Yo sé que la cordura nunca ha sido una de mis mejores
cualidades, sueño despierta con ser una mujer de esas equilibradas, responsables
e impecablemente vestidas en todas las ocasiones, pero también me encantaría
medir 10 cm más, pesar 10 kilos menos, dormir 10 horas más, ganar 10 veces más…
En fin, toda una serie de cosas que asumo que a mi edad ya son imposibles de
conseguir, y no sólo eso sino que cada vez mediré menos por un extraño achaparramiento
progresivo típico de mi familia (paterna), pesaré más por un extraño ensanchamiento
de caderas típico de mi familia (materna), dormiré menos (todavía?), ganaré lo
mismo (aquí sí que tengo que decir Virgencita, Virgencita, que me quede como
estoy!), etc…
Dejando aparte la lista de mis múltiples defectos físicos
que no tienen remedio, hoy me centro en mis problemas mentales. Aunque que me
he definido como una descerebrada en multitud de ocasiones de cuando en cuando la
cordura aparecía fugazmente en mi vida, en los momentos más inesperados, y casi
nunca cuando más la necesitaba, pero de vez en cuando venía, me saludaba, y se
volvía a marchar por donde había venido.
Pero últimamente ni viene ni se la espera, el nivel de
cordura de mi cerebro está en un nivel alarmantemente bajo, si cierro los ojos
(y no me quedo dormida inmediatamente) incluso me parece ver una luz
parpadeante roja. Al principio me asustaba ver esa luz, como cuando se enciende
una luz del coche y entras en pánico hasta que encuentras en el libro de
instrucciones que sólo se trata de una luz fundida o entras en pánico, lo
llevas al taller, y entras directamente en barrena al descubrir que tienes que
cambiar el embrague.
Hace un par de semanas que mi cordura ha desaparecido por
completo, he puesto carteles por el barrio, lo he anunciado en mis perfiles de
las redes sociales, he llamado a Paco Lobatón (que resulta que es primo del
amigo de un amigo que conocía a… bueno, da igual) y no aparece. Mis ingresos no
dan para mucho pero estoy tan desesperada que he llegado incluso a ofrecer una
recompensa para quien la encuentre o me proporcione alguna pista que conduzca a su paradero.
Y dónde se ha ido la última rayita de batería del cargador
de mi cordura? Mmmm… podría decir que por el wáter, pero en realidad la
respuesta es justo, justo la contraria.
Me encuentro inmersa en mi segunda operación pañal, con dos
años y diez meses, que no está mal, hace algo más de una semana que acordamos
quitarle el pañal a la pequeña Xoubiña. A pesar de llevar pañal hacía todos los
pises en el baño y estaba deseando ir en braguitas a la guarde como sus amigas,
porque ha sido de las últimas en dejarlo. Entre la profe de la guarde y yo
creímos que estaba preparada y nos lanzamos a la aventura de la operación
pañal. La niña estaba mentalizada e ilusionada, pero preparada, lo que se dice
preparada… no lo tengo tan claro.
“Dos del mismo vientre pero no del mismo temple” Parrulín
dejó el pañal a los dos años y medio, en pleno mes de enero, no lo pedía y se
negaba terminantemente a hacerlo en el baño, pero su profe me insistió que
estaba preparado y accedí porque soy una descerebrada, pero salió bien la cosa.
El primer día se hizo pis una vez y nunca más. Con estos antecedentes esta
descerebrada se las prometía muy felices, pero no, nada más lejos de la
realidad.
Mira que realicé toda la parafernalia previa que se me
ocurrió, compramos braguitas de Peppa Pig (el no va mas de las niñas de hoy en
día), braguitas de la Doctora Juguetes, braguitas de Hello Kitty, braguitas de Minnie
Mouse, braguitas de los 101 dálmatas… No hemos comprado 101 braguitas, pero por
ahí anda. Xoubiña encantada de la vida con sus braguitas, le encanta enseñar a
todo el mundo el color y dibujo de las bragas que lleva. “Teno unas baguitas de la Hello Kitty!” Niña! No te subas el
vestido en público que no hace falta! La Hello Kitty? Como que LA Hello Kitty!
Que no se pone un pronombre personal delante de un nombre! Pero no hay manera,
ni que deje de enseñar las bragas ni que deje decir LA, y no sé cuál de las dos
cosas me incomoda más todavía!
Xoubiña ha pasado de hacer todos los pises en el baño a
pesar de llevar pañal a no hacer ni uno sólo a pesar de no llevarlo. También
hacemos toda la parafernalia posible para ir al baño, incluido sentarnos allí
un montón de rato, cantamos canciones sentadas en el wáter, gritamos las dos
juntas a coro “Pis, ven!”… y nada de
nada. Ella finge que hace el esfuerzo, finge que aprieta pero lo único que
aprieta son los ojos y la boca, y pasamos tanto tiempo en el baño que me
planteo empezar a echarle crema en los ojos para evitar que le salgan patas de
gallo. Hasta que se cansa de intentarlo, se encoge de hombros y dice “No sale, mamá, no sale, pero no pasa nada!”
se limpia un pis que no ha hecho con medio rollo de papel higiénico y se marcha
tan contenta.
Pero es que además es perfectamente consciente de que va a
hacerlo, porque esté donde esté se para, abre bien las piernas y se lo hace. Le
da igual que sea en el sofá, en el suelo, en casa de su yaya, en la bolera en
el cumple del hermano, en la guarde, en el parque… Pero Xoubiña por qué te has
hecho pis en el suelo? Se encoge de hombros y dice “Pero no pasa nada, no lo voy a hacer más mamá, te pometo que no lo voy
a hacer más”. Eso me lo dice varias veces al día. Por qué no haces pis en
el baño? Se encoge de hombros y dice “Pues
poque no quiero”. Así, directamente, con dos narices la niña! Además de
patas de gallo esta operación pañal le va a ocasionar una contractura de
hombros de las que no se van con Dalsy y la voy a tener que llevar a un buen fisioterapeuta
para que me la arregle.
Solo hay una decisión que tengo clara y es que no hay marcha
atrás, tarde lo que tarde y cueste lo que cueste no vuelvo a ponerle pañal más
que para la siesta y para dormir, que será otra batalla, pero no hay prisa para
ello.
Lo que no tengo claro es si volveré a recuperar la cordura, la
última vez que la vimos llevaba una camiseta de rayas (manchada de babas), unos
pantalones demasiado grandes para su talla actual, un bolso cargado hasta los
topes de cosas de dudosa utilidad y un montón de bragas de repuesto, pero había olvidado
ponerse pendientes e incluso peinarse, se ofrece recompensa a quien la
encuentre o pueda darme una pista que conduzca a su paradero.
Mamá de Parrulín y de Xoubiña.
Otro día más.
Sean buen@s y felices.
HOla. tienes toda la razón que dos hijos de los mismos padres y tan diferentes... tienes que tener paciencia porque si con el primero fue relativamente fácil de la peque te va costar más. De todas formas haces bien. Ahora no puedes dar marcha atrás y regresar al pañal. La suerte es que como te pilla en verano es menos trabajo porque ya no lleva pantis.. y si encuentras tu cordura avisa que la mía hace años que también la perdí... seguimos en contacto
ResponderEliminarMi recomendacion es que busques en ebay o en amazon la cordura. Y si tenemos suerte y hay 2x1 me avisas!! Llevo 8 cumples en lo que va de mes (2 de ellos de mis niños). Mira la parte positiva: a Xoubiña la puedes llevar con vestido y con suerte, solo cambias bragas y calcetines! Por lo menos sentido del humor aun te queda.
ResponderEliminarBesos supermama
Amaya