El post de hoy va a ser un poco diferente, sabéis que no
soy yo de meterme en camisas de once varas pero en esta ocasión no puedo
evitarlo. Vengo a hablar de héroes y villanos. Héroes hay pocos, desconocidos
en su mayoría, pero villanos, villanos hay muchísimos, algunos con nombres y
apellidos, y anónimos también. Demasiados villanos para tan pocos héroes.
Tenemos un Héroe, con mayúsculas, uno solo. Su nombre es
Aylán Kurdi, tiene tres años y está muerto, muerto también su hermano de cinco,
Galip, y su madre Rehan. La foto de Aylán en la playa ha dado la vuelta al
mundo, portada de periódicos y cabecera de informativos ¿era necesaria? Sí, es
el Héroe, el Héroe de esta mierda de mundo que está plagado de villanos. Era
necesario crear un Héroe, no le ha tocado al bebé de unas semanas que perdió la
vida el sábado pasado en idénticas circunstancias, le ha tocado a Aylán ser
nuestro Héroe. Mierda de mundo este que necesita un Héroe, que necesitaría
también un Héroe de Sudán y de otros muchos países africanos que están en la
misma situación. Si tuviéramos un Héroe de cada uno de los países en conflicto
dejarían de ser Héroes, ya no removerían conciencias pero qué caro nos saldrían
tener tantos Héroes! Y cuántos villanos!
Villanos los políticos que han tenido que esperar a tener
un Héroe para empezar a hacer algo o para que parezca que están haciendo algo.
Villanos los políticos que no saben resolver el problema de la inmigración y
menos aún el de los refugiados. Villanos los políticos que no intervienen en
esta guerra porque no tienen petróleo que ganar. Villanos los políticos que
denegaban el 80% de las peticiones de asilo. Villano, villano y villano el
diputado polaco Janusz Korwin-Mikke llamando a los refugiados “basura humana
que no quiere trabajar”.
Villanos todos los periodistas que publicaron en portada
la imagen de Aylán porque su propósito no era el de la necesidad de encumbrar
al Héroe, si no el de explotar su dolor. Villanos algunos de los periodistas
que acuden a recoger la información de forma morbosa que sólo buscan aumentar
las audiencias. Villana, villana y villana la reportera húngara Petra Laszlo,
pateando a un padre con su hijo en brazos.
Villanos los que sacan beneficio económico de semejante
drama humano. Villanos los que les cobran un dineral por un pasaje en precarias
condiciones. Villanos los que les explotarán después por un sueldo miserable.
Villanos, villanos y villanos los que se enriquecen a costa de ellos, antes,
durante y después.
Villanos los que comentamos el éxodo de refugiados con los
amigos en el bar pretendiendo arreglar el mundo con un botellín en la mano.
Villanos, villanos y villanos los que comentan que habría que ayudar primero a
los españoles en crisis.
Villanos los que lloramos desde casa al ver las imágenes
del telediario, que no sabemos cómo contestar las preguntas de nuestro hijo y agradecemos no encontrarnos en semejante
situación. Villanos los que lloramos y no nos levantamos del sofá. Villanos,
villanos y villanos todos!
Villanos casi todos, casi, porque también tenemos héroes,
héroes de verdad, anónimos y desinteresados. Yo conozco a una, está recogiendo
ropa para enviarla a donde más la necesitan, se ha ofrecido como traductora,
ofrecido su casa como acogida para los refugiados, una casa que es tan pequeña
como grande su corazón. Y además lo hace sin publicarlo ni alardearlo, lo que
tiene infinitamente más mérito.
Amiga, he hablado contigo, te admiro tanto como me
avergüenzo de mí misma. Me he sentido igual de villana que todos los demás. Porque
yo… yo también soy villana, villana de bar, villana de sofá y villana de post.
Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Sean buen@s y felices.Otro día más.
:(
ResponderEliminarY tan cierto todo.
:( :(
Hola.... te sigo desde hace mucho aunque creo que nunca he comentado... y quería decirte que me gusta mucho tu blog, aunque la entrada de hoy me ha parecido muy injusta.
ResponderEliminarEs verdad que hay muchos villanos en este juego llamado vida, pero también es cierto que a veces no podemos escoger nuestras circunstancias. No tenemos la culpa de haber nacido en este lado, no podemos echarnos encima la responsabilidad de la injusticia. Si la fortuna nos ha hecho nacer en un país libre, (no ha sido así siempre), disfrutémoslo, seamos conscientes de nuestra suerte y enseñemos a nuestros hijos a ser felices y a sentirse afortunados. Y una vez llegados a este punto, arremanguémonos y pongámonos a trabajar. Busquemos iniciativas, abramos nuestras casas, nuestros brazos, nuestras carteras. Podemos hacer mucho. Vamos a hacer mucho.
No soy villana por comentar botellín en mano. No soy villana por conmoverme desde mi salón. No soy villana por arropar a mis hijos cada noche con edredones. Eso no lo he elegido yo.... sería villana si mirase para otro lado, y eso es justo lo que no vamos a hacer. Ánimo, que tenemos mucho trabajo. Nuestros hijos se merecen un mundo más justo.
Violeta, igual no me he explicado como quería, no son villanos por comentar, por conmoverse ni por arropar a los niños, sólo son villanos si no hacen nada, si miran hacia otro lado, como tú dices. Que la próxima conversación que oiga "intentando arreglar el mundo" preguntaré ¿y tú qué estás haciendo? igual que me he preguntado yo a mí misma.
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