Hace seis años, en el mes de julio, comenzamos a llevar a
Parrulín a la guardería. No teníamos experiencia en guarderías, ni de amigos ni
conocidos, primero miramos alguna cerca de casa, la impresión fue de “aparcamiento
de niños en espacio reducido” y luego miramos una cerca de casa de mi madre, la
impresión fue de “gran familia con buenas instalaciones y mejor trato” y nos
decidimos sin dudarlo.
Hasta que cumplió un año Parrulín fue cuidado por su abuela,
no podía estar en mejores manos, pero cumplió un año, estaba en ese momento en
el que todavía no andan pero quieren estar todo el rato de pie, además llegó el
verano y mi madre se quería marchar a Galicia y decidimos dejarlo en la
guardería. Con el corazón encogido, lágrimas en los ojos y total indiferencia
por parte del chiquillo, afrontamos ese primer día.
Desde entonces han pasado algo más de seis años en los que
nos ha sucedido casi de todo y siempre hemos encontrado ayuda y apoyo en la
guardería. Desde el horario especial que han llevado los dos, entrando a la
hora de comer, hasta estar siempre accesibles para cualquier imprevisto o
necesidad especial. Se dieron cuenta de las capacidades de Parrulín y lo
adelantaron de clase cuando lo sugerí, también se dieron cuenta de las
capacidades de Xoubiña y la adelantaron de clase sin que lo pidiera.
El verano en el que mi madre estuvo ingresada y nos dieron
el terrible diagnóstico y pocas esperanzas de vida, le dieron su primera quimio
y la enviaron a casa, semicomatosa, más muerta que viva. Parrulín no tuvo
vacaciones, yo lo recogía, estaba con él, le llevaba a dormir con su padre y
volvía a casa de mi madre, a quedarme con ella poniendo el despertador cada
hora para comprobar si seguía respirando. Qué época más terrible aquella! Y
cada vez que iba a recogerle, con el corazón hecho trizas y fingiendo una
sonrisa, encontraba una directora preguntándome cómo estaba yo, si había
comido, ofreciéndome cada día un bocadillo y un abrazo.
Le pedí ayuda a su profesora sobre cómo explicarle a
Parrulín lo que iba a suceder, me encontraba totalmente perdida, preocupada y
desorientada. Ella habló con un psicólogo especializado y estuvo contándome que
debía hablarlo con naturalidad, no mentirle, dejar que lo viviera a su manera, dejar
que se expresara, resolver sus dudas, acompañarle pero sobre todo, no
transmitirle mi propio drama, él debía elaborar su propio duelo. Es sin duda lo
más difícil que he hecho nunca y sus consejos me ayudaron infinitamente.
Empezó Parrulín el cole pero cada vez que era no lectivo lo
llevaba de nuevo a la guardería, también las vacaciones de semana santa, de
navidad y las de verano mientras nosotros trabajábamos. Las últimas navidades
de mi madre, mientras ella se moría, Parrulín estaba en la guardería también, y
yo me sentía tranquila al saber que él estaba a salvo.
Pasaron aquellas terribles navidades de su muerte, a finales
del mes de enero tenía que incorporarme a trabajar y tuve que dejar a Xoubiña
con apenas cuatro meses, tampoco tuve nunca ningún problema, ni con su horario
especial ni con dejarle biberones de leche materna, todo facilidades. Cada día
un cómo estás, un abrazo, un no llores más.
Apenas quince días más tarde me despiden del trabajo y deja
de ir a la guardería. Después de ganar el juicio me mandan un burofax un
viernes para que me incorpore el lunes, Xoubiña tenía ya algo más de un año. De
nuevo ningún problema para incorporarse a la guarde a toda prisa, de nuevo
ningún problema para dejar a los dos aquellos días en los que no hay colegio y
las vacaciones mientras nosotros trabajamos.
