¿Cómo hacer que dos hermanos se lleven bien?

¿Cómo hacer que dos hermanos se lleven bien? Pues ni idea. Si buscabas en esta entrada la fórmula secreta para hacerlo no está, pero si la tienes ponla en los comentarios por favor, que me interesa mucho.

Nunca me he llevado muy bien con mis hermanos. Mal tampoco, sólo que estamos bastante distanciados y somos los tres muy diferentes. Mi hermano y yo nos llevamos apenas un año, de pequeños nos peleábamos mucho, cosas de niños, y mi hermana por aquello de ser tres años mayor que yo siempre estuvo más alejada. De mayores cada uno hace su vida, procuro que nos veamos un día los fines de semana, que no siempre es posible, pero aun así somos bastante despegados. Como ejemplo diré que estas vacaciones mi hermana se ha roto un brazo y me he enterado tres días después, pero en fin, así somos y esta es mi familia.

A mi madre eso le daba mucha pena. Tenéis que estar unidos, van a ser ellos los que estén contigo cuando yo falte, decía. Y creo que siempre le dolió ver lo poco unidos que estábamos. Hemos tenido una infancia y adolescencia complicada y supongo que cada uno buscó su propia vía de escape en lugar de hacer piña. Insisto en que no nos llevamos mal, pero cada uno tiene su vida y sus circunstancias y somos muy diferentes. Mi hermana es la mayor, es más inteligente, más cuadriculada, más cerebral, mi hermano es el pequeño y es más deportista, más tímido, más retraído y yo soy más expresiva, más emotiva, más sentimental. Tres del mismo vientre pero no del mismo temple, que decía mi sabia abuela.

Para mí era importante que mis hijos se llevaran bien y me preocupaba no saber cómo hacerlo. Sea lo que sea que estemos haciendo, parece que lo estamos haciendo bien. Parrulín y Xoubiña se adoran mutuamente. Están siempre pendientes el uno del otro. Es cierto que Parrulín la agobia muchas veces y que da igual con lo que esté jugando ella él siempre se lo quita con alguna excusa. En ocasiones es al revés, si está Parrulín jugando con los playmobil no quiere que ella le quite ningún juguete o le desordene la batalla, pero en general es él el que la lía.

Dos niños que juegan juntos inevitablemente se pelean y los míos no están a besos todo el día, se suelen pelear por el mismo juguete. Parrulín se ve obligado a ceder en muchas ocasiones y Xoubiña puede chincharle mucho en un momento dado. Y la niña sí le ha dado más de una vez, o le ha pellizcado, o mordido ligeramente, o tirado del pelo. Él se enfada y le grita “No se pega a Tato!” pero jamás, jamás, le ha pegado, como mucho le ha podido dar un grito pero nunca un empujón o un manotazo, dice que él nunca pegaría a su hermana y de verdad espero que así sea.

Un día estaba Xoubiña jugando por el salón y Parrulín la seguía con la mirada pensativa. Le pregunto qué está pensando y me dice que muchas veces se queda mirando a su hermana y pensando qué será de su futuro, que le preocupa mucho. Me impresionó esa respuesta de un niño de seis años. Pero hijo ¿qué te preocupa exactamente? “Pues… que pueden pasarle muchas cosas malas, y yo no quiero que le ocurra nada malo” Le estuve explicando que sí, que podían pasar cosas malas en la vida, pero que mi deber como madre y el suyo como hermano era procurar que no le pasara nada malo ahora que era un bebé y enseñarle y darle las herramientas necesarias para poder afrontar las cosas malas que le puedan ocurrir cuando sea adulta. Parece que le convenció la explicación y se quedó más tranquilo pero como le conozco sé que en cualquier momento volverá con este tema.

Más de una vez me ha dicho Parrulín que su hermana era el mejor regalo que podía haberle hecho. Es una frase que le decía yo mucho cuando estaba embarazada y también cuando era recién nacida, quería que comprendiera que era un bebecito chiquitín que me necesitaba todo el tiempo pero que después sería su hermana, su amiga y su compañera durante el resto de su vida. Es curioso ver como a veces se le queda grabado algo que le has dicho hace mucho, mucho tiempo y de repente te lo recuerda en el momento más oportuno.

La pequeña le adora, siempre quiere hacer lo que esté haciendo él, repite todo lo que dice su hermano mayor. Cuando se levanta por las mañanas lo primero que me dice es “A despetá a Tato!” y se va corriendo a la habitación de él. Por las noches lo mismo, vamos a dormir cariño “A domí con Tato!” No, a dormir con Tato no, a dormir con mamá! Tengo que insistir bastante hasta que acepta “A domí con mamá teta” Y ya se viene conmigo a la habitación, el día que no quiera teta se quedará con su hermano muy feliz, seguro.

El primer día de cole de Parrulín le recogí a él primero y luego fuimos juntos a recoger a la niña a la guarde. Nada más verle Xoubiña se volvió como loca “Tato! Tato!” corriendo a sus brazos a abrazarle. Llevaban casi tres meses sin separarse, o estábamos de vacaciones o iban los dos a la guarde, siempre juntos. Se tiraron al suelo los dos en un enorme abrazo y no quería despegarse del hermano para venir conmigo por nada del mundo, casi veinte minutos estuvieron ahí en el suelo abrazándose.

Me encanta verlos tan unidos, espero que les dure para siempre. Me encanta la cara con la que se miran, me encanta verlos jugando juntos y haciéndose bromas. Me gusta mucho ver como Xoubiña me pide los yogures de dos en dos para darle otro a su hermano y ver como Parrulín es capaz de compartir sus chuches, galletas o palomitas con ella o el día que le perdió la pelota a la niña fue corriendo a comprarle otra con su dinero.

Los niños aprenden lo que viven, que dice un poster que tenemos en casa, y en la casa de Galicia, y en el cole de Parrulín y… hasta ayer en el cardiólogo! Si un niño vive con amor y respeto aprende a amar y respetar. Supongo que debe de ser eso lo que estamos haciendo bien y me alegro infinitamente por ello. Y me alegro tanto que vuelvo a poner la foto del póster!

Mamá de Parrulín y de Xoubiña.

Otro día más.

Sean buen@s y felices.