No podemos elegir los amigos de nuestros hijos, ellos
tendrán sus afectos y sus amistades al margen de lo que nosotros podamos pensar
o desear para ellos, al margen de lo que les digamos respecto a esos supuestos
amigos, y en ocasiones incluso por rebeldía y llevarnos la contraria cuando sean
adolescentes. Son importantes esos primeros vínculos afectivos que se
establecen fuera del ámbito de la familia, es parte fundamental de su
desarrollo social y emocional. Soy consciente que no puedo elegir a sus amigos,
pero el viernes no le dejé ir a casa de un amigo suyo que no me gusta. Le
expliqué claramente a mi hijo el por qué no quería que fuera y por asombroso que
parezca lo entendió perfectamente.
Una vez me contó que su amigo L y otros cuantos de su clase se burlaban de una niña de tres años
que casualmente está en clase de Xoubiña y nació sin mano, la llaman monstruo y
huyen riéndose de ella. Por supuesto lo conté en el colegio para que tomaran
medidas, aunque no sé si las tomaron. Estuve hablando con mi hijo sobre ello,
le dije que preferiría mil veces tener una niña sin mano que unos hijos tan
crueles como sus amigos.
Una vez que le dejé ir a su casa de este niño hicieron los
deberes juntos, Parrulín me dijo que se los había revisado ya la madre y no los
miré. Días después veo en el cuaderno Meses con r: Enero, Febrero… Meses sin r:
Todos los demás. Se me caía la cara de vergüenza. ¿Esto no te lo había mirado la
madre de L? ¿Y no te dijo nada? Si,
se rió y me dijo Ay Parrulín, cómo eres!
Este niño es también el tonto que jaleaba al otro para que
le rompiera las gafas a la niña, aunque no fuera el autor material tiene tanta
culpa o más que el que se las rompió, de hecho la tutora llamó a las madres de
los dos tontos para una reunión urgente. Cuando nos contaron lo sucedido en la
reunión de padres no querían dar nombres de los niños. Sin embargo la madre del
niño que se las rompió confesó todo. El
que le ha roto las gafas ha sido mi hijo, he hablado con la madre de la niña,
estoy profundamente avergonzada, es algo que no debería haber sucedido nunca,
hemos tomado medidas… La verdad que se veía que lo estaba pasando mal.
Entonces la madre de L se debió de
ver obligada por las circunstancias y dijo Bueno…
el que jaleaba era el mío… yo te quería haber llamado… no tenía tu teléfono…
Excusas, está en el grupo de wachap y aunque no hubiera sido así hay mil
maneras de conseguirlo. Llega haber sido mi hijo el implicado, él se la carga
pero en lo que a mí se refiere estaría lo que me queda de vida disculpándome.
Desde la reunión de padres hablo a menudo con la madre de la
niña, entre otras cosas le dije que no podía entender cómo esta madre no había
hablado con ella. Me dijo que ella tampoco lo entendía pero que había visto ya
muchas cosas de ella que no le gustaban, como hablar mal de los niños, incluido
el mío. ¿El mío? ¿Y qué ha dicho de mi hijo? Dijo que había niños en la clase
que eran más torpes y retrasaban el aprendizaje del resto, como por ejemplo
Parrulín. Venga ya! ¿Me lo estás diciendo en serio? Parrulín es superdotado,
pero no porque lo diga yo, sino que lo dice su CI, la orientadora de estudios,
la Comunidad de Madrid… Además es un niño que por mucho que se aburra no tiene
problemas de comportamiento que sí podrían retrasar el ritmo de la clase, pero al
menos de momento no los tiene. No es importante este comentario, pero me jode,
por injusto, por incierto y por otras muchas razones, ya tengo cruzada a esta
madre, además de a este niño.
La gota que colma el vaso fue el viernes. Bajo con Xoubiña
al patio a buscar a Parrulín y está hablando con este amigo y con otros,
Xoubiña emocionada por ver a su hermano que no lo ve desde las nueve de la
mañana sale corriendo a darle un abrazo y pisa un abrigo que estaba en el
suelo. El abrigo era de L y
reacciona de muy malas maneras ¿Pero por
qué me pisa el abrigo tu hermana? Eran más las formas y la agresividad
verbal que transmitía que las palabras en sí. Parrulín le dijo que no tratara
así a su hermana. ¿Pero es que no lo ha
visto o qué le pasa? Ahí intervine yo, pues no, no lo ha visto, tiene tres
años y está muy contenta de ver a su hermano. ¿Puedo ir a su casa? No hijo, no puedes ir a su casa. Se acabó, nos
vamos.
Entonces fue cuando tuve la conversación con mi hijo. Mira
cariño, yo no puedo decirte quien debe de ser tu amigo y quien no, y no voy a
impedir que seas amigo suyo, pero no te dejo ir a casa de un niño tan
desagradable como este porque no es la educación que nosotros te damos en casa
ni la educación que queremos para ti. ¿A ti te parece bien cómo ha tratado a tu
hermana? No, y la he defendido! Ya lo he visto, ha estado muy bien y me he
sentido orgullosa de ti. ¿Te parece bien cómo trata este niño a A? No, y si veo que se mete con ella
siempre intervengo en la pelea. ¿Y te parece bien cómo se burla de la niña sin
mano? No, mamá, tampoco me parece bien eso. ¿Entiendes que no te deje ir a su
casa? Sí mamá, tienes toda la razón. Es asombroso que me monte una rabieta si
no le dejo ir a casa de un amigo porque tenemos médico y entienda perfectamente
que no va porque no me gusta. Debe de estar madurando.
No podemos elegir los amigos de nuestros hijos, no, y mi
hijo tendrá mayor o menor afinidad con sus compañeros de clase, pero es
importante explicarle lo que no nos gusta de ellos y, como siempre, los motivos
por los que le dejamos, o no, hacer alguna cosa. Es la primera vez que no le
dejo ir a casa de un amigo, no ha sido una decisión fácil pero creo que era la
decisión acertada. Después de la conversación que hemos tenido tampoco Parrulín
quería ir a su casa, porque ha sido capaz de verlo desde otro punto de vista y
de valorar personalmente si quería ser amigo de un niño como L.
No podemos elegir los amigos de nuestros hijos, no, pero
podemos enseñarles a juzgar y tomar sus propias decisiones acerca de sus
amigos. Es tan importante que elijan a sus amigos como respetar a los que no lo
son tanto. Y lo más importante es que entienda que los que pegan o insultan son
unos cobardes, que los valientes solucionan sus problemas hablando. Y en ello
estamos.
Estoy segura que tod@s nos hemos enfrentado a una situación
parecida, un amigo de nuestr@s hij@s que no nos gusta. ¿Cómo lo habéis
gestionado? Me interesa mucho vuestra opinión porque no será la última vez que
me ocurra algo así.
Mamá de Parrulín y de Xoubiña,
Sean buen@s y felices.
Otro día más.