Y ha terminado esta etapa, mañana Xoubiña comienza el cole
de mayores. Salgo de la guardería igual que entré, con el corazón encogido,
lágrimas en los ojos y total indiferencia por parte del Xoubiña, a ella no le
da pena, está emocionada con el cole de mayores y Parrulín... un poco harto ya
de la guarde, el pobre, ya es muy mayor para eso.
Se acaban seis largos años de guardería, si ha habido algún
problemilla o desacuerdo en todos estos años, francamente no me acuerdo. No
tengo más que buenas palabras de la guardería. Y sé que no es un adiós, que es
un hasta luego, que seguimos teniendo las puertas abiertas los días sin cole y
las vacaciones, pero me da pena despedirme. Se cierra un largo capítulo que ha
sido muy importante en mi vida y en la de mis hijos.
Una buena guardería es un tesoro, y hemos tenido mucha
suerte en la elección. Una buena guardería es un segundo hogar para los niños y
una segunda familia también. Los echaremos de menos. Y sé que en el cole va a
estar bien, que es un cole estupendo, ya hemos pasado por ello, Xoubiña está
muy contenta, ha jugado a menudo en las instalaciones, y recuerdo que el
resumen de Parrulín del primer día fue “Lo he pasado chupi lerendi!”
Este adiós a la guardería tiene también un importante
aspecto emocional, se acabó esta etapa, se acabaron los bebés. Ayer los veía
dormir y pensaba lo increíble que me parece haberlos criado a los dos, ya no me
quedan bebés. Parrulín fue criado durante la mejor etapa de mi vida, con mucha
alegría, acompañada por mi madre, Xoubiña en cambio fue criada en la peor etapa
de mi vida, la más triste, la más sola, la más difícil, y los dos han salido
adelante.
No quiero otro bebé, me siento totalmente incapaz de criar
un hijo más, me imagino con un bebé en brazos y no sabría qué hacer con tres
hijos. Sí, saldría adelante también, supongo, pero mi pena de dejar de tener de
bebés no incluye el anhelo de volver a empezar. Siento que mi familia está completa, y los niños crecen,
como debe de ser. Y por un lado me da mucha pena, por otro lado me da cierto
alivio y, en el fondo, en el fondo, lo que me parece increíble es haber logrado
tener unos hijos tan alegres, buenos y cariñosos.
Cerramos un capítulo, quién sabe qué nos deparará el
siguiente.
Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.
Ay mi niña.... esta nueva etapa será maravillosa también, seguro. Un beso fuerte.
ResponderEliminarMe he emocionado al leerte, tienes los niños que te mereces, "buenos alegres y cariñosos". Un beso y animo con esta nueva etapa.
ResponderEliminara mi me pasa que cada vez que dicen lo buena (tierna, linda, alegre) que es mi hija, pienso que eso es mérito de ella solita, que yo no creo haber hecho tanto...
ResponderEliminaren mi caso es una y no sé si realmente será así si es que tengo otro hijo.
en tu caso con dos si tienes que creertelo jeje que dos niños hermosos como los tuyos no puede ser coincidencia!
Espero este nuevo capítulo de muchas historias para contar.
besos Parrullina,
HOla. ya lo dices tu que conseguir una buena guardería es todo un tesoro. Mi experiencia fue nefasta. No temgo dudas que el capítulo siguiente qye vais ya a empezar será muy enriquecedor para todos y estará lleno de momentos mágicos... seguimos en contacto
ResponderEliminarEsos niños tienen tanto de su madre!!
ResponderEliminarSerá una nueva etapa llena de historias que contar.
Un beso
QUE BONITO RECORDAR Y AGRADECER TODOS LOS APOYOS QUE HAS TENIDO EN ESA GUARDERÍA!
ResponderEliminarAHORA VIENE OTRA ETAPA, IGUAL DE IMPORTANTE, Y QUE ADEMÁS ELLOS YA PODRÁN RECORDAR EN EL FUTURO!
OJALA ESTE LLENA DE MOMENTOS FELICES
BESOS