Mi pequeño Parrulín
se ha ido a un curso de enriquecimiento estival, aunque él coloquialmente dice
que está en un campamento, pero es mucho más que eso. Son cinco días, y es
nuestra primera separación. Sí, el día de nuestra boda se quedó a dormir con mi
madre, pero aquella también era su casa, y eso no cuenta. Ya os contaré dónde
ha ido y lo que ha hecho cuando vuelva, hoy sólo quería desahogar un poco mis
sentimientos de madre primeriza, que sí, que las madres también tenemos derecho
a tener angustia de separación.
El sábado camino del
autobús me dice, ay qué perlita la suya: “Mamá,
estoy deseando explorar ese sentimiento de estar a la vez contento por marcharme
y triste por dejarte” y yo sonreía, mal disimulando mi angustia de madre
primeriza, y le decía que me parecía muy bien que explorara el sentimiento pero que ganaría la alegría, que
se lo iba a pasar fenomenal, que tenía que disfrutar de cada momento de esa
experiencia única y que ya tendríamos tiempo el resto de los días para estar
juntos.
Al arrancar el
autobús está tan emocionado que ni me mira, yo estoy en la acera agitando la
mano eufóricamente, pero no me dedica una última mirada. Recuerdo a mi madre
cuando nos enviaba de campamento, ella y yo no dejábamos de mirarnos hasta que
dejábamos de vernos por la distancia, incluso cogía un taxi para adelantar al
autobús que sabía tenía que salir por la carretera de la Coruña, para decirme
un último adiós desde la última acera. Mi madre era única y especial, y nuestra
relación también, incluso en eso. Pienso lo sola que debía de quedar aquellos
meses, atrapada en aquel horror de matrimonio y sin sus hijos cerca. Entiendo
ahora que llegara al aeropuerto con varias horas de antelación cuando volvíamos
de Irlanda, con un libro para la espera y un bocadillo de jamón para la
bienvenida. Imagino su pena y su desgarro disimulado y se me encoge el corazón
viéndolo ahora desde el punto de vista de una madre.
Soy emocional y
dramática por naturaleza, y se me cae una lagrimilla cuando veo partir el
autobús, contenta porque sé que va a ser una experiencia fantástica, pero con
un poco de autocompasión por su ausencia y por el regusto amargo que me deja no
haber tenido una última mirada por su parte. Xoubiña también se lleva un gran
disgusto, sabía que el hermano se iba a ir pero creo que no lo ha entendido
hasta que lo ha visto marcharse.
Mi santo me abraza y
me dice que Parrulín tiene que aprender a volar. Y yo lo entiendo y lo
comparto, pero él no es su madre. Y Xoubiña no lo entiende pero afirma muy
seria “Yo tamén voy a ir a un pampamento
a apender a volar cuando sea grande!” Y se sienta en un banco a esperar a
que vuelva su hermano del pampamento.
Nos cuesta que lo comprenda, aún se sienta en cada banco de la calle a esperar
a que vuelva su hermano del pampamento.
Sé que no podía
haberlo dejado en mejores manos, que va a ser una gran experiencia para él
pasar cinco días con otros niños de altas capacidades, en un entorno maravilloso,
con una mujer que pone todo su cariño, su sonrisa perenne, su conocimiento y su
buen hacer en organizar estos cursos de enriquecimiento buscando los mejores
expertos en altas capacidades para llenar estos cinco días de magia, maravillas,
hechizos, efectos especiales y experiencias únicas para ellos. Esperaba mucho de ellos, pero no
deja de sorprenderme cómo lo están pasando de bien y cómo cada día superan mis
expectativas.
Puedo hablar con
Parrulín cada noche. Ayer me di cuenta por sus prisas que estaba deseando
colgarme el teléfono para ir a no sé qué
actividad nocturna con linternas. Ayer me di cuenta de que mi hijo ha crecido
mucho en estos días. Ayer entendí que era verdad, le habían salido las alas,
Parrulín está aprendiendo a volar, y yo... tengo miedo.
Mamá de Parrulín y
de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y
felices.
Que maravilla de oportunidad!! En el cole organizan una salida con 5 años. Se van 2 dias a una granja escuela. Hay madres que lloran al despedirse en el autobus. A mi no me cabe la sonrisa en la cara. No me importa si no duermen, si no comen, si no son felices esas 48 horas. Será una grandisima experiencia, una oportunidad unica de crecer! Aunque la casa parezca vacia... En el caso de Parrulin, será doblemente enriquecedora, mágica y potente!! Que ilusión!! Aprovecha para llenar a Xoubiña de besos.
ResponderEliminarAmaya y su libreta
Hola. es una experiencia enriquecedora para tu parrulín. Ya verás lo cambiado que regresa... también me daría pena separarme aunque fueran 5 días de mis hijos pero es lo mejor para ellos. Ya comrpuebas cuando hablas con él que está feliz... ese es nuestro consuelo... seguimos en contacto
ResponderEliminarAy, que penica...pero seguro que se lo pasa fenomenal y no nos queda otra que dejarles volar y que sepan que siempre estaremos ahí esperándoles..
ResponderEliminarPor cierto, hoy sale en el Pais un especial de superdotados:
http://politica.elpais.com/politica/2015/03/31/actualidad/1427823813_191693.html
http://politica.elpais.com/politica/2015/03/31/actualidad/1427824793_300481.html
Muero con Xoubiña esperando en el banco :(
ResponderEliminarCreo que es una oportunidad maravillosa para el peque, no hay mas que ver lo emocionado que está. Besitos guapa
Muero con Xoubiña esperando en el banco :(
ResponderEliminarCreo que es una oportunidad maravillosa para el peque, no hay mas que ver lo emocionado que está. Besitos guapa
Flipante la frase de Parrulin... qué fuerte, lo ha expresado a la perfección.
ResponderEliminarClaro que sientes miedo... poquito a poco preciosa.
Muas!