Disfraz casero de vampiro-demonio con alas de murciélago. Paso a paso

Os presento a mi queridísimo Parrulín de Vampiro-Demonio. Tachán! Qué susto!

Está chulo, eh? Lástima de no haber podido hacer una foto con las alas abiertas del todo, espero que cuando le recoja del cole pueda hacerle alguna, si es que el traje ha sobrevivido, que no lo tengo muy claro, porque en casa no encontré photocall suficientemente grande.

Hoy voy a demostraros como con cuatro cositas fáciles, un poco de imaginación y un poco de maña se puede lograr hacer un súper disfraz con un montón de complementos y en sólo un par de días.

Un paraguas negro, unos alicates para cortar las varillas centrales, un poco de maña y un mucho de fuerza, con eso hacemos unas alas de murciélago chulísimas. Además compré en el Tiger una cola con purpurina roja que puse en los nervios de las alas para darle un aspecto un poco más terrorífico. Por la parte de atrás lleva las varillas recubiertas con cinta americana de color negro para que no se vea y no le saque un ojo a nadie. Se vende también en las mercerías un velcro doble que tiene una cara que pega y la otra que pincha, cuatro tiras de este velcro metidas por cuatro agujeros y ya puede colgarse las alas y quitárselas cuando quiera!

La máscara de látex es del Tiger también, el arma demoníaca y los cuernos (con luz) son de un chino. La sudadera, de sus primas, como ponía el nombre de otro cole le cosí un murciélago de fieltro rojo, y ya que estaba le cosí algunos más por delante. Los pantalones, de chándal, para que los pueda destrozar luego alegremente. La camiseta, la más barata posible, que no se le va a ver, pero he impreso unos murciélagos en papel transfer y se los he planchado por si acaso se quita la sudadera. El disfraz está hecho!

     

Ahora vamos a por la fiesta. Le hacía ilusión llevar cupcakes a los niños de su clase, quería que los hiciera yo, pero no tuve tiempo, no son cupcakes, son magdalenitas de toda la vida, de esas con trocitos de chocolate que le va a decir a los niños que es caca de murcielago. Con unos pinchitos de fantasma del Tiger y con una caja de zapatos decorada con una cinta del Tiger también, realizamos esta magnífica merienda! Le he borrado el nombre por privacidad, pero estaba muy chulo con letras demoníacas y rodeado de murciélagos y calaveras.

 

Además compramos unas galletas tipo oreo recubiertas de chocolate blanco que pintamos con lápices de pastelero del Dr Oetker, de venta en cualquier supermercado, y decoramos unas galletas terroríficas que después guardamos y cerramos con más cinta de calaveras.

 

El zumo, con calaveras, unas chuches terroríficas, por ser un día especial, y la cinta de calaveras para que veáis lo chula que es.

 

Todo en una bolsa de papel roja, con cinta de calaveras para cerrarla e impedir que se lo coma todo antes de llegar a clase. Y listo! Ya tenemos el disfraz completo!

Han sido tres o cuatro días de preparación, la falta de tiempo ha hecho que me haya tenido que levantar una hora antes de lo habitual para hacer algunas de las cosas como cortar las varillas o pintarlas de rojo, que no podía hacerlo con los niños pululando por el salón. Creo que merece la pena el cansancio, las agujetas y el esfuerzo. 

Espero que el niño sea capaz de apreciar el valor de lo que está hecho a mano, el cariño que ha puesto su madre en cada uno de los detalles. Yo, al menos, he disfrutado mucho del proceso creativo.

Y vosotros? Todo listo? Y las mamás? Que no os da tiempo a disfrazaros vosotras? Pues os dejo con una idea que me ha encantado. Disfraz exprés para mamás, una araña en la cabeza. Me lo pido!

Visto Aquí

 
Por cierto, que Xoubiña no va disfrazada hoy, que ella es el viernes, que no me he olvidado de mi niña!
 

Mamá de Parrulín y de Xoubiña, truco o trato?

Otro día más.

Sean buen@s y felices.