El sábado era día
13, quizá el número ya era un presagio, pero sin pensar en ello me levanté
emocionada, me puse una camiseta de algún concierto de Sabina y estuve
tatareando sus canciones desde bien temprano. Llevé a Parrulín a clase de
astrofísica mientras cantaba Peor para el
sol, que se mete a las siete en la cuna del mar a roncar, mientras un servidor,
le levanta la falda a la luna… La clase está en la plaza de Jacinto
Benavente y yo disfruto dando una vuelta la hora y media que dura cada clase,
entro en tiendas de telas, veo escaparates, un paseo entre los puestos, las
sonrisas, la música y el consumismo navideño. En la esquina de la calle
Carretas veo chicas en minifalda esperando cliente, Magdalenas. Con ese corazón, tan cinco estrellas, que
hasta el hijo de un Dios, una vez que la vio, se fue con ella, y nunca le
cobró, la Magdalena.
Recojo al niño,
mientras me cuenta cosas que ha aprendido acerca de la materia oscura, los
agujeros negros y el bosón de Higgs mi mente desconecta de una conversación que
no comprendo y bajamos andando hasta Atocha mientras tarareo A mitad de camino entre el infierno y el
cielo, yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid…He llorado en Venecia, me he
perdido en Manhattan, he crecido en La Habana, he sido un paria en París,
México me atormenta, Buenos Aires me mata, pero siempre hay un tren que
desemboca en Madrid… En el cuaderno de bitácora de Tirso de Molina, Sol, Gran
Vía, Tribunal…
Comemos, dormimos la
siesta y llegó el momento… Qué me pongo? Uy, ya no estoy acostumbrada yo a esto
de salir de noche. Una blazer negra? Uy, cómo se notan los treintaytantos, una
jovencita no sale con blazer. Vale, no soy una jovencita, adjudicada. Pendientes
nuevos y… maquillaje? Venga, sí. Que el maquillaje
no apague tu risa, que el equipaje no lastre tus alas, que el calendario no
venga con prisas, que el diccionario detenga las balas. Que las persianas
corrijan la aurora, que gane el quiero
la guerra del puedo, que los que esperan
no cuenten las horas, que los que matan
se mueran de miedo… Vamos, que
nos vamos, concierto de Sabina! De camino voy twiteando Hoy salgo! Y me darán
las 10, y las 11, y las 12, y la 1, y las 2, y las 3… Siete años desde mi
último concierto. Es lo que tiene la maternidad! Hoy quemo Madrid! Y canturreo
por lo bajini Hay un
peligro de incendio esta noche, en el asiento trasero de un coche, se quema una pareja en el tercero, no seré yo quien llame a los bomberos…
Encuentro a mis amigas y rememoramos viejas historias de largos
veranos aderezados con queimadas y con Sabina como eterna banda sonora, en la
playa o frente a la chimenea, pero siempre Sabina O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento, y te deja
abrazada a una duda, en mitad de la calle y desnuda. O tal vez esa sombra que
se tumba a tu lado en la alfombra, a la orilla de la chimenea a esperar... que
suba la marea…
Puerta del Palacio de Deportes, BarclayCard dicen que se llama
ahora, impronunciable. Una fila interminable de gente aguanta bajo la lluvia
para entrar al concierto, 14.000 personas, que disminuye rápidamente al tiempo
que aumenta la fila de paraguas que obligan a dejar abandonados a su suerte en
la entrada Me echó un cable la lluvia, yo andaba con paraguas y ella no -”¿A dónde
vamos rubia?”. -”A donde tú me lleves”. -Contestó. Abarrotado, pero bien
organizado, el público espera nervioso el inevitable retraso que siempre se
produce, Sabina se hace esperar. Se apagan las luces y se enciende el escenario
"Contra el olvido, contra el ébola y el isis, para tiempos de
tormenta, bienvenidos a 500 noches para una crisis", anuncia Sabina con su voz medio ronca de canalla y
calavera, el público se viene arriba. Canta Ahora y saluda a su público "Buenas noches Madrid"
Tantas veces había
visto el vídeo del concierto en Luna Park que me sabía hasta los chistes,
aparentemente improvisados, que repiten un guión perfectamente aprendido y
coordinado. Cuánto dura el concierto? Me pregunta mi amiga. Dos horas 11
minutos, le respondo, y nos reímos las dos. Recuerdo a mi madre, me gustaría
estar aquí con ella, disfrutando de un concierto de Sabina como tantas veces
hicimos juntas, oír su risa, sentir su alegría. Pero ya no era ayer, si no mañana… La maldición del cajón sin su ropa…
Así que se fue, me dejó el corazón en los huesos… Mucho me recuerda los
buenos momentos que pasamos juntas, los viajes y hoteles, las proposiciones
indecentes… Mamá, toca Sabina. Dónde? En Zaragoza. Vamos! En Granada. Vamos!
Mucho me duele su ausencia. Mueve tus
caderas, cuando todo vaya mal, mueve tus caderas, alante y atrás, alante y
atrás… Tengo que recordar esta canción más a menudo, y no estaría mal
aprender a moverlas como Mara Barros, qué arte!
Llega el momento de
tomarse un descanso, Sabina deja que "su mejor rockero" cante solo El caso de la rubia platino, el
guitarrista de Alarma Jaime Asúa, y yo aprovecho para salir a comprar una
cerveza y la camiseta del concierto. Volvemos del baño y encontramos al gran
Pancho Varona cantando Conductores suicidas,
Sabina no ha vuelto ¿del baño? Esta no es la que tocaba ahora, qué raro, le
digo a mi amiga. Pero vuelve y explica que le ha dado un Pastora Soler, frase
que me suena desafortunada, el público en pie le aplaude hasta que se le saltan
las lágrimas a un Sabina emocionado y arranca con una nueva canción.
