Hoy es el 85 aniversario de la II República y hoy vengo a
contaros que a menudo los hijos… se nos parecen.
Parrulín estuvo en un Curso de Enriquecimiento en Semana
Santa en el Monasterio de Uclés. Además del Curso propiamente dicho, de donde
vino fan absoluto de Charles Chaplin, de Buster Keaton y del rock and roll, le
enseñaron un montón de cosas, pero una de las que más impresionado le dejó fue
la historia del Monasterio de Uclés.
Al estallar la Guerra Civil Española en 1936, el monasterio
queda en zona republicana y el ejército lo convierte en hospital, tras la
Guerra Civil es ocupado por el bando nacional y utilizado como cárcel hasta que
en 1949 se inaugura el Seminario Menor Santiago Apóstol. En 2012 el Monasterio
de Uclés se abre a su función actual, para visitas turísticas y para la
celebración de convivencias, campamentos, encuentros, cursos de enriquecimiento,
etc.
Le habían enseñado al niño desde dónde tiraban los
francotiradores, descubrió los agujeros de metralla de sus muros, aprendió que
en toda su historia nunca fue vencido por la fuerza debido a su posición
elevada, que sólo habían podido conquistarlo mediante el engaño y volvió
hablando de la guerra civil, de metralla, de maquis y de bandos, sin tener muy
claro quién era cada uno.
Cuando empezó a hablar de ello le puse un disco de mi madre
de canciones de la República y le encantó, escuchó a diferentes cantautores,
entre ellos a Quilapayún y le gustó especialmente El
pueblo unido jamás será vencido, la canta ahora a todas horas. También en versión la clase unida, la familia unida, los amigos unidos, los hermanos unidos... Le
expliqué también que no todo el mundo piensa lo mismo y que esta y otras de las
canciones pueden herir la sensibilidad de otras personas y no debe ir
cantándola a voz en grito, pero eso se ve que cayó en saco roto.
Metro en hora punta, a esta madre con el cansancio acumulado
del final de la jornada y los dos hijos peleándose no se me ocurre otra cosa
que dejarles mi mp3, Parrulín me pide que le ponga esta canción y comparte los
cascos con Xoubiña. A ella le gusta también la canción y los dos juntos
comienzan a cantarla más alto de lo que deberían. De hecho la versión de la
pequeña es aún mejor que la original.
¡El pueblo,
hundido, jamás será vendido!
Me debato entre la risa y la vergüenza, al igual que el
resto de los pasajeros. Un matrimonio mayor me mira con reprobación, el chico
que está sentado enfrente no se debate, no, como no son sus hijos se muere de
risa directamente.
Xoubiña afirma convencida que mañana se la va a cantar a su
profe y a sus compañeros y protesta porque se acaba la canción. Y le dice
Parrulín: Espera, que ahora viene el himno de Riego
y se la enseñas también! Yo pienso tierra trágame, o nos detienen por
escándalo público o los echan del cole o las dos cosas a la vez! El matrimonio mayor se ha marchado, el
chico sentado enfrente está de verdad llorando de la risa y me dice: Veo que te han salido los niños bolcheviques (Del
fr. bolchevique, y este del ruso bolshevik; literalmente 'uno de la mayoría'.)
Le sonrío con cara de circunstancias y le digo: A
menudo los hijos… se nos parecen.
Y recuerdo un concierto al que fui con mi madre hace unos
años, en el 2002. Mamá, viene a Madrid un cantautor
para un homenaje a la república o no sé qué que igual te gusta, si quieres
vamos. Era Raimon y yo por aquel entonces no lo conocía, unos días antes me enseñó algunas de sus canciones. Mi madre estaba
emocionada, nos fuimos al teatro Albéniz, antes de comenzar el recital vimos
mucha gente del mundo de la cultura y de la política y mi madre estuvo hablando un buen rato con un mayorcísimo Carrillo. Pocas veces la vi disfrutar tanto como con el
ambiente de aquel concierto. Cuando al finalizar todo el teatro nos pusimos en pie
para cantar juntos Al vent fue increíble, todos vibrábamos al unísono, se ponían los pelos de punta. Se hubiera reído mucho mi madre al contarle con
lo del metro, y le hubiera dicho: A menudo los
hijos… se nos parecen… y los nietos también.
Mamá de Parrulín y de Xoubiña,
Sean buen@s y felices.
Otro día más.
Jajaja me parto!!
ResponderEliminarImagino la situación!
Mi sobrina me lió algo parecido con el himno de España en la parte vieja donostiarra! Jaja
Besos!!
Hola. una experiencia entrañable en el metro... me encantaría ver la situación en vivo y en directo... tienes toda la razón que al final nuestros hijos se parecen más de lo que imaginamos... deben de ser los genes... seguimos en contacto
ResponderEliminarNo me creo que no conocieras a raimon
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