miércoles, 17 de junio de 2015

En busca de la cordura perdida


Yo sé que la cordura nunca ha sido una de mis mejores cualidades, sueño despierta con ser una mujer de esas equilibradas, responsables e impecablemente vestidas en todas las ocasiones, pero también me encantaría medir 10 cm más, pesar 10 kilos menos, dormir 10 horas más, ganar 10 veces más… En fin, toda una serie de cosas que asumo que a mi edad ya son imposibles de conseguir, y no sólo eso sino que cada vez mediré menos por un extraño achaparramiento progresivo típico de mi familia (paterna), pesaré más por un extraño ensanchamiento de caderas típico de mi familia (materna), dormiré menos (todavía?), ganaré lo mismo (aquí sí que tengo que decir Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy!), etc…
Dejando aparte la lista de mis múltiples defectos físicos que no tienen remedio, hoy me centro en mis problemas mentales. Aunque que me he definido como una descerebrada en multitud de ocasiones de cuando en cuando la cordura aparecía fugazmente en mi vida, en los momentos más inesperados, y casi nunca cuando más la necesitaba, pero de vez en cuando venía, me saludaba, y se volvía a marchar por donde había venido.
Pero últimamente ni viene ni se la espera, el nivel de cordura de mi cerebro está en un nivel alarmantemente bajo, si cierro los ojos (y no me quedo dormida inmediatamente) incluso me parece ver una luz parpadeante roja. Al principio me asustaba ver esa luz, como cuando se enciende una luz del coche y entras en pánico hasta que encuentras en el libro de instrucciones que sólo se trata de una luz fundida o entras en pánico, lo llevas al taller, y entras directamente en barrena al descubrir que tienes que cambiar el embrague.
Hace un par de semanas que mi cordura ha desaparecido por completo, he puesto carteles por el barrio, lo he anunciado en mis perfiles de las redes sociales, he llamado a Paco Lobatón (que resulta que es primo del amigo de un amigo que conocía a… bueno, da igual) y no aparece. Mis ingresos no dan para mucho pero estoy tan desesperada que he llegado incluso a ofrecer una recompensa para quien la encuentre o me proporcione alguna pista que conduzca a su paradero.
Y dónde se ha ido la última rayita de batería del cargador de mi cordura? Mmmm… podría decir que por el wáter, pero en realidad la respuesta es justo, justo la contraria.
Me encuentro inmersa en mi segunda operación pañal, con dos años y diez meses, que no está mal, hace algo más de una semana que acordamos quitarle el pañal a la pequeña Xoubiña. A pesar de llevar pañal hacía todos los pises en el baño y estaba deseando ir en braguitas a la guarde como sus amigas, porque ha sido de las últimas en dejarlo. Entre la profe de la guarde y yo creímos que estaba preparada y nos lanzamos a la aventura de la operación pañal. La niña estaba mentalizada e ilusionada, pero preparada, lo que se dice preparada… no lo tengo tan claro.
“Dos del mismo vientre pero no del mismo temple” Parrulín dejó el pañal a los dos años y medio, en pleno mes de enero, no lo pedía y se negaba terminantemente a hacerlo en el baño, pero su profe me insistió que estaba preparado y accedí porque soy una descerebrada, pero salió bien la cosa. El primer día se hizo pis una vez y nunca más. Con estos antecedentes esta descerebrada se las prometía muy felices, pero no, nada más lejos de la realidad.
Mira que realicé toda la parafernalia previa que se me ocurrió, compramos braguitas de Peppa Pig (el no va mas de las niñas de hoy en día), braguitas de la Doctora Juguetes, braguitas de Hello Kitty, braguitas de Minnie Mouse, braguitas de los 101 dálmatas… No hemos comprado 101 braguitas, pero por ahí anda. Xoubiña encantada de la vida con sus braguitas, le encanta enseñar a todo el mundo el color y dibujo de las bragas que lleva. “Teno unas baguitas de la Hello Kitty!” Niña! No te subas el vestido en público que no hace falta! La Hello Kitty? Como que LA Hello Kitty! Que no se pone un pronombre personal delante de un nombre! Pero no hay manera, ni que deje de enseñar las bragas ni que deje decir LA, y no sé cuál de las dos cosas me incomoda más todavía!
Xoubiña ha pasado de hacer todos los pises en el baño a pesar de llevar pañal a no hacer ni uno sólo a pesar de no llevarlo. También hacemos toda la parafernalia posible para ir al baño, incluido sentarnos allí un montón de rato, cantamos canciones sentadas en el wáter, gritamos las dos juntas a coro “Pis, ven!”… y nada de nada. Ella finge que hace el esfuerzo, finge que aprieta pero lo único que aprieta son los ojos y la boca, y pasamos tanto tiempo en el baño que me planteo empezar a echarle crema en los ojos para evitar que le salgan patas de gallo. Hasta que se cansa de intentarlo, se encoge de hombros y dice “No sale, mamá, no sale, pero no pasa nada!” se limpia un pis que no ha hecho con medio rollo de papel higiénico y se marcha tan contenta.
Pero es que además es perfectamente consciente de que va a hacerlo, porque esté donde esté se para, abre bien las piernas y se lo hace. Le da igual que sea en el sofá, en el suelo, en casa de su yaya, en la bolera en el cumple del hermano, en la guarde, en el parque… Pero Xoubiña por qué te has hecho pis en el suelo? Se encoge de hombros y dice “Pero no pasa nada, no lo voy a hacer más mamá, te pometo que no lo voy a hacer más”. Eso me lo dice varias veces al día. Por qué no haces pis en el baño? Se encoge de hombros y dice “Pues poque no quiero”. Así, directamente, con dos narices la niña! Además de patas de gallo esta operación pañal le va a ocasionar una contractura de hombros de las que no se van con Dalsy y la voy a tener que llevar a un buen fisioterapeuta para que me la arregle.
Solo hay una decisión que tengo clara y es que no hay marcha atrás, tarde lo que tarde y cueste lo que cueste no vuelvo a ponerle pañal más que para la siesta y para dormir, que será otra batalla, pero no hay prisa para ello.
Lo que no tengo claro es si volveré a recuperar la cordura, la última vez que la vimos llevaba una camiseta de rayas (manchada de babas), unos pantalones demasiado grandes para su talla actual, un bolso cargado hasta los topes de cosas de dudosa utilidad y un montón de bragas de repuesto, pero había olvidado ponerse pendientes e incluso peinarse, se ofrece recompensa a quien la encuentre o pueda darme una pista que conduzca a su paradero.
Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.

2 comentarios:

  1. HOla. tienes toda la razón que dos hijos de los mismos padres y tan diferentes... tienes que tener paciencia porque si con el primero fue relativamente fácil de la peque te va costar más. De todas formas haces bien. Ahora no puedes dar marcha atrás y regresar al pañal. La suerte es que como te pilla en verano es menos trabajo porque ya no lleva pantis.. y si encuentras tu cordura avisa que la mía hace años que también la perdí... seguimos en contacto

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  2. Mi recomendacion es que busques en ebay o en amazon la cordura. Y si tenemos suerte y hay 2x1 me avisas!! Llevo 8 cumples en lo que va de mes (2 de ellos de mis niños). Mira la parte positiva: a Xoubiña la puedes llevar con vestido y con suerte, solo cambias bragas y calcetines! Por lo menos sentido del humor aun te queda.
    Besos supermama

    Amaya

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