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jueves, 22 de marzo de 2012

Tartas y velas, por la vida y la primavera

¿Y cómo dices que empezó la primavera? Pues nevando, al menos en Madrid caían unos copitos, que no servían para nada, salvo para hacerse ilusiones. Pero oye, fue pasarme la mañana mirando de reojo a la ventana a ver si cuajaba o no. Tan entretenida andaba yo con el asunto meteorológico, cual Mario Picazo aficionado, que se me pasó el tiempo volando (o nevando, je, je)
Me extrañaba que mis taradas preferidas estuvieran tan calladitas, miro el teléfono y no tengo ni un triste wachap, me extrañaba que mi madre no llamara porque tenía médico, pero la mayoría de las veces se retrasan un montón y nunca se sabe cuándo va a entrar a la consulta.
Llegan las dos de la tarde, ya se me hace raro, raro, raro, miro el teléfono y nada, lo miro mejor y dice sin cobertura ¿Cuánto tiempo lleva así? Ni idea. Apago, enciendo, vuelvo a apagarlo, encenderlo. Nada, hasta aquí hemos llegado teléfono mío. Pobre, ha sido un valiente, el televosono, que dice Parrulín.
Le quito la tapa para quitar la batería y que se reinicie y oh! Sorpresa! El interior del teléfono está lleno de leche seca, de la cantidad de veces que se le ha caído un poco de leche, gota a gota resulta que está hecho un desastre ¿Cómo va a funcionar así? Imposible. Lo limpio un poco. Descubro que sí tengo tarjeta de memoria. Andá! Y yo que iba a comprarme una! Oye, qué ilusión! Sigo limpiando. Trata de encenderte, por Dios, trata de encenderte! Se enciende, se enciende! Yuju! 182 wachap y 3 llamadas perdidas de mi madre. Joooer! ¿Cuánto tiempo lleva así?
Tres llamadas perdidas es muchísimo para ella, así que la llamo inmediatamente y un poco asustada. Ha estado en el médico por la mañana, le habían hecho un TAC la semana pasada, el médico le dice que está totalmente limpia y que disfrute de la vida!!! Termino llorando y mi madre también. Es una noticia que no creí que fuera posible, estoy tan emocionada que lloro durante horas, se me caen las lágrimas solas. Mando wachaps ahora que sí funciona, mando mails con la noticia, sigo llorando y más de una amiga llora conmigo también en la distancia.
Al recoger a Parrulín en el cole le digo que vamos a hacer una fiesta para celebrar que la abuela ya está buena y él decide que mejor dos fiestas, que tenemos que celebrar que duerme en su camita de mayor. Hecho! Pasamos por la pastelería para comprar una tartita para celebrarlo, yo la quiero de chocolate, pequeñita, y él de hojaldre, pequeñita también, nos llevamos las dos! Haz lo que quieras cariño, un día es un día.
Al llegar a casa de la abuela le da el paquete, “Es una sorpresa, abuela, son dos tartas!” Vaya sorpresa! Como si no se lo imaginara al ver el envoltorio! Las pone en una fuente y Parrulín sale corriendo a la cocina y vuelve con una vela del número 3. ¿Dónde estaba eso? Fijo que si la busco, no la encuentro. Para Parrulín no hay fiesta posible sin cantar el cumpleaños feliz, así que lo cantamos unas tres o cuatro veces, por él, por la abuela, por mí ¿? y por las mascotas, que por lo visto estaban de cumpleaños ¿? Termino llorando y mi madre también.
No os había contado que ahora tenemos diez mascotas, Rufus, el bebé rinoceronte bueno, sigue fiel a nuestro lado, pero se nos han ido sumando más. La última, que me hace mucha gracia, es un cuerpoespín, que no hay manera que diga puercoespín el hombre! De vez en cuando es su cumpleaños, cumplen todas el mismo día, ayer por lo visto tocaba otra vez, debe de ser el tercer o cuarto cumpleaños este mes.
Mi tartita era un hojaldre con dulce de leche y chocolate, estaba de muerte sin ser demasiado empalagosa, la de Parrulín es un hojaldre de crema con yema tostada y azúcar glas por encima. Se niega a probarla pero le encanta untar el dedo y chupar el azúcar glas. Haz lo que quieras cariño, un día es un día. Además de la vela en la tarta de chocolate a la otra le clava una pinza de la ropa, porque no ha encontrado otra vela, pinza de la ropa que por cierto luego chupa. Clava la pinza en la tarta y la chupa. Repetidamente. Si le das una cuchara se niega, dice que no le gusta la tarta. Haz lo que quieras cariño, un día es un día. A la abuela no le apetece tarta, no importa. Lo que importa es estar juntos y poder celebrarlo.
Cuando miro la vela con el número 3 y pienso que en julio nos dijeron que le quedaban 3 meses de vida, me parece increíble. Lo que hemos pasado en todo este tiempo. Lo dura que ha sido la quimio para ella. Las idas y venidas al hospital, la búsqueda de otro médico, de otra oportunidad, los ingresos, las noches pasadas en el sillón del hospital, las noches en aislamiento, el tiempo en la uci, pasar por todas las fases, la negación, el enfado, la negociación, la depresión, la aceptación…
La operación fue tremenda, pobrecita mía, que le dieron un tremendo tajo de arriba abajo. Mamá, vaya cicatriz, si abren un poco más te podíamos hacer a la plancha, como las cigalas! Ay Parulina, qué bruta eres, y se ríe. Verla reír es la mejor de todas las noticias. Verla feliz es lo mejor de esta primavera. Verla a mi lado es el mejor de todos los regalos. Termino llorando y mi madre también. Estoy escribiendo el post y se me siguen cayendo las lágrimas. Joder Mecachis con las hormonas!
Se puede volver a reproducir, seguramente sí, pero como eso no lo sabemos vamos a disfrutar de la vida y del día a día, de ver cómo le crece el pelo y cómo cada vez tiene más fuerza y más ánimo para todo.
Un día más y un motivo más para cantar mi canción favorita “Gracias a la vida que me ha dado tanto, me ha dado la risa y me ha dado el llanto, así yo distingo dicha de quebranto, los dos materiales que forman mi canto, y el canto de ustedes que es el mismo canto, y el canto de todos que es mi propio canto…” Y os dejo con esta hermosa canción: http://www.youtube.com/watch?feature=youtube_gdata_player&v=WyOJ-A5iv5I Qué grande Mercedes Sosa!
PD Hace días que Parrulinchi se manifiesta y da pataditas, mini pataditas, pero pataditas al fin y al cabo. Manifiéstate Parrulinchi! Manifiéstate! Habéis visto? Ja, ja!
Mamá de Parrulín y Parrulinchi.
Otro día más. Buen jueves!
Sean buen@s y felices.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Cumpleaños por sorpresa



