Un admirador!

El otro día tuve que llevar a Xoubiña al cardiólogo, nada grave, pero entre lo lejos que estaba y lo preocupada que me tenía pasé una tarde malísima. Al salir de allí había una tienda-rastrillo de grandes marcas y me compré un vestido es-pec-ta-cu-lar! Costaba 114€ y ahora 19,90. Una pasada de vestido, rosa fucsia, entallado, preciosísimo. El primer vestido que me compro en dos años con en el que no se puede sacar una teta! Jajaja!

Me encantó nada más verlo pero no estaba segura de cómo me iba a quedar, me lo probé y me quedaba como un guante, como hecho a medida, me hacía mucho más delgada y era una pasada. No me fío de este espejo, a ver si va a tener truco. Salgo del probador y Xoubiña me dice “Mamá, qué bapa!” pero como eso me lo dice todos los días le pregunto a Parrulín “Estás muy guapa mamá, yo que tú me lo compraba” Uy qué pelotas estos dos, qué querrán. Había otro espejo en la tienda y sí, me seguía quedando igual de bien, así que me lo llevé.

Lo estrené al día siguiente, yo es que soy mucho de estrenar rápidamente, mi abuela siempre me decía riéndose “Sí hija sí, póntelo ya que existen las muertes repentinas!” Semejante vestido se merecía unos buenos taconazos, y una raya en el ojo. Me fui a currar hecha un pincel. En el metro la gente me miraba y en esta ocasión no era por estar cosiendo un vestido para la nena, si no por guapa. Por la calle me miraban y en la empresa me miraban. Desde ese día me ha salido un admirador! Jajajaja!

Al día siguiente, que iba vestida normalita, se sube conmigo un chico en el ascensor del trabajo y mantenemos la siguiente surrealista conversación:

- Qué? Te ha dado mucho la lata E hoy?

- Perdón?

- Sí, E, como te vas a desayunar siempre con ella.

- Pues mira, sí, voy a desayunar con ella porque me cae bien.

- No, sí a mí también.

Y se va. Yo me quedo toda extrañada y se lo cuento a E. He ido con un chico en el ascensor que me ha dicho que si me dabas mucho la lata, me he quedado flipada, y además ni lo conozco. Era jovencito, feo y llevaba una camiseta amarilla.

La otra se parte de risa y me dice que sí, que nada más bajarse del ascensor ha ido a verla y le ha contado que ha coincidido conmigo en el ascensor, que ha intentado ligar pero que le ha salido mal. Ahora soy yo la que se parte de risa. Eso era ligar? Haber avisado! Jajaja! Le ha estado preguntando por mí desde el día del vestido rosa ¿Tiene novio, marido o algo? Y mi amiga le ha dicho que sí, que tengo “un algo” y dos niños pequeños. Jajaja!

La verdad es que me ha hecho ilusión, no sabía yo que podía tener un admirador a estas alturas de mi vida. No me interesa el chico el cuestión, ni ese ni ningún otro, pero saber que le gustas a alguien siempre sube la autoestima, no? Eso y una chatarrería por la que paso camino del metro que gritan guapa! a todas las chicas que pasan, sin excepción.

El otro día hablaba con unas amigas y decía una de ellas que se iba a volver polígama. Yo digo qué pereza me da, por favor, ni loca empezaba yo un rollito ni nada por el estilo. Soy una mujer casada, no nos casamos “hasta que la muerte nos separe” que nos sonaba como un tanto gore, nosotros nos casamos “para toda la eternidad” y espero que no sea algo de lo que al final me termine arrepintiendo, me imagino a mi santo ahí saltando entre las nubecitas y preguntándome ¿Dónde has dejado esto? ¿No lo habrás tirado? Jajajaja! No soy infiel porque le quiero todavía pero creo que sobre todo no soy infiel porque me da una pereza tremenda…

Pero eso de tener un admirador en el curro, pues mola, no voy a decir que no. Acabo de subir a por una coca a la máquina y ha interrumpido su conversación y se me ha quedado mirando con cara de bobo. El pobre chico es feo, pobrecito mío, muy torpe para ligar, y bien vestido tampoco se puede decir que vaya. No sé si eso de tener “un algo” y dos niños pequeños le habrá espantado y tampoco es que tenga nada que hacer conmigo, pero me hace ilusión, qué tontería, me sube la autoestima y me hace sentirme mejor.

Y todo esto me ha hecho recordar la canción de Cecilia Un ramito de violetas, qué bonita canción.

(…)
Desde hace ya más de tres años
Recibe cartas de un extraño
Cartas llenas de poesía
Que le han devuelto la alegría

Quien la escribía versos dime era
Quien la mandaba flores por primavera
Quien cada nueve de noviembre
Como siempre sin tarjeta
La mandaba un ramito de violetas

Y cada tarde al volver su esposo
Cansado del trabajo la mira de reojo
No dice nada porque lo sabe todo
Sabe que es feliz, así de cualquier modo
Porque él es quién le escribe versos
Él, su amante, su amor secreto
Y ella que no sabe nada
Mira a su marido y luego calla

Ay Dios! Qué antigua soy, qué mayor me estoy haciendo… y qué poco costaría hacer feliz a una mujer...

Mamá de Parrulín y de Xoubiña, antigua.

Otro día más.

Sean buen@s y felices.