Puede que además de ser una ilusa
y una descerebrada también sea una mal pensada, porque me ha dado la impresión
que estabais deseando que tuviera un viaje horrible para hacer una entrada
contando desventuras y vosotros poder reíros conmigo (no de mi, espero) y con
mis calamidades. Pues bien… habéis ganado, ha sido un horror.
El viaje de ida en tren fue tan malo,
tan malo, que al llegar a la estación salí corriendo a la taquilla para
intentar cambiar el viaje de vuelta y poder ir en un compartimento para
nosotros solos, dispuesta a pagar la diferencia, que era considerable. Pero a
la vuelta el tren iba completo y no pude cambiarlo. El tren salía a las 22:30, los
niños cenan, no voy a decir que tranquilamente porque estaban los dos bastante
excitados. Hacemos el primer viaje al baño, que estaba tres vagones más allá,
como para unas prisas. Hacemos una parada en la cafetería y volvemos a nuestros
asientos. No ponen peli y el asiento no es que se recline mucho, la verdad
Parrulín no quiere dormirse,
Xoubiña tampoco, se levanta en innumerables ocasiones a saludar al resto de los
pasajeros, se sienta en regazos ajenos y mantiene largas conversaciones con
desconocidos. Cada vez que la rescato y me la llevo en brazos a mi asiento le
hace pum, pum en la cabeza del pasajero de delante, que además es calvo. El
revisor me dice que a partir de las 12 queda en penumbra el vagón y deposito
todas mis esperanzas en la penumbra. A las 12 baja un poco la luz, un poquito
de nada. Es difícil dormirse así. Parrulín sigue excitado, Xoubiña también, el
uno charla sin parar, la otra continúa visitando pasajeros y haciendo pum, pum
en la cabeza del calvo cada vez que la rescato. Hacemos varios viajes al baño, duermo un total de tres horas con
la niña despertándose a cada rato, de mal humor y pidiendo teta constantemente.
La estancia allí, estupenda, la
niña ha aprendido a decir un montón de cosas nuevas, a saber: Muy mal, Tato! A
callar, Tato! Se ha roto, Tato!, (le llama Tato al hermano). Si este ha sido su
aprendizaje imaginaos la semanita que me han dado los dos. A la niña le están
saliendo los colmillos, no quiere teta, le duele mucho a la pobre. Con
ibuprofeno y paracetamol a dosis máximas no se le quita, lo está pasando fatal,
y yo con ella. No poder consolar con teta es difícil! Pobrecita mía, espero que
se le pase pronto. Incluso hicimos el domingo un viaje a urgencias.
Hemos visto las procesiones, que
en mi pueblo son muy chiquititas, un par de imágenes dan la vueltecita y
vuelven a meterse en la iglesia. Aun así, a mí me gustan. Este año dejaron
momentos memorables. Como Parrulín preguntando cuando llegaban las carrozas y
que por qué los cucuruchos no lanzaban caramelos, mientras Xoubiña bailaba
salerosa con la banda municipal y cantaba cumpleaños feliz con cada vela que
veía.
He tenido que vaciar la casa de
mi madre, no completamente, pero la hemos puesto a la venta, he embalado todo
lo que había de valor y todas las fotos y objetos personales que no quería que
quedaran a la vista ante visitas de desconocidos. Nadie debería vaciar sola la
casa de una madre.
El viaje de vuelta ha sido peor
aún que el de ida y además me he ido directamente a currar al llegar. Hemos
cenado y hemos hecho varios viajes al cuarto de baño, tres vagones más allá,
como para unas prisas. He dormido un cuarto de hora, desde la 1 que conseguí
dormir a Xoubiña por fin hasta la 1:15 que se despertó y empezó a armar tal
escándalo que tuve que sacarla, la duermo en la cafetería, me voy al asiento,
se despierta y llora, así eternamente, aunque en esta ocasión además tenemos
acompañamiento a sus lloros con los maullidos de un gato facturado..
Desesperadita de la vida, a las 4 la puse en el carrito y la paseé por la
cafetería cerrada hasta que se durmió casi a las 5. El inconveniente era que no
podía volver a mi asiento y dejarla allí en la cafetería sola, así que he
pasado la noche sentada en una silla charlando con dos chicas insomnes, muy
majas, pero preferiría haber estado durmiendo la verdad.
Y por fin… vacaciones. Si, mis
vacaciones empiezan hoy. Mis vacaciones son ponerme a currar, porque es el
único momento en el que descanso de los niños. Eso sí, mejor tener mucho
trabajo que si no, me quedo dormida.
Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.
Ya lo siento nena...lo de viajar con niños es un deporte de riesgo!!
ResponderEliminarLo de vaciar la casa de tu mami...yo no hubiera sido capaz...
Muchos besos y a ver si en vuestro peazo puente de mayo descansas un poco mujer!!!
Aix...menuda movida...Siento especialmente lo de vaciar la casa. Sé lo duro que es, y si lo has hecho sola es más complicado. Un abrazote y bienvenida a la rutina.
ResponderEliminarjajaja, nosotros solo hicimos el sábado una excursión de un día a una gran ciudad, éramos dos adultos y la nena que es como la tuya y hemos dicho que no volvemos a meternos en estos líos hasta que por lo menos dentro de un año...
ResponderEliminarPobre! realmente pensé que en el tres te iría mucho mejor que en el autobús. Siento mucho lo de la casa de tu madre, debió de ser muy duro para ti.
ResponderEliminarUn beso!
Me imagino a xoubiña cantando el cumpleaños feliz con cada vela que veía y muero de amor :)
ResponderEliminarNo se que decirte con lo del viaje, a mi ya me pareces bastante valiente para atreverte siempre así que un diez para ti, con el tiempo irán llevándolo mejor seguro.
Lo de la casa de tu madre me parece de las cosas más duras que se pueden hacer, ojalá no te hubiera tocado hacerlo. Mucho ánimo cariño, con todo!!
Jajajaja, joe, qué horror! Y aún así sigues subiendo con los dos...valiente!
ResponderEliminarUfff madre mía, pero qué valiente que eres... Y al final, el año que viene te vero repitiendo experiencia jajaja.
ResponderEliminarPichu, se me ha encongido el corazon imaginandote ahi llenando cajas... :-( En cuanto al viaje, sin comentarios, que aguante tienes bonita!!!
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