Hoy es el día de los derechos del niño, los derechos del
niño son un conjunto de normas jurídicas que protegen a las personas hasta
determinada edad. Todos y cada uno de los derechos de la infancia son
inalienables e irrenunciables, por lo que ninguna persona puede vulnerarlos
o desconocerlos bajo ninguna circunstancia. La primera declaración de
derechos del niño fue la Declaración de Ginebra del 26 de diciembre de 1924,
redactada por Eglantyne Jebb fundadora de Save the Children. Las Naciones
Unidas aprobaron en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos que,
implícitamente, incluía los derechos del niño, el 20 de noviembre de 1959 las
Naciones Unidas aprobó la Declaración de los Derechos del Niño. Se llevó a cabo
por iniciativa de la UNICEF.
Ayer al recoger a Parrulín en el cole le habían hablado
sobre los derechos del niño en clase. Ah, qué bien cariño, eso es importante. “No es importante mamá, es una tontería!” me
responde enfadándose. Hombre! Tanto como una tontería… Por qué dices eso?
“Dicen que los niños tenemos
derecho a ser iguales, al amor, a la educación, a la ayuda y a otras cosas más
que no me acuerdo pero es una tontería!” Pues a mí me parece importante,
cariño. A ver, cuéntame, por qué son una tontería.
“Tenemos derecho a ser iguales
pero no lo somos porque cada uno es diferente” Bueno, sí, pero eso en
realidad significa que no se puede discriminar a ningún niño por razones de
religión o de color de piel o esas cosas. “Pero se
hace” Sí hijo, se hace, desgraciadamente se hace.
“Tenemos derecho al amor, y ese
es el derecho que más me ha gustado pero esos bebés que dejan recién nacidos en
la basura también tienen ese derecho y no se cumple!” La verdad es que
prefiero las conversaciones sobre polímeros o sobre agujeros negros antes que
las conversaciones filosóficas con este niño, al menos esas las puedo buscar en
google pero para cuestiones como estas no tengo respuesta.
“El derecho a la educación y a
la salud es otra tontería, porque en los sitios en los que no hay coles o no
hay médicos no importa nada ese derecho!” Sí hijo, tienes razón.
“¿Y lo peor? El derecho a la
paz! Porque un niño que vive en una ciudad que está siendo bombardeada… EL
ÚNICO DERECHO QUE TIENE ES A TAPARSE LOS OÍDOS Y METERSE DEBAJO DE SU CAMA
REZANDO PARA QUE NO LE MATEN!” Tienes toda la razón, hijo mío, y le
abrazo y le lleno de besos para que no vea cómo se me cae una lágrima.
Las preguntas de los hijos no siempre son fáciles de
responder, las preguntas de mi hijo en ocasiones no tienen ni siquiera
respuesta. Y para esto no te prepara nadie. Su inteligencia, su sensibilidad y su
empatía a los problemas ajenos son algunos de sus grandes valores y
probablemente los que más dificultades le van a causar en el futuro. Me asusta.
Ya hemos tenido conversaciones complicadas respecto a los atentados de París,
sólo me faltaban los derechos del niño para rematar la semana! No sé muy bien
cómo hacerle comprender o aceptar el
mundo en el que vivimos, y está bien que se pregunte y que me pregunte, pero si
ya es difícil de entender para los adultos tanta barbarie explicárselo a un
niño es imposible.
En el día de los derechos del niño me quedo con Mafalda: Y estos derechos… a respetarlos, eh? ¡No
vaya a pasar como con los diez mandamientos!
Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Sean buen@s y felices.
Otro día más.
Buff nena, Parrulín no te lo pone fácil con esos argumentos... Menudos días estamos pasando... Nada, nada sencillo.
ResponderEliminarUn abrazo bonita.
Esos son los derechos del niño y si no se cumplen tendremos q luchar para q si se haga.
ResponderEliminarBueno, aquí el pez ;-)
ResponderEliminarDices que "No sé muy bien cómo hacerle comprender o aceptar el mundo en el que vivimos", y yo te pregunto: ¿cómo comprendes o aceptas tú misma el mundo en que vivimos?
Dices que "si ya es difícil de entender para los adultos tanta barbarie explicárselo a un niño es imposible", y yo te digo que puede que sea difícil, pero que esa dificultad no se deriva de la falta de capacidad ni de la complejidad del asunto, sino de la educación incapacitante que hemos recibido.
Que lea mucho de los temas que más le atraigan, que lo que le enseñan en el cole no vale para nada, ya verás como enseguida encuentra la forma de vivir feliz. ¡No te preocupes!, ¡los niños son mucho más fuertes que nosotros y con más capacidad para todo!, tú solo tienes que estar ahí dándole apoyo y cariño, lo demás está hecho. ¡Y no es necesario que le des respuestas perfectas a las cosas!, lo perfecto es que vea que es normal no tener cosas del todo claras, tener dudas, que ser mayor no implica saberlo todo, y lo más perfecto es que estés a su lado, con las respuestas que sean pero siempre a su lado. Él te valorará y se nutrirá por eso, no por el acierto de tus respuestas. Y por muy acertadas que pudiesen ser dan bastante igual: las cosas se ven realmente y se aprenden cuando se viven de alguna forma en primera persona, no cuando te las cuentan. Así que si quieres hacer algo por él, déjale que experimente todo lo posible.
madre mía si yo que sólo estoy leyendo he terminado también con una lagrima rodando!
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