La pequeña Xoubiña no se cree que estemos en Navidad, es
más, sospecha que hay algún tipo de complot judeo másonico contra ella para
hacerle creer que es Navidad, pero no lo piensa permitir. Es comentar algo acerca
de la Navidad que, a veces muerta de risa y a veces realmente enfadada, dice
que no estamos en Navidad. Se niega terminantemente a admitir ni si quiera la posibilidad de que sea Navidad. No es
Navidad!
No es Navidad aunque su santa madre se haya currado un
estupendo calendario de adviento contando los días para que aprendiera cuánto
quedaba y viera cómo iban quedando cada vez menos sobres, aprendiera que el 1 y
el 6 son 16, aprendiera a compartir con su hermano… (Si, santa madre y además
ilusa, así soy, pero ya no tengo edad para cambiar esto.)
No es Navidad aunque hayamos puesto el árbol, el belén y
toda nuestra mejor intención en decorar la casa, aunque hayamos comprado
panderetas y cantado villancicos como posesas, aunque hayamos sacado los gorros
de papá Noel, aunque me haya visto hacer el disfraz de Parrulín, aunque le
encante su disfraz de oveja y no quiera quitárselo ni para dormir. No es
Navidad!
No es Navidad aunque me haya aplastado varias vértebras por
cogerla sobre mis hombros para que viera Cortylandia durante 15 interminables
minutos, aunque hayamos ido al acuario de Madrid, cita obligada en cada Cortylandia,
aunque haya tenido pesadillas durante días después de ver el acuario. Y es que
no sé yo qué demonios me pasa que cada vez que vamos al acuario tengo
pesadillas con tritones y otro tipo de bichos acuáticos tipo anguilas, sueño
que tengo un acuario en casa con bichos de esos y se me escapan por la casa. Ya
me vale! A mi edad! Que no les tengo ni fobia ni miedo ni asco ni nada, pero es
ir al acuario y tener pesadillas, no me lo puedo explicar, debería hacérmelo
mirar.
No es Navidad aunque hayamos elegido juguetes y hayamos
escrito la carta, ni aunque hayamos ido a ver a los Reyes Magos. Porque ayer
fuimos a ver a los Reyes Magos! Con quién quieres hablar? Yo… con Melchor!
Vale, pues el que más cola tiene, esperamos y hablamos con él. Con lo
emocionada que estaba, fue acercarse al falso barbudo blanco y entrarle un
miedo terrible. Xoubiña es muy charlatana pero necesita cinco minutos de
adaptación, luego ya lo da todo, pero necesita su tiempo, tiempo que no teníamos.
Accede a sentarse en las rodillas del rey, pero fuertemente agarrada a mi
cuello al mismo tiempo, cual boya salvavidas. Qué quieres de regalo? Un
unicornio morado, dice bajito, bajito, bajito, tan bajito que se lo tengo que
traducir al rey a punto de asfixiarme de lo fuerte que me agarraba el cuello.
Es que unicornios no tengo a mano, no te sirve un camello? Pero bueno! Estos
voluntarios falsos barbudos, que ya no son lo que eran! No me vaciles a la
niña, hombre, lo que le faltaba a la pobre! Así me borro yo también de la
Navidad!
Y es que a pesar de calendarios y de luces, de belenes y de
árboles, de intenciones, canciones y falsos melchores… para Xoubiña no es
Navidad… y nada la va a convencer de lo contrario ¡porque no nieva!
Mamá de Parrulín y de Xoubiña,
Sean buen@s y felices.
Otro día más.
jajaja mientras leía no entendía por qué no era Navidad... y ha sido por la nieve!
ResponderEliminarFeliz Navidad a todos!
Jajajajaja! Peque también se frustró un año por eso, al final ha acabado claudicando! XD
ResponderEliminarBesotes!
Yo, que soy mucho de conspiraciones judeomasónicas, creo que tu hija tiene razón y por alguna casualidad cósmica este año no nieva...O es una conspiración o el calentamiento global...
ResponderEliminar