Sabina vuelve a
cantar, con ánimo y energía, pero su voz se queda atrás, arropado por la
profesionalidad de su banda, parece renovarse. Pero no, su semblante es cada
vez más triste, cada vez más blanco, cada vez más viejo… Al cabo de poco más de
hora y media dice que no se encuentra bien, se marcha con lágrimas en los ojos
y sin los bises. Sin los bises! Pero si quedan 45 minutos de concierto! Es una
broma. Faltan muchas. Aún tiene que cantar Mara Barros Y sin embargo, que te pone los pelos de punta con esa forma de
personalizar la canción y hacerla suya. Y no es una broma, es un gatillazo.
El público en pie
espera que vuelva, las luces se encienden, los músicos se van, el público
espera, es una broma. Y no es una broma, es un gatillazo. El público en pie
espera al menos que suene La canción de
los viejos borrachos que anuncia siempre el final definitivo del concierto,
que anuncia que no es una broma, pero no suena. No desalojamos hasta que no nos
lo indican los de seguridad y sólo entonces nos damos cuenta de que no es una
broma, es un gatillazo. Entre el enfado y la incredulidad salimos del Palacio
de Deportes, me da igual cómo quieran llamarlo ahora, y tuiteo Coitus
interruptus de Sabina en Madrid. Twitter echa humo, los periódicos digitales ya
lo tienen en portada. Y llueve.
Vuelvo a casa
haciendo recuento entre el número de conciertos a los que he ido y
se han suspendido y/o puesto malo que el número de conciertos que sí he visto.
Y recuerdo que canceló en Vigo, por haber comido algo en mal estado, y recuerdo
que canceló en Granada, porque no se encontraba bien, y siempre me he sentido
indignada, pero al menos lo repetía días más tarde. En esta ocasión han sido 60
eurazos de entrada (en gallinero!), más la peluquería que aproveché para
ponerme todos los pelos del mismo color (consecuencia de la maternidad y falta
de tiempo) y nos deja a la mitad sin ninguna compensación! Y me voy con mal
sabor de boca, y me siento defraudada e indignada, y triste, ese no era mi
plan.
Yo quería disfrutar,
pasarlo bien y cerrar los bares! Y vuelvo en un taxi después de un concierto
inacabado, Parrulín tiene anginas y Xoubiña quiere teta. Es lo que tiene
hacerse mayor, es lo que tiene la maternidad. Gatillazo de Sabina, es lo que
tiene hacerse mayor, es lo que tiene… mejor me voy a callar mi opinión acerca
de las verdaderas razones de su noche de
crisis.
Mamá de Parrulín y
de Xoubiña. Perdón por la tristeza.
Otro día más.
Sean buen@s y
felices.
Qué guay, lo que hubiera dado por ir pese al gatillazo y pese a todo. Llevo la vida queriendo ir a un concierto suyo y nunca ha coincidido. Y de Serrat y nada, ni lo he conocido aún pese a que tenemos dos buenos amigos comunes.
ResponderEliminarEspero que Parrulín esté mucho mejor de las anginas.
Un beso
31+4
Ya están todos curados, por lo visto ;)
EliminarFue una maravilla aquella gira con Serrat, fui con mimadre al primero, en Zaragoza, y a dos de los tres que hicieron en Madrid, uno con mi madre y otro con una amiga... Y con Parrulín dentro, aunque aún no lo sabía! Fue mi última gran juerga aquella.
31+4 besos!
es lo que pasa cuando se es fan de alguien propenso a las "crisis"
ResponderEliminarpero con esa propensión y todo nos gusta!
yo tuve la suerte de verlo junto a serrat hace 2 años que vinieron a Ecuador. primera y única vez... acá no venden camisetas del concierto... pero fue un conciertazo!
esperemos no tengan q pasar muchos años antes de que lo vuelvas a ver y que pronto puedas cerrar los bares ;)
abrazo Parrulina
Es grande Serrat, hacían buena pareja, y además creo que le llevaba por el buen camino, pero eso es una opinión mía...
EliminarUn abrazo, guapa!
Lo vi en la tele y me acorde que tu ibas a uno pero no sabia.si era a ese o al otro. Cuanto siento q acabara asi el concierto, que llegaras triste a casa y que no fuera la noche como esperabas. Tambien considero desafortunada su expresion de "un pastora soler", tendria que haberlo pensado mejor y creo qu solo el sabe lo que paso realmente aquella noche.
ResponderEliminarQue se mejore el peque. Besitos
Era este, era este, el del martes creo que estuvo estupendo y tocó casi tres horas, para compensar, pero ya no estaba yo allí.
EliminarUn beso!
Mira que pensé en ti al ver la noticia! Que pena que os dejara a medias...
ResponderEliminarPues sí, pena, descontento e indignación, qué se le va a hacer!
EliminarJo, es que menuda putada. Alguna recompensación sí que debería haber, que 60 euros cuestan mucho de ganar, jolines.
ResponderEliminarToca buscar otra noche de chicas, que esto no puede quedar así!!
Besotes!
PS: Y entiendo tan bien la nostalgia... <3
Debería buscar otro buen plan, tienes razón.
EliminarA ver si lo consigo en el 2015.
Besos!
Que triste :(
ResponderEliminarUna pena, sí.
EliminarUn beso!