Ayer empezó mal el día, aunque para algunos peor que a mí, y fue mejorando a lo largo del día, especialmente cuando recogí a Parrulín del cole, que vino enseguida a mis brazos. Parece que la adaptación a dejar el cole, que era la única adaptación que necesitaba, va mejorando. Ahora viene cuando llego, igual tarda un poquito en aparcar la moto y ponerle el papel para que no le pongan una multa (que sí, que lo hace), pero viene en cuanto le llamo. Pasamos por el inevitable momento de la fuente y de salir de allí empapados, gracias a la ayuda del conserje que si no, no salíamos, y nos fuimos a casa.
Estábamos entrando por el portal cuando Parrulín se acordó, de repente, de una cosa. “Mamá, estoy pensando en una cosa” Pues sí, mi amor, tienes cara de estar pensando ¿en qué piensas? “En algo muy, muy importante” Ah, pues yo lo quiero saber, ¿me lo cuentas? ¿qué es eso tan importante? “Pos, que hoy es el cumpleaños del bebé rinoceronte bueno” ¿De Rufus? No me digas! Pues muchas felicidades.
“Mira, acarícialo” y me lo da en la mano, imaginariamente, claro. Lo acaricio profusamente (Nota mental: ¿Puedo decir aquí profusamente?) “Y dale un besito, que es su cumple” Claro, felicidades, y le dí un montón de besos a Rufus. ¿Tú también quieres besos, cariño? “Si hombre, cómo no, los que quieras” Así que entramos en casa repartiendo besos entre Parrulín y el bebé rinoceronte bueno.
“Mamá, se nos ha olvidado una cosa” ¿El qué, cariño? “Pos que no hemos comprado velas para el cumpleaños!” Vaya, ¿y ahora qué hacemos? “Voy un momentito a comprarlas, un minuto mamá” y sale corriendo hacia la puerta. Eh, no puedes salir de casa solito, ya lo sabes. Así que sale corriendo hacia una esquina del salón, finge que compra unas velas y me las da en la mano, imaginariamente, claro.
Genial, ya tenemos velas, pero ahora Parrulín nos falta la tarta. “Es verdad, la tarta! Fresa o chocolate?” Mmmm… a mí me gusta más el chocolate pero no sé qué le gustará más a Rufus. “El chocolate, también, como a ti” ¿La compramos o la hacemos? “Muy bien mamá, muy buena idea, así me gustan a mí las mamás, la hacemos” De acuerdo, pues hazla en la cocinita y me avisas, que tengo que sacar la lavadora.
“Mamaaaaaa, ya” Ala, qué buena pinta tiene, parece deliciosa. “Mira, ha venido la mamá del bebé rinoceronte bueno” (Ups, si yo pensaba que era su mamá, ahora resulta que no, qué chasco) Encantada señora rinoceronte buena ¿se dice así Parrulín? Es que no sé cómo se llama la mamá. “Se llama Rufus también” Cachis, tenía que haberlo imaginado!
He buscado información sobre amigos imaginarios, por saber si es normal a esta edad o es el reflejo de algún tipo de carencia. Obviamente en muchas ocasiones lo que Rufus quiere está expresando qué es lo que quiere él. Mi actitud ha sido siempre la de participar en su juego, he abierto las puertas de mi casa al bebé rinoceronte bueno, en ocasiones incluso a cuatro bebés rinocerontes buenos y tal día como ayer celebramos el cumpleaños de Rufus.
Mi bebé y yo dice lo siguiente: 

“Se trata de una etapa fundamental del desarrollo, por lo que es importante respetarla sin seguirle el juego ni intentar introducirse en su mundo. El amigo imaginario es una figura a la que conviene no dar demasiada importancia.” Se supone que lo ha escrito un psicólogo. Yo no soy psicóloga, pero me niego a no seguirle el juego ni participar en ello. Igual que participo en sus juegos de construcciones o en lo que se tercie. Dado el carácter de mi hijo tener un amigo imaginario, aunque sea un rinoceronte, no supone que su comportamiento con los otros niños siga siendo igual de extrovertido que cuando no teníamos a Rufus. Seguiremos con el juego cuando él quiera independientemente de lo que diga el psicólogo este.
Otro día más.
Sean buen@s y felices!