Tarados completamente, así estamos, la poca cordura que
teníamos antes de esta crisis ha debido de quedarse confinada también, pero no
en mi casa precisamente. Aquí estamos mis hijos, mi santo, cinco peces y yo.
Los peces son los más beneficiados de esta crisis, ahora nunca se nos olvida
encenderles la luz o darles de comer. Lo malo es que no son paseables y no me
sirven de excusa para salir a estirar las piernas.
El colegio nos mandó tareas y deberes de todas las
asignaturas, bastante bien. Y digo que bastante bien porque las faltas de
ortografía de la profesora de Xoubiña ya las conocía. Aunque al ver una lista
de restas con llevadas y que tenga anotado al lado “Hacer la prueva” me han
dolido un poco los ojos, lo reconozco. Y procuro encontrar una excusa, igual es
disléxica o algo parecido, pero me cuesta encontrar una excusa para algo así.
Como ya tenemos tareas concretas hemos organizado un horario
más o menos similar para los dos. Ya que se levantan temprano, a las 9 tienen
que estar desayunados y con su superficie de trabajo lista. Dos asignaturas
hasta las 11, media hora para relajarse y comer algo, y media hora para
practicar idiomas en unas aplicaciones del teléfono, Parrulín francés y Xoubiña
chino, que le gusta mucho. Luego otras dos asignaturas hasta las 14, y dibus en
inglés una horita. A última hora de la tarde algo de ejercicio.
Xoubiña lo lleva regular, la verdad. Lo de estar encerrada
no lo lleva muy mal, pero lo de hacer tareas en casa… eso es otra cosa. Amor,
mamá también trabaja, no lo ves? “Ya,
pero tú lo haces con ordenador y no tienes que escribir taaanto!” Pensaba
que tenía una táctica infalible: Mira cariño, esto es como un entrenamiento
para cuando vayas a la estación internacional, Valentina Tereshkova también
tuvo que entrenar mucho! Sabes que allí no pueden salir a dar un paseo, verdad?
“Obviamente, mamá, en el espacio no hay
calles.” Obviamente cariño, (ejem) pero además tiene sus horas de trabajo,
y tú aquí tienes que hacer lo mismo. “Mamá,
ella también tenía ordenador y no tenía que escribir taaanto!” Vaya! Pues
no va a ser tan infalible. Nota mental: Escribir a su profe y preguntar si
puedo enseñarle a usar un power point y que trabaje más a gusto. Hemos estado
hablando y me ha dicho que prefiere trabajar menos por la mañana y un poco más
por la tarde, mañana cambiaremos de nuevo el horario.
Parrulín lo de estar encerrado lo lleva bien también y lo de
hacer tareas más o menos. Lo malo es que toooodo lo que le han mandado es con
ordenador. Y a él cualquier cosa que sea con ordenador, bien, aunque sea
trabajar. Claro que encuentra excusas constantemente para jugar al minecraft. “Estoy descansando, mamá, si descanso un
poco luego trabajo mejor.” No sabe nada este! O está con el ordenador o
está con el móvil. Ay cuánto daño está haciendo esta crisis con el abuso de la
tecnología! Ayer él y su padre subieron y bajaron las escaleras de casa dos
veces, somos un quinto piso. La idea de hacer ejercicio no me parece mal, la
legalidad de subir y bajar las escaleras bajo el estado de alerta no sé yo…
Supongo que salir a zonas comunitarias tampoco debería valer.
El único que sale es mi santo, que es médico y debe seguir
trabajando, y como sale, pues es el encargado también de salir a hacer a la
compra. Cuando le veo salir a trabajar se me encoge un poquito el corazón, la
verdad. Él está convencido que ya lo pasó, estuvo unos días malo, pero como no
tenemos un análisis que demuestre (o no) si tiene anticuerpos a mí me preocupa
cada vez que se va al ambulatorio, me parece que cada día suma más papeletas en
esta lotería. Es su trabajo y es un héroe más de los muchos que nos cuidan en
esta crisis. Se supone que es el 900 es el que se dedica a los casos de
coronavirus pero en realidad acuden muchísimos al ambulatorio y los que allí
trabajan están muy poco protegidos. Disimulo, ante él y ante los niños pero la
verdad es que hasta sueño con el coronavirus! Todo el día preocupada, y las
noches también.
Aquí parece que la única que lleva regular este encierro soy
yo, y los peces, que se sienten tan encerrados en su acuario como yo en mi
casa. Y se me ocurre que es un micromundo dentro del mundo, un acuario
confinado, en una casa confinada, en una ciudad confinada… Yo estoy como loca
por pisar la calle y los peces están como locos por salir del acuario o porque
yo me vaya, que no me ha quedado claro, pero lo noto en su mirada. Me miran
diciéndome “Quiero saliiiiir...” Con
esa vocecilla susurradora que se gastan ellos. Y nadan y nadan en el acuario, mientras
susurran “Quiero saliiiiir...” Y
cuando creo que los tengo convencidos de la importancia de quedarse en casa
ante esta pandemia global se dan media vuelta y se van, ignorándome y meneando
la aleta. Y dicen que tienen poca memoria, y será por eso, al cabo de un rato
vuelven a mirarme desde el cristal “Quiero
saliiiiir...”
Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Sean buen@s y felices.
Otro día más.
Yo también sueño con el Coronavirus 😔 y duermo mal, mi marido no es sanitario, pero también tiene q salir a trabajar, así q yo cuando llega lo lavo y lo limpio todo, me estoy haciendo adicta a la lejía. No llevamos mal el encierro en casa, aunque sí, estamos tirando mucho de pantallitas, q remedio!
ResponderEliminarBuenos días reina! Cualquiera que tiene que seguir trabajando deja a la familia en un sinvivir. Mucho ánimo y un besazo!
EliminarMe alegro mucho de que vuelvas a escribir. Tu blog fue una de las primeras referencias que tuve cuando me enteré de que también tenía un Ferrari. Me ha interesado mucho lo de la app de idiomas. Te importaría decirme cuál usáis? Mil gracias por todo!
ResponderEliminarBuenos días Marilu! Me alegro que te guste y que hayas encontrado algún tipo de información que te interese. Mosalingua es la que usa Parrulín para el francés, Xoubiña usa Hello chinese. Hemos instalado también el smartick que lo han hecho gratuito estos días, y se puede configurar para altas capacidades.
EliminarCuídate y gracias por venir!
Mil gracias! Besos y mucho ánimo para estos días!
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