el trayecto, música elegida para recargar pilas y optimismo. Canciones de esas
que siempre hacen que asome una sonrisa, que te llenan de vitalidad y alegría,
que hacen tamborilear los dedos o la punta de los pies, canciones de buen rollito. Y
comienzas a trabajar con otra actitud diferente, si además puedo ponerme los
cascos durante el trabajo, mejor que mejor. Ya sabes: Mueve tus caderas, cuando todo vaya
mal!
Y al hilo de esto (sí,
al hilo, jejeje) he conseguido una máquina de coser. Me hacía mucha ilusión
tener una máquina pero no me decidía a gastarme el dineral que cuesta sin tener
claro si iba a tener tiempo para utilizarla y si iba a saber hacerlo. La novia
de mi hermano se compró una máquina, le ha cogido el gusanillo, se ha comprado
otra mejor y me ha regalado la primera. Yo feliz, cierto que aún no he tenido
tiempo para estrenarla pero todo se andará.
Un propósito de lo
más habitual tras las fiestas es ese de adelgazar o de hacer ejercicio. Yo ni
lo uno ni lo otro, qué se le va a hacer. No tengo ninguna intención de
adelgazar, peso ahora lo mismo que hace diez años. Que podía estar mejor,
indudablemente, pero como he llegado a pesar unos doce kilos más que ahora sin
contar embarazos, pues me veo estupenda, para qué sufrir. De hecho, de vez en
cuando me compro una bolsita de chuches y me alegro otro poquillo. A mi edad,
comiendo chuches! Pues sí.
Hacer ejercicio no
va conmigo, lo de correr se lleva mucho ahora y yo correr… si pierdo el autobús
y tengo mucha, muchísima, muchisísima prisa, que si no, ya vendrá otro, qué se
le va a hacer. Lo que sí me apetece es volver a patinar. Patinabas? Pues no.
Jajajaja! Me propuse aprender, me compré patines y protecciones, hice mis
pinitos, me quedé embarazada de Parrulín y lo dejé. No sé patinar, pero sigo
proponiéndome aprender. Este fin de semana voy a comprarle unos patines a
Parrulín, en su cole van a comenzar a dar clases, que aprenda él y luego me
enseñe a mí. No sé si funcionará, pero me gusta la idea de ir a patinar con mi
niño precioso.
Así que de momento,
pertenezco a ese 8% que sigue adelante con sus propósitos de año nuevo. Y tú
como lo llevas? Has empezado? Has desistido ya? Si pudieras cumplir un solo propósito, uno solo
¿cuál sería?
Mamá de Parrulín y
de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y
felices.
Te leo muy optimista y llena de proyectos! Me encanta!
ResponderEliminarLo de los tres momentos (o diez) recuerdo haberlo oído varias veces. Lo he practicado alguna, pero se me acaba olvidando... ¡y vale la pena! A ver si hoy lo recuerdo. Y las tres cosas que tú elegiste... ¡inmejorables!
Ánimo con la máquina de coser y con los patines, ¡me parece un planazo que Parrulín te enseñe! :D
Muas!
Es que diez son muchos hija... me quedaría dormida antes y además me daría una pereza tremenda llegar hasta diez.
EliminarLos patines quedan aplazados por fiebre del susodicho, pero todo se andará.
Un beso!
Pues me encanta!! Como me alegra leerte asi de positiva!!! Yo tengo un propósito para este año, uno solo, una especie de lema que no sé si mejorará mi vida o me hará parecer estúpida pero es: pase lo pase, SONRIE! En medio de una discusión con mi friki marido o una bronca con mis niños o repasando la leccion con Pitxina (por cierto se parece a tu Parrulin;-))) por decimonovena vez, me acuerdo, sonrio y funciona! Lo de los patines me dejo un moraton de 15 centimentros en el muslo derecho, eso no es para mi pero te animo en lo de coser, probamos juntas?
ResponderEliminarMuxus
Si te funciona, adelante.
EliminarY si quieres probar a coser conmigo, adelante también, sigo cosiendo pero aún no he estrenado mi máquina!
Muxus!
Enhorabuena, porque ya has empezado el camino que siempre es lo más difícil. Me alegra mucho leerte con ganas de que se acabe la tristeza y espero de todo corazón que lo consigas. Un beso enorme. Que envidia me da lo de la costura, me gustaría aprender pero no se ni por donde empezar, en mi defensa diré que no es uno de mis propósitos de este año. je je. Mucha suerte.
ResponderEliminarCada uno tiene sus cadaunadas, jejeje, con cumplir tus propósitos tienes más que suficiente.
EliminarMuchs gracias preciosa, un besito!
Me encanta esta entrada :) Lo más difícil es tomar la decisión y ya lo has hecho.
ResponderEliminarEl domingo no te pierdas mi post, que te va a encantar el cuadro que me he comprado!!!
Besos
36+6
Acabo de verlo, me ha gustado sí, ahora te comento.
EliminarPor un momento me he llevado un susto tremendo.
Me hicieron unas fotos y unos grabados embarazadísima, que se venden sin que se vea mi cara y se sepa que soy yo. Creí habías conseguido uno, pero cómo ibas a saber que era yo! Jajajaja!
Un beso!
Vaya chute de energía da leerte. Me alegro de tantos pequeños pasos que hacen uno gigantesco. A disfrutar de esa familia tan preciosa. Besitos
ResponderEliminarSe hace camino al andar...
EliminarUn beso grande, grande, mi niña de rizos!