Cosas que me pasan

Tengo un don, lo sospecho, pero no un don de esos que molan, de los útiles, no un don como mover las cosas con la mente, ni tele transportarme, ni hacer explotar las cosas, ni tener premoniciones ni nada de eso. Tengo un don para que se me acerque gente rara y me ocurran cosas absurdas. Me ha pasado toda la vida! Voy a hacer un resumen de cosas que sólo me pasan a mí de esta semana. Ojo, que estamos sólo a miércoles!!!!

Iba cosiendo el disfraz de Halloween de Parrulín en el metro, en el ascensor del metro concretamente, poniéndole unos murciélagos de fieltro rojo en la sudadera negra de vampiro-demonio cuando se me queda mirando un chico como de mi edad y me dice Ojalá fueras mi hermana. Perdón? Que coses muy bien, que parece que está hecho a máquina. Yo le pido a mi hermana que me eche un remache y lo hace fatal. Ya, es que los remaches es lo que tienen. No se me ocurre otra cosa que responderle. Un remache? Me parto de risa. Su hermana, me alivia, por lo menos no ha dicho su madre, que sería peor!

Ayer me quedaba una puntada de nada de uno de los murciélagos (que lleva varios) cuando salí del metro y me senté un momentito en un banco a rematarlo. Estaba un chico jovencito al otro lado del banco. Qué es eso? Eh… el disfraz de Halloween. No, lo que llevas en el dedo. Un dedal. Y para qué sirve? Para empujar la aguja. Mi madre en Rumanía no usa dedal, no existe. Ah… Yo soy de Rumanía. Ya, ya. No tengo trabajo. Está mal la cosa, sí. Pero yo no robo, eh, no robo! Mejor, mejor. Y me marcho, siempre me sorprende la gente que presume de no robar. Yo tampoco! Pues debería de ser lo normal, no? Bueno, lo normal entre la gente normal, no vamos a hablar de políticos, ni tonadilleras, ni yernos, ni otros personajes de la farándula.

Otro incidente con la costura, que esto de coser en transporte público da mucho juego, menos para ligar o para que te cedan el asiento, sirve para todo. Me pregunta una chica No te pinchas? No, estoy acostumbrada (aunque algún picotazo me llevé al principio, eso sí) Y no pinchas a nadie? Pues… de momento no, espero seguir así. Y no te dan ganas a veces? Si yo tuviera una aguja… Pues… se me ha pasado por la imaginación alguna vez, sí, pero nunca lo he hecho. Y me quedé pensando si la gente tendrá miedo que yo le pinche, y si es que sí si tendrán más miedo a que les pinche sin querer o a que les pinche queriendo, y me quedé pensando también si tendré cara de pincha culos aficionada.

Voy con los niños por la calle y me encuentro a una vecina de casa de mi madre. Yo a este niño lo conozco. Sí, somos vecinos (pero no me escucha la mujer, sigue charlando conmigo pero como si fuera sola porque no me da opción a responder) Yo soy muy buena fisonomista. (Ahí creo que sí sabe quiénes somos, pero lo de buena fisonomista era una pista falsa) Este niño está en una foto del escaparate de una tienda. Eh… no (vuelvo a decirle que somos vecinos pero tampoco escucha). Sí mujer, en el escaparate de fototiendas. Ya sé cuál dice, pero no es. Sí mujer, si es igualito. Bueno, podría parecerse un poco, es verdad, pero no es. ¿Seguro? Segurísimo, soy su madre! Cuando era más pequeño! Que no, que no es, que es rubito también, ojos grandes, pero no es él. Qué raro, con lo buena fisonomista que soy yo! Ya lo veo, ya. Bueno, adiós. (Dejo a la fisonomista sin aclararle quién soy, realmente creo que no le importa)

Recojo a Parrulín en el cole, de una extraescolar que han puesto para niños de altas capacidades pero que se puede apuntar cualquiera. Estoy esperando a que salga y me dice una madre ¿Tu niño es de altas capacidades? Sí, ¿Y el tuyo? No, el mío es normal. (¿Normal? ¿Y el mío no es normal? Bueno, lo voy a dejar pasar pensando que es una forma de hablar, me muerdo la lengua) Me gustaría que fueran amigos, ¿apuntas mi teléfono? Perdón? (Que quiere que sean amigos porque mi hijo es de altas capacidades? Yo flipo! Podría empezar a aprender a utilizar el vocabulario adecuado, aún me duele lo de “el mío es normal”) Si, para que venga a casa a jugar cualquier día. Bueno, pero me parece que no se llevan muy bien (es de la clase de al lado, con tres y cuatro años se peleaba constantemente con él, he tenido que hablar seriamente con mi hijo en numerosas ocasiones) He apuntado a mi hijo a esta extraescolar, desde que tenía cuatro años lo llevo a kumo y estoy pensando apuntarle a piano también. Ah, muy bien (agobiadito debe de tener al pobre chiquillo). Apunta mi teléfono para que sean amigos. Eh… vale (Eso lo tendrán que decidir ellos) Alucino con esta mujer. Luego me he enterado que está empeñada en que sus hijos sean superdotados, que tienen varios primos que sí lo son y ella los apunta a todo para ver si “se vuelven” superdotados. Pero es que en eso no te puedes empeñar, sólo te puedes “despeñar”, jejeje. Quiero decir que lo es, o no lo es, y punto.

Hoy en el ascensor del curro suena una llamada por el altavoz de emergencias. Igual le he dado sin querer. Una voz de señora. Hola, hola, quién eres? No, que no pasa nada, perdón. Es que no te oigo bien ¿quién eres? Que no pasa nada, que está todo bien!!! (Más alto, para que me oiga) Eres Carlos? Eh… no, lo siento. Y dónde está Carlos? Pues no sé, es que estás llamando a un ascensor. No es la carnicería? No, es un ascensor. Y no sé cuál de las dos flipaba más. Todo esto a un volumen alto porque no me oía. Se abren las puertas y me encuentro con el chico de mantenimiento del edificio, que no sé si venía por eso o pasaba por allí, muerto de risa. A veces hay un cruce de línea. Con la carnicería? No, eso es nuevo. Me rio y le digo Bueno, si me vuelve a pasar ya le pediré cuarto y mitad de picada. Se ríe y me dice Y unas criadillas para mí. Eh… vale. Y me quedo con la duda si está ligando (mal) o si me está vacilando.

Mamá de Parrulín y de Xoubiña, con un don.

Otro día más.

Sean buen@s y felices.