jueves, 2 de abril de 2015

Azul en la guarde

Preciosa foto, vista aquí

Xoubiña tiene una compañera en la guarde que es Azul. Es una preciosidad de chiquilla, y no es que físicamente llame la atención, sino la dulzura que he descubierto en ella que me resulta conmovedora. Yo nunca había tenido contacto directo con alguien Azul y la verdad que no deja de sorprenderme, tanto la niña, como la profe, como el resto de los niños de la clase. 

Empecemos por el principio. Yo coincidía con la madre o el padre de Azul cuando iba a buscar a Xoubiña. La niña sabía que venían sus padres y los esperaba en la puerta. En cuanto los veía su cara se iluminaba y agitando las manos les contaba todo lo que había hecho aquel día de una forma súper expresiva. A mi me hacía muchísima gracia, no me daba cuenta de que tuviera ningún problema, pensaba que no hablaba porque era pequeñita. 

Hasta que varios días seguidos Xoubiña vino diciéndome que una niña de su clase no la hablaba. Se lo comenté a su profe por si tenía mi hija algún problema con esa niña y la profe me dijo que aún no tenía desarrollado el lenguaje porque era autista. Aunque no sabía qué niña era me di cuenta de que era Azul. Azul es una niña muy bien integrada en la clase, todos los niños la quieren y la ayudan. Xoubiña vino un día contándome que estaba muy contenta porque Azul le había sonreído, otro día porque le había dado la mano... Para ella y para sus compañeros son especiales esos detalles. Y es sin duda gracias a su profesora.

Hace unas semanas estaba Azul esperando a sus padres, le acaricié la carita y le pregunté cómo estaba. Desde entonces se acerca a la puerta también cuando yo llego y entiendo que busca mi caricia. Es tan linda... Coincidimos un trozo del camino y Xoubiña le ofrece siempre galletas o gusanitos que Azul suele rechazar de un manotazo y mi niña se encoge de hombros sin darle importancia y dice "Pues no le apetece". Se despide en la esquina con un abrazo y Azul no responde al abrazo pero no lo rechaza y eso significa mucho. 

Ayer al recoger a mi niña vinieron todos a contarme que habían hecho pis o caca o pedo en el water, orgullosamente inmersos en la operación pañal. Tenía tantos pequeños dándome noticias de sus progresos que no me di cuenta de atender a Azul, hasta que la veo dándose golpes en la cara con la mano. Quería una caricia mía! Me pareció tan entrañable como asombroso. Ya nunca jamás olvidaré acariciarla cuando la vea.

Me doy cuenta de lo importante que es el cariño para todos los niños, para los azules también, lo importante que es estar integrados y felices en clase, para los azules también, y lo importante que es que les atiendan y comprendan con las necesidades de cada uno, para los azules también. 

En el día mundial del autismo quiero enviar un beso, una caricia y un abrazo a cada Azul y un reconocimiento al esfuerzo y cariño de sus padres y sus profesores. 

Mamá de Parrulín y Xoubiña.
Sean buen@s y felices.
Otro día más.

3 comentarios:

  1. Me alegro de que el cole haya hecho lo posible para que Azul se sienta integrada y sea feliz. Me gusta como lo cuentas Parrulina, y casi te puedo ver acariciando la carita de Azul...
    Besote grande.

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  2. Confieso que acabas de emocionar profundamente a la madre de otro niño Azul. Muchísimas gracias por esta entada, al igual que tus caricias dice mucho para los familiares de los niños con necesidades especiales que estamos en la blogoesfera. Normalmente estas entradas tenemos que escribirlas nosotros pero desde otro punto de vista. Ver que alguien que no tiene nuestros problemas dentro de su casa, los entiende y se porta así de bien es algo que realmente agradezco y me emociona.
    Muchísimas gracias por tus caricias en nombre de todas las madres, padres, hermanos, familiares y sobre todo en nombre de todos los niños Azules o con necesidades especiales que hay en el mundo. Un gran corazón se merece un gran beso.

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  3. Yo todavía recuerdo con alegría el día que una niña autista me pidió con gestos que le hiciera cosquillas, desde esa ese era nuestro juego. Ains